Con la danza de La Pampa al mundo
El bailarín Felipe Figueroa –pampeano que hoy reside en Buenos Aires-- estuvo en Santa Rosa para dictar una clase de Street Coreográfico en el estudio de Jazz and Hop de Laura y Silvina Fernández.
El joven es hijo de una familia santarroseña que conforman su padre Walter, y su mamá Andrea; y que completa su hermana Delfina, actualmente viviendo en Bangkok (capital de Tailandia) ejerciendo su profesión de gastronómica (es barista y bartender).
Felipe viene construyendo una hermosa carrera como bailarín, y actualmente integra el elenco de “Fuerza Bruta”, compañía teatral argentina. Se ha dado el gusto de estar en Nueva York tomando clases en el prestigioso Broadway Dance Center; y el año anterior tuvo la satisfacción de viajar a Londres.
En Santa Rosa.
Por estos días se encuentra en Santa Rosa para colaborar con sus amigas: “A Lau y Sil las conozco desde hace mucho tiempo, y siempre trato de verlas. Vengo cada tanto a Santa Rosa, sobre todo a visitar familiares: mis abuelos y especialmente a mi ‘fan’ número uno que es mi abuela materna Esther, que siempre está presente. Incluso en presentaciones que hicimos en Buenos Aires, como en el Teatro Broadway de calle Corrientes, en el Gran Rex y también en el Luna Park”.
Con Tini Stoessel.
Ahora mismo el elenco de “Fuerza Bruta” se está preparando para giras internacionales. “Nos van convocando, y el nuevo show es con elencos más vale chicos. No me puedo quejar porque el anterior fue un año laboralmente fructífero, e incluso me di el gusto de participar en el lanzamiento que Tini Stoessel hizo de su álbum ‘Un mechón de pelo’. Audicioné y tuve la suerte de quedar… Después de eso vino lo de Londres, donde estuvimos en julio y agosto en el teatro Roundhouse”.
El apoyo familiar.
Felipe está cumpliendo un sueño, aunque naturalmente no solamente depende de su talento, sino también de que se vayan dando las oportunidades, y cuenta en tanto con el apoyo incondicional de sus padres.
“Nosotros con mamá y mi hermana nos fuimos a radicar a Buenos Aires, y papá se quedó trabajando aquí... y claro que hay un sacrificio”, admite el joven.
En Santa Rosa había hecho el secundario en la Escuela Normal –recuerda que andaban juntos con un grupito que conformaban Alma Giménez, Romina Acosta y Elena Hirschfield, pero en realidad hace bastante que no las veo”, admite.
Tiempos de pandemia.
Cuando partió a Capital Federal pudo culminar los estudios secundarios en el colegio Mariano Moreno “en forma virtual. Después vino la pandemia y bueno, como todo el mundo pasaba el tiempo tratando de ver cómo superábamos ese momento. En ese momento aprendí a tocar el ukelele, que al final fue mi gran compañero; y un poco también empecé a cantar más que nada vinculado al universo de la música pop, aunque un poco voy variando”, resume.
En el estadio de Vélez.
El año anterior, al regresar de Londres se incorporó a “un proyecto importante de Emilia Mernes… yo estaba parado en ese momento, esperando que saliera algo, y pasó que un chico se enfermó poco antes del estreno y pude reemplazarlo en la actuación en el estadio de Vélez”, explica.
Felipe admite que recurrentemente echa una mirada hacia atrás y no olvida de dónde viene. “Sí, soy nostálgico, y a veces me digo ‘mirá donde estoy’. Y sí, es un sueño que de a poco se va cumpliendo”, expresa.
Sus inicios.
Felipe dio sus primeros pasos de baile cuando era pequeño, cuando ya a sus 8 años sintió el primer impulso en el cuerpo y decidió que quería comenzar a bailar danza clásica. A pesar de las ganas del chico su padre lo anotó en karate… “pero un día mi mamá se amotinó, dijo basta y me anotó para bailar", rememora risueño.
Así comenzó esta historia. “Primero con Andrea Santamarina, después con Belén Echenique bailando clásico. Más tarde conocí a Laura y Silvina Fernández, de Jazz and Hop, y empecé a hacer otras cosas, me encantó lo que hacen y seguimos siendo muy amigos”, señala.
Aún cuando comenzó ahí, expresa que tiene “una relación de amor--odio con el clásico; pero igual haber arrancado con eso, sino mi danza hoy sería completamente diferente y estoy súper reconocido con la formación que tuve en Santa Rosa”, agradece.
En Buenos Aires.
Sus primeros contactos con Buenos Aires se dieron cuando con Belén Echenique viajó y audicionó dos veces para el Teatro Colón. Luego, fue becado por la Fundación de Julio Bocca, lo que lo motivó para irse a vivir a Buenos Aires, donde estudió la carrera de Intérprete en Danza. “Es la madre, la más completa, que brinda brindar más herramientas, tiene más danza, danza—teatro... laburás otras cosas, tenés música y materias teóricas", se extiende.
Tiene nada más que 23 años, y tiene “todas las expectativas” en una disciplina donde nadie regala nada. Felipe Figueroa, un chico pampeano que se abre camino en el difícil camino de la danza… tiene talento, y pone todo su esfuerzo por alcanzar sus metas. En eso está.
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