Ante la pandemia Zafiro Viajes creó ¡A comerse el mundo!
El turismo ha sido uno de los sectores más afectados por el Covid. Para mantener contacto con sus clientes, esta agencia imaginó una experiencia innovadora que resultó un exitoso emprendimiento gastronómico.
Más de cien santarroseños disfrutaron anoche de una cena griega compuesta por una Moussaka (lasagna de berenjenas), Khoryatik (ensalada griega con pepinos, tomates, cebolla morada, aceitunas negras y queso feta de cabra), Tzatziki (salsa de yogurth) y Tyropitas, unos pastelitos salados de masa filo. Esta deliciosa cena venía acompañada por una capacitación completa sobre los destinos turísticos más importantes de Grecia e islas del Mediterráneo, costumbres, curiosidades y gastronomía, y forma parte de una novedosa propuesta de Zafiro Viajes en plena pandemia.
Con los viajes restringidos desde marzo, uno de los sectores productivos más afectados fue la actividad turística. En Zafiro Viajes (Pico 64, Tel., 02954 431969 y 15445978) reconocida agencia local propiedad de María Rosa Amado con más de 30 años en el rubro, tuvieron una ingeniosa idea. «Quedamos en stand by todo el año. Al principio empezamos a reprogramar viajes para el segundo semestre con expectativas de que todo se reactivaría pero no fue así». A mediados de mayo habían finalizado las reprogramaciones pero la circulación seguía restringida en todo el mundo. «Tenemos muy buenos clientes, eligieron reprogramar y pudimos dejar todos los servicios abiertos para el año que viene, cuando la vacuna permita nuevas condiciones, aunque dependerá de cada destino y su situación sanitaria» comentan.
Mientras preparaban la edición griega, las empleadas de Zafiro Paulina Redondo, Anabel Lazarte, Carolina y Mariana Pérez contaron su singular historia. «Pudimos reabrir la agencia pero no había nada para ofrecer y empezamos a trabajar para programar viajes virtuales. Entre otras cuestiones incursionamos en la gastronomía de diversos destinos. Como María Rosa (dueña de la agencia) integra la Asociación Árabe, pensamos que podía conseguir alguien que cocinara comidas típicas y acompañarla con videos sobre esa región que incluye numerosos países».
Y así surgió la primera edición de «Comete el mundo», curiosa propuesta gastronómica que cosechó éxito inmediato. «Hicimos la comida árabe y la acompañamos con una capacitación virtual para pasajeros que incluyó información sobre distintos circuitos, charlas con especialistas de Buenos Aires y entrevistas con expertos de los propios destinos». Esa primera edición despertó el interés de más de 70 personas que contrataron la cena.
Exóticos manjares.
Desde entonces ya completaron siete ediciones. A la comida árabe le siguieron ediciones de México, Italia, Estados Unidos, España y Grecia. «En un principio estaba pensada como una edición mensual para mantener el contacto con los clientes de Zafiro Viajes. De hecho nunca hicimos ninguna publicidad por los medios ni por las redes». Sin embargo, la noticia corrió de boca en boca y en cada edición el número se fue incrementando hasta duplicarse. Incluso debieron repetir las ediciones árabe y mexicana, a pedido de quienes no habían participado.
Desde un principio trabajan las cinco mujeres solas y la preparación de cada edición les demanda 48 horas. «Por eso tenemos un cupo limitado, de unos 120 boxes, aunque depende de cada edición».
Y no solo cocinan, también preparan cada envío con delicada precisión y lo distribuyen ellas mismas, organizándose por barrio. La única excepción fue la edición española del viernes 6 de noviembre, con doble menú opcional: «Tapeo Español (chorizos al vino blanco, croquetas de jamón, tortillas de patatas, bruschetta de jamón crudo, queso y alcaparras, aceitunas y porotos al ajillo) y una Gran Paella de Mariscos». Y de postre, crema catalana.
Para elaborar la paella contrataron al maestro valenciano Rafa Safón Supervia y frente a la complejidad de la distribución optaron por organizar un dispositivo de take away con protocolo sanitario. Su vasta experiencia en manejo de grupos les permitió llevarlo adelante sin problemas, aunque eran 130 pedidos simultáneos.
Fin de año en Japón.
Antes de cada edición investigan la gastronomía de la región escogida, luego buscan «los ingredientes específicos y cocinamos una prueba para ver cómo nos sale y hacer los cambios hasta que quede bien». Dos días antes de la entrega empiezan a cocinar para «ofrecer una cena recién hecha». Dicen que no sufrieron grandes complicaciones aunque algunas ediciones resultaron más difíciles, como la «porchetta italiana, que nos dio bastante trabajo pero al final salió riquísima».
La noche de la cena los comensales reciben un box para toda la familia, con los platos separados para presentarlos en la mesa «como una picada», facilitando su degustación. Y por vía electrónica enviarán la pertinente capacitación sobre el menú y formas de ambientar el espacio para acercarse mejor al país elegido.
«Nació como un emprendimiento transitorio porque nuestro objetivo sigue siendo organizar viajes de turismo, pero tuvo un éxito tremendo» reconocen. Y la idea también sirvió para reencontrarse: «Hace diez años que trabajamos juntas. Estuvimos dos meses sin vernos durante la cuarentena y cuando volvimos a la oficina nos dividimos en turnos para mantener distanciamiento y evitar el contacto estrecho». Por eso, cada edición sirve para reunirlas, aunque sea una vez al mes.
Se preguntarán, lectores, si semejante aventura gastronómica resultará muy cara. «Las cenas promedian los 650 pesos por persona» aseguran. Y «si queda dinero después de pagar los costos, lo dejamos para la agencia». María Rosa no quería «pero es lo menos que podemos hacer, porque nunca dejamos de percibir el sueldo, aunque no hay viajes desde marzo».
No importa cuán complicado fue, ellas piensan «terminarlo con una propuesta especial: la próxima edición será Japón e incluirá sorpresas y muchos regalos. Queremos despedir el año y compartir un brindis virtual con los pasajeros que nos acompañaron durante nueve meses». Está programada para el viernes 18 de diciembre. «Lo nuestro es el turismo. Esto lo pensamos como una experiencia transitoria» repiten. Pero, quién sabe, como otras novedades traídas por la pandemia los viajes gastronómicos podrían haber llegado para quedarse.
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