Miércoles 24 de abril 2024

Bullying: madre reclama un cambio de turno

Redacción 21/03/2023 - 09.00.hs

Sonia Ojeda tiene 39 años, es policía provincial y desde hace un mes intenta conseguir un banco en el turno mañana para su hija de 12 años, quien este año comenzó el ciclo secundario. Además de no encontrar respuesta a su pedido, asegura que las autoridades responden con indiferencia al acoso y amenazas padecidos por la niña, que dejó de asistir a clases.

 

"En el sorteo a mi hija le tocó turno tarde en el colegio Arturo Illia. El jueves 23 de febrero presenté el pedido de cambio de turno, avalado por un certificado psicológico porque está bajo tratamiento, y el viernes 24 fui a buscar una respuesta. Me derivaron a Marlene y Adriana, en el colegio Manuel Belgrano, quienes me pidieron que esperara al comienzo de clases, cuando me notificarían mediante correo electrónico", recordó.

 

Las clases comenzaron el miércoles 1° de marzo. "Aguardé los tres primeros días, pero no recibí correo, ni llamada, ni mensaje. El lunes siguiente fui al colegio y me reuní con la directora, quien me explicó que habían utilizado las vacantes de la mañana para subsanar otros errores. Le expliqué que quería tomar mis precauciones porque en el turno tarde ocurrían cosas indeseables, dentro y fuera del establecimiento, que incluso han sido de estado público, pero negó todo y me advirtió que si mi hija no asistía, me denunciaría".

 

Largo derrotero.

 

El lunes 6 de marzo Sonia se presentó en la Dirección de Educación Secundaria. "Me atendió otra vez Adriana, cuyo correo nunca había llegado. Argumentó que luego del sorteo notificaba a las escuelas y ahí terminaba su tarea, y me aclaró que si pretendía un cambio de turno debía hablar con la directora". El martes 7, recorrió todos los juzgados, incluyendo el Contravencional, las áreas de Niñez y la Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes, donde la recibió Juan Pablo Meacca. "Me prometió una respuesta para el día siguiente, pero esperé hasta el viernes y no pasó nada".

 

Para entonces, la niña ya había perdido ocho días de clase. "Seguimos yendo a Educación Secundaria con Alejandra Falcón, otra mamá que hacía el mismo trámite. Ella presentó una nota en nombre de las dos y salió por los medios y las redes sociales, algo que yo no quise hacer porque soy policía. Inmediatamente a ella le dieron una solución, pero a mí no, con la excusa de que faltaba mi firma en su nota".

 

El 13 de marzo, su hija comenzó a asistir a clases. "Fue toda la semana, hasta el viernes 17. Desde el primer día sufrió bullying por parte de dos varones, por lo cual notifiqué a la directora, quien no quiso darse por enterada. Entonces radiqué una exposición en la Unidad Funcional de Género, Niñez y Adolescencia". Como consecuencia, el fin de semana pasado "otras dos chicas comenzaron a amenazarla y le prometieron que hoy (por ayer) la iban a estar esperando para pegarle. Fui a la Unidad Funcional y realicé la denuncia con capturas de pantalla de los perfiles de Instagram. Y decidí no enviarla más a esa escuela, porque la van a agredir sin que nadie pueda hacer nada porque son menores".

 

Sin respuesta.

 

Ayer, Sonia se presentó otra vez en la Dirección de Educación Secundaria y se entrevistó con Gabriela Silvana Morán. "Hicieron un acta y me dieron un listado de vacantes en el Fernando Araoz y los barrios Santa María de La Pampa y Matadero. Yo había identificado seis colegios donde podría ser reubicada, pero ahora exijo un traslado inmediato al Peralbo, donde cuento con una persona conocida que puede encargarse de llevarla y traerla, ya que mi hija necesita un adulto responsable con ella y por mi trabajo no puedo hacerlo".

 

Sonia cuenta que su hija sufrió un trauma por la separación de sus padres y por ello asiste a terapia. "Y ahora se sumaron el bullying y las amenazas. ¿Quién cuida a los chicos? Estoy indignada y desesperada. Ya no sé qué hacer, ni tengo recursos económicos para pagar un abogado. Pensaba que el sistema podría ofrecerme una solución, pero solo encuentro trabas y amenazas. Sin embargo, por más que me lo exijan, no voy a mandar a mi hija a un colegio donde quieren agredirla y la directora hace de cuenta que no pasa nada", concluyó.

 

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