“El Gasoducto fue un golazo”, dijo Valerdi

“El Gasoducto es un golazo de media cancha: si lo usamos solo para exportar y generar divisas o si destinamos una parte para desarrollar la industria con energía barata de Vaca Muerta, es la gran discusión que deberá sostener la próxima gestión”, advirtió el economista Juan Valerdi. Y recordó que “si el FMI nunca aprobó su construcción fue, precisamente, por el margen de independencia que esta obra le otorga al país”.

 

Valerdi, magister en Finanzas Públicas y docente de la Universidad Nacional de La Plata fue entrevistado ayer desde Radio Noticias (FM 99.5) tras conocerse el índice de inflación de junio. “Bajaron notablemente los precios de los alimentos y lo que más aumentó es el rubro que la Corte Suprema liberó de toda regulación, los servicios de internet, que subieron un 10,5%” comentó. Y aclaró que “en el IPC están estos valores de servicios de comunicación están subvaluados, porque no se ha actualizado su verdadero impacto sobre los gastos de las familias”.

 

Según Valerdi, “para quienes se encuentran al borde de la pobreza, haciendo changas, arreglando jardines o trabajando en servicio doméstico, el celular es un servicio fundamental. La discusión para determinar si son un servicio esencial, como la salud o la educación, se judicializó durante la pandemia y ya sabemos para quién juega el partido judicial”.

 

“Wado no podía ganar”.

 

La entrevista sirvió para analizar el contexto económico de la campaña electoral. “Me gustaba la candidatura de Wado De Pedro, pero él no podía ganar las elecciones por el escaso nivel de conocimiento del electorado y falta de apoyo de empresarios y factores del poder financiero. Es la gran diferencia que tiene con Sergio Massa, un dirigente muy conocido, que tuvo alta exposición como jefe de gabinete y en la Anses, que también tuvo fuertes peleas con el kirchnerismo, y a quien buena parte del poder económico y financiero quiere como presidente”, comentó.

 

Valerdi se mostró “muy optimista con su candidatura, porque en la interna entre sectores del poder económico y financiero la gran mayoría lo apoya”, y advirtió que estos empresarios “son razonables porque prefieren un país donde la gente esté incluida y no cortando la calle y siendo reprimida, como ocurre ahora en Jujuy y como pasaría si gobierna la derecha, porque eso afecta profundamente sus negocios”. De este modo, el apoyo empresario “no proviene de la empatía con el candidato, sino que es resultado de un cálculo económico financiero: quieren un país que les permita buenos negocios, como sucedió durante los 12 años del kirchnerismo, cuando vendían autos y electrodomésticos, había un alto consumo y ganaban mucho dinero los bancos”.

 

“Prioriza a la gente”.

 

Si bien “Massa avanzara de a poco”, Valerdi consideró que “su proyecto de país priorizará a la gente” y afirmó que “no le resultará muy incluir a las personas y ofrecer un aumento del salario real, porque el retroceso en los últimos siete años fue tan grande que tiene buen margen para poner dinero en manos de los trabajadores, sin que dejemos de tener salarios en dólares muy bajos”.

 

Consultado sobre la posibilidad de que el Gasoducto Néstor Kirchner permita generar divisas para estabilizar la economía cambiaria, respondió que “exportar energía garantizaría un margen para aguantar esos movimientos, porque al dólar ilegal los mueven con muy pocos millones de dólares”. De todos modos, “hay sectores que quieren que le vaya mal a Massa, y hasta las elecciones seguiremos asistiendo a esta guerra entre quienes piden que la gente sea contenida a los palos y los sectores que prefieren que esté incluida en el mercado interno y les compre sus productos”.

 

Esta discusión no es nueva. “Es el mismo planteo que hace cien años dividía a los sectores de poder en Estados Unidos, cuando algunos patrones empezaron a entender que si exprimían demasiado a sus empleados, y todos el empresariado hacía lo mismo, no tendrían a quién venderle sus productos”, recordó Valerdi, aunque alertó que “actualmente el sistema financiero prescinde de eso porque la bicicleta financiera global no está vinculada a la producción ni a las ganancias de las empresas, sino a un delirio de derivados de derivados”.

 

Arreglo con el FMI.

 

En cuanto a un eventual acuerdo con el Fondo Monetario, explicó que “los arreglos rápidos con el FMI siempre son los peores. Es preferible una negociación larga y tediosa con los burócratas del FMI, porque implica una discusión intensa entre esos dos sectores financieros de Estados Unidos: los que representan a los financieros globalistas y los empresarios vinculados a la producción”.

 

Por eso presentó a Massa “como una suerte de matrimonio por conveniencia con las nuevas relaciones carnales con EE.UU. No podemos patear el tablero porque no hay millones de argentinos dispuestos a bancarse lo que vendría si le cortamos el rostro a EE.UU y cerramos filas con China”. De todos modos, “que los representantes chinos en el FMI pidieran cerrar un acuerdo, bajo la amenaza de permitir que Argentina convierta los yuanes en dólares para pagar la deuda, resulta una jugada fuertísima y sorprendente”.

 

Y concluyó que “eso no significa que patearemos el tablero, sino que asistimos a una discusión de poder mundial que se juega en todo el globo, y resulta un momento que nos permite jugar fuerte para negociar e impulsar el desarrollo del gran potencial” que tiene nuestro país.