El día que Carro Quemado se hizo grande
El club fue refundado hace dos años y hoy es el primer campeón de La Pampa, cumpliendo un sueño con el que ni "Las Leoncitas" iniciales se animaron a fantasear. En un pueblo de poco más de 300 habitantes, el logro conseguido ante el histórico All Boys excede lo futbolístico.
"Pueblo chico. Equipo grande", se alcanza a leer en el pasacalles que recibe a los visitantes. El cartel, enredado tras la tormenta de viento, agua y granizo que acaba de pasar, oficia de guía por la avenida principal.
Son poco más de cinco las cuadras que separan al ingreso del pueblo de su calle final, y en las que el nombre de Fermín Huarte se repite en cada uno de los carteles que indican una doble mano prolija y totalmente asfaltada. Están prácticamente desiertas, excepto por un par de niños que caminan presurosos hacia el norte.
En esa misma dirección, al fondo, luego de pasar por lo queda de la fachada del antiguo club de la localidad, el Polideportivo Ceferino Huarte ya vive una tarde especial. Son las cuatro y media de la tarde del domingo 20 de febrero de 2022 y los cuatro costados de la cancha de fútbol están prácticamente repletos. El cielo gris, que sigue amenazante tras el castigo inicial, no alcanza el rango suficiente como para espantar a quienes están decididos a participar de la fiesta.
Al atravesar el portón de ingreso al complejo deportivo se explican las calles vacías. Todo el pueblo está allí. Y el que da la bienvenida, mientras saluda a unos y asiste a los demás, es otro Huarte, llamado Oscar y más conocido como Chimi, familiar y continuador de los ideales de dos de los fundadores que el pueblo homenajea en sus calles e instituciones. Chimi es el intendente de Carro Quemado, el presidente del Deportivo Carro Quemado -club que él mismo refundó en 2020- y el precursor del fútbol femenino en la localidad.
Amable, voluntarioso y evidentemente nervioso -esta vez ni siquiera estará arriba de las tarimas en las que habitualmente relata los partidos-, Chimi acompaña a todas y todos a buscar un lugar adecuado para que puedan disfrutar de un momento que lo llena de orgullo aún antes de conocer el resultado final: desde las 17, su equipo jugará la final del primer Torneo Provincial de fútbol femenino de la historia. Y enfrente estará el gigante All Boys de Santa Rosa.
Epica.
La final transcurre con un trámite favorable a las capitalinas. Las más de trescientas personas presentes viven el partido a su modo; la mayoría alentando a las suyas y entendiendo que estar en ese lugar ya es un premio. Aunque quieran ir por todo.
Unos pocos, de un lado y del otro, empiezan a manifestar de mala manera sus diferencias: paisanos, chetos, cancha chica, cancha fría, chiquero, tramposos... Las calificaciones e insultos van en aumento hasta llegar a adjetivos hirientes -especialmente hacia las jugadoras-, que lejos estarían de formar parte del grupo de "malas palabras" para las que el Negro Fontanarrosa pidió una amnistía en el famoso Congreso de la Lengua de Rosario, en 2004. El fútbol local también tiene sus miserias, incluso en una fiesta.
Mientras tanto, en la cabecera local el intendente-presidente sufre desde la caja de una camioneta, cubriéndose del sol -que terminó por ganarle la batalla a las nubes- con un paraguas con los colores del club.
En un lateral, al lado del móvil que Canal 3 instaló para transmitir el encuentro en directo para toda la provincia, continúan los preparativos para la premiación, que tras el partido encabezará el grupo de autoridades provinciales y nacionales que se sumó a la jornada.
En la cancha no se sacan ventajas. El joven Deportivo le hace fuerza al histórico All Boys y el pequeño Carro Quemado no claudica ante Santa Rosa, la capital. "El Norte y el Sur jamás se miden en igualdad de condiciones, ni en el fútbol ni en nada, por muy democrático que el mundo diga ser", resumió Eduardo Galeano al abrir un Congreso de Deportes en Copenhague, en 1997.
Esas desigualdades, que el genial escritor uruguayo describió como pocos a lo largo de su prolífica obra, no se advierten en la final del Provincial de fútbol femenino. Y los penales, que cuando empieza a caer la tarde llegan para desempatar la serie, terminan de ponerle el sello de "épica" a la definición: David vence a Goliat.
"Es una alegría inmensa. Sabíamos que iba a ser duro, pero este equipo y todo el pueblo lo merecía", resume emocionada Yvonne Jaca, una de las capitanas que tomó la posta de Valeria Suhurt, la referenta del plantel que se retiró el año pasado y que en ese momento ingresa a la cancha con una bandera para festejar junto a sus ex compañeras.
"El fútbol siempre da revancha; sabíamos que se nos iba a dar y se nos dio", agrega Jaca, oriunda de Arata, en referencia a la final de la Liga Cultural que tuvo a las mismas protagonistas, aunque con festejo para las santarroseñas.
"All Boys fue un gran rival, como lo esperábamos, pero evidentemente hicimos algo mejor y somos las primeras campeonas de La Pampa", dice subiendo el tono Romina Díaz, la otra capitana actual. "Somos las campeonas porque tenemos un plantel hermoso, pibas geniales, un profe que es una masa y estas 350 personas que se lo merecen", añade.
Una fiesta.
Carro Quemado tiene poco más de 300 habitantes y el club del pueblo fue refundado en 2020 luego de 25 años sin personería jurídica. El mayor responsable de ese renacer institucional fue el intendente Huarte, quien varios años antes había comenzado a trabajar con un grupo de futbolistas mujeres con el sueño de competir oficialmente algún día.
Conocidas como "Las Leoncitas" (apodo que el propio Chimi les puso por su ferocidad), empezaron a jugar en torneos zonales, luego formaron parte de la Liga Provincial impulsada por el Gobierno pampeano y el año pasado, ya como club y de la mano de Adan Villegas como entrenador, se reforzaron con jugadoras de otras localidades para llegar hasta la final del primer torneo de la historia de la Liga Cultural.
"Hay mucho sacrificio atrás y muchos momentos difíciles porque hay veces en las que parece que las cosas no salen. Pero hay un grupo que siempre apoya y que logró que esto sea una fiesta hoy", dice ahora Huarte, emocionado y en pleno festejo luego de ganar la final del Provincial ante All Boys.
"Estoy feliz y orgulloso de lo que he hecho, porque cuando soñaba con ser intendente también soñaba con recuperar el club, y hace nada más que dos años que lo fundamos. ¡Hace dos años y somos campeones provinciales!!! Es algo increíble; estoy soñando despierto", destaca Chimi.
"El Provincial se jugó con equipos de Santa Rosa, de Pico y de Carro Quemado... Uno de los pueblitos más chiquitos de la provincia jugando contra ciudades, contra la capital... Esto es algo hermoso", agrega el intendente, vitoreado por las jugadoras y saludado efusivamente por cada una de las personas que entran a la cancha para celebrar.
"Acá está todo el pueblo y gran parte del oeste. Todo el oeste hoy hinchaba por Carro Quemado", se enorgullece. "Estamos representando al pueblo y al oeste, y le estamos dando el ejemplo a otros pueblos chicos como para que puedan hacer lo mismo", cierra con los ojos llenos de lágrimas.
La fiesta se traslada a las calles hasta que, ya sin visitantes y con la euforia algo sosegada, Carro Quemado vuelve a ser Carro Quemado. En la avenida principal el pasacalles mantiene su leyenda, aunque hay quienes se animan a sugerir que, por el logro del fútbol femenino, la frase debería cambiar: "Equipo grande. Pueblo grande".
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