Martes 01 de julio 2025

Claudio Biaggio: “Un día me gustaría ser DT en La Pampa”

Redacción 01/07/2025 - 00.16.hs

“Sería lindo un día volver para dirigir en La Pampa… en All Boys, Belgrano o algún equipo de ahí. Estaría muy bueno”, expresó el ex jugador de esos dos equipos santarroseños, y de exitosa carrera profesional con la camiseta de San Lorenzo de Almagro.

 

“El Pampa”, como se lo conoce en el ámbito del fútbol, también supo integrar los planteles de la selección argentina, cuando dirigían Daniel Passarella y luego Alfio Basile. Hoy es entrenador y se sigue capacitando, con posibilidades ciertas de ir a trabajar en el exterior.

 

“Todo el tiempo uno se está capacitando para estar en el ruedo. Cuando se deja de jugar empieza una carrera nueva que puede ser de mánager, gestor deportivo, o director técnico, que fue lo que elegí para mí y es lo que más me gusta: entrenar y ayudar enseñando de lo que tocó en mi época de jugador. Y claro que alguna vez me gustaría dirigir en La Pampa, y aunque pasó tiempo sé que están las puertas abiertas. Hoy tengo la ilusión de seguir luchando y estar en un equipo de Primera de AFA; aunque últimamente me estoy yendo fuera del país. Pero la idea es ésa y el día de mañana pensar en el regreso”.

 

En diálogo con La Pelota TV (los jueves a las 22 por la Televisión Pública Pampeana), quien fuera destacado goleador de San Lorenzo –campeón de la temporada 1995- admitió que tiene en Santa Rosa otros atractivos para en algún momento dirigir aquí.

 

“El Pampa” rememoró cuando “en la canchita del barrio Río Atuel mi tío Osvaldo me hacía correr, dar toda la vuelta para cabecear una pelota que colgaba de un árbol y que cada tanto ponía más alto. Eso me ayudó de tal manera que fue mi fuerte y lo que me llevó para ir para todos lados. Creo que más del 50% de mis goles (hizo más de 80 sólo en San Lorenzo), los hice cabeceando”.

 

Belgrano y All Boys.

 

No llegó rápido a jugar oficialmente, y antes sólo lo hacía en el barrio, o con sus compañeros de la Escuela Industrial –”me recibí de Maestro Mayor de Obras”, dice con satisfacción-, hasta que llegó a General Belgrano. Sus condiciones llevaron a que Jorge García Márquez (dirigía al Tricolor) se lo recomendara a Roque Fernández, DT uruguayo que había llegado para dirigir a All Boys en un torneo Regional.

 

Y fue un gran acierto porque Claudio brilló con la casaca auriazul: “Roque ni me conocía pero aceptó que fuera, y por suerte todo salió bien, con un gran equipo y con compañeros que me ayudaron, y que a su vez ayudé, y anduvimos muy bien. Los recuerdo a todos…”, dice y prefiere no nombrar para no olvidar en la mención a ninguno. Pero estaban entre otros Juan Carlos Aymú, Luis Arbinzetti, ‘Topo’ González, ‘Chavo’ Loyola, Hugo Erro y Roberto Beascochea. El ‘Ruso’ Vasilchik, que había llegado como refuerzo no pudo jugar y le quedó el puesto servido a Biaggio, oportunidad que no desaprovechó.

 

Una vez al día.

 

Luego Roque Fernández, con pasado en Peñarol de Montevideo, le consiguió una prueba y allá fue Claudio con sus ilusiones a cuestas.

 

Quedó en el plantel, pero no tuvo muchas oportunidades de mostrarse, pero no se entregaba. Así contó una anécdota que no todos conocen: “Es bravo estar afuera… la verdad es que no ganaba bien. Para que me alcanzara el dinero y poder seguir allá comía una sola vez, a las 4 de la tarde. Ahí hacía almuerzo y cena… y tenía menos gasto”. Y sigue: “Y no lo digo para dar lástima ni nada por el estilo, sino para que los jóvenes entiendan que a veces hay que hacer sacrificios, que nada es fácil y hay que pelearla. Es lo que hice, después pasé a Danubio (le fue muy bien) y pude venir a San Lorenzo donde encontré mi lugar en el mundo”.

 

Después de ser campeón con los de Boedo en 1995 se produjo su pase a Francia, para jugar en el Girondins de Burdeos; más tarde disputó partidos en Japón por el Avispa Fukuoka, en Ecuador por el Deportivo Cuenca; y en Bolivia por el Oriente Petrolero con el que jugó la Copa Libertadores 2003. Se retiró en Atlético Tapalqué, donde fue campeón.

 

No bajar los brazos.

 

“Siempre insisto que no hay que bajar los brazos, y yo no lo hice nunca porque estaba convencido de lo que quería hacer. Hay muchos chicos que a veces van a un lugar –agrega- y se encuentran con muchas dificultades y un poco se entregan. Y es ahí donde más tienen que ser fuertes para el día de mañana cuando le toque jugar, y cuando eso pase lo va a disfrutar más”.

 

Otro consejo que ofreció en la larga charla televisiva fue que “cuando uno llega a un lugar, no importa cuál sea, tiene que pensar que es el mejor. En mi caso no voy a llegar al Real Madrid, pero siempre me ilusioné con ir a algún lugar importante. Y así estuve en San Lorenzo, en un equipo sumamente grande; y tuve la suerte de ir a Francia, y hasta llegar a la Selección”.

 

Si bien significó un orgullo enorme, “no tuve oportunidad de jugar mucho. Porque había monstruos como Diego, Batistuta, Crespo, Caniggia, el ‘Turco’ García, Ruggeri… en una de las convocatorias estábamos juntos con el ‘Colo’ Mac Allister”, agrega. Sí, histórico, dos pampeanos en el plantel nacional.

 

El DT.

 

Después de su ciclo de jugador llegó el momento de ser director técnico. Estuvo 11 años en las inferiores de San Lorenzo –fue campeón con la reserva en 2015-, hasta que llegó a Primera. Pudo clasificar a su equipo para la Libertadores 2019, tras finalizar en el tercer puesto del torneo argentino 2017-18. Más tarde fue entrenador en Chacarita, donde alguna vez había ido a probarse cuando pibe, y no tuvo la suerte de quedar. Luego fue a Sud América de la Primera División de Uruguay, y tuvo pasos por equipos de Bolivia.

 

“¿Ahora? Hay una oportunidad también para volver a ir afuera, pero con esto del Mundial del Clubes está un poco trabado. Pero siempre estoy actualizándome en lo que es tecnología, con charlas, con reuniones, yendo a la cancha con mi cuerpo técnico... hay que estar preparado para lo que toque. Pero sin desesperarme, pensando bien lo que quiero para mi carrera”.

 

Es que, además del fútbol, tiene sus buenas razones para regresar: su hija Claudia, su nieta Cony y el yerno Simón. Y buenos amigos como Leo López, “que nos conocemos desde la infancia en el barrio Río Atuel”.

 

“Unas 14 ó 15 pruebas”.

 

Si algo marcó su destino en el fútbol, más allá de las muchas condiciones que tenía, Biaggio valora especialmente la determinación. “Antes de jugar en Primera en Buenos Aires tuve que hacer un gran sacrificio, porque fui 14 ó 15 veces a probarme en distintos clubes”, cuenta. “Iba todos los años, a Chacarita, Excursionistas, All Boys… ya ni me acuerdo que otros clubes. A lo mejor andaba bien, pero justo en mi puesto tenían otros pibes que eran de ahí, por eso me costó muchísimo, hasta que se dio”.

 

Y recuerda que su tío Osvaldo –ex entrenador de Atlético Santa Rosa- lo hacía correr en la zona del Parque Industrial. “En esas épocas no había muchas fábricas, y quedaban bastante lejos una de otra, así que en la parte más oscura ganaba en velocidad”, se ríe. “Es que tenía 15 años y sí, hice mucho sacrificio, y cuando uno se lo propone llega”, dice como mensaje.

 

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