Martes 13 de mayo 2025

Julio Alberto Chiri, un animal de radio

Redacción 07/11/2021 - 19.50.hs

Si uno dice Sandro, Raphael, María Martha Serra Lima, Sergio Denis y Fernando de Madariaga, está citando grandes de la música popular. A todos ellos y otros conoció, trató y debió presentar Julio Chiri.

 

MARIO VEGA

 

De no conocer los fundamentos de por qué se adoptan determinadas decisiones, a lo mejor hace difícil entender por qué alguien -tan vinculado por décadas a una sociedad como la nuestra-, un día cualquiera dice: "Adiós, me voy. Viviré mis próximos años en Santa Cruz de la Sierra". Sobre todo si ese alguien antes ha tenido una vida pública que lo hace sumamente conocido.

 

Julio Alberto Chiri (68) es en los documentos Julio Alberto Arias, aunque el otro sea de todos modos su segundo apellido. Hombre de los medios, sobre todo de la radio, se mudó hace algunos meses a tierras bolivianas y, sin dudas, tiene fuertes motivaciones para hacerlo, como ya se verá. Tomó una verdadera decisión de vida.

 

"Ayer Nomás".

 

Realizador y conductor de un espacio radial muy reconocido, porque apela a la nostalgia y a los recuerdos, Julio consiguió con "Ayer Nomás" un éxito. Ni más ni menos. El programa nació en Canal 3, y después de algún tiempo pasó a la radio, y desde hace varios años -desde 2007- se difunde los sábados por Radio Noticias a la hora de la siesta.

 

Los oyentes habían notado que no se escuchaba su voz en el espacio, pero en estos últimos sábados reapareció acompañando a Tato Teysseire, quien había quedado a cargo del envío semanal por la emisora de LA ARENA.

 

Aunque es nada más que circunstancial, porque Chiri permanecerá sólo un par de semanas más por aquí -vino por cuestiones personales- y luego regresará a seguir su vida en tierras bolivianas. Su nueva vida.

 

Los comienzos.

 

Julio Chiri es uno de los tantos personajes icónicos de las radios lugareñas de hace varias décadas, como han sido El Negro Goncalvez (que sigue en la brecha), Hugo Ocaranza y César Di Narde (fallecidos hace no muchos años), Jorge Fernández, Elsa Fernández, Viviana Córdoba, Víctor Molina, Roberto Ramonda, Susana Evangelista, Mario Galdín, Juan Carlos Carassay, Eugenio Cosci, Edgardo Soto. Y tantos...

 

Julio tenía la particularidad de que, además, era capaz de conducir festivales y espectáculos, y ha presentado en nuestra provincia -en distintas localidades- a los más grandes del cancionero popular. A una gran mayoría, muchos de ellos contratados por el inefable y querible Alberto Ismael "El Negro" Cuello.

 

Del barrio El Oeste.

 

Pero antes de llegar a esta instancia, podemos contar algo más de su vida. Nacido en Santa Rosa, sus padres fueron Severiano, que era penitenciario; y Nelly Chiri, en principio ama de casa pero que, luego, iba a hacerse cargo de un negocio de alquiler de disfraces que funcionaba exactamente frente al Club Sarmiento, en calle Raúl B. Díaz. A Nelly la mencionaban en el barrio como "la mujer que siempre sonríe", porque era una característica de su amabilidad y modo de ser.

 

Si bien la familia vivió un tiempo en calle Oliver 246, el barrio de la niñez iba a ser El Oeste -"vivíamos en Quintana y Centeno", precisó Julio-, el suburbio que fue la cuna de otra enorme cantidad de personajes.

 

Los estudios, aquí y allá.

 

Hizo la primaria en la Escuela 38 -tuvo entre algunos compañeros a "La Rusa" Novisardi, "El Gordo" Cardoso, Carlos Berg, Mingo Maldonado, etcétera-, y el secundario lo haría en parte en el Comercial, y lo seguiría en Río Gallegos, donde su padre había sido reubicado como agente del Servicio Penitenciario Federal. No obstante, un nuevo traslado los iba a depositar nuevamente en La Pampa, y lo culminó en el Comercial junto a otros como Willy Pérez Funes, Oscar Rodríguez, Pedro Salas, "El Loco" Peña, Oscar Amigo, Silvia Lizárraga, Rody Ríos... "¿Cómo estudiante? Del montón... del pelotón del medio. Como la mayoría", relativiza.

 

Los deportes.

 

"El lugar de encuentro de esos tiempos era El Prado, donde aprendí a nadar y después me desempeñé 6 años como bañero en los veranos", rememora.

 

Por supuesto los juegos eran los de los chicos de la época, y la pelota estaba siempre en los picados de los baldíos que se veían por todas partes en aquel tiempo. "También jugué a la pelota a paleta con Cachila Morales y algunos otros amigos del barrio", acota.

 

Julio parece haber sido muy amante del deporte y cuenta que jugó básquet en el Club Fortín Roca, junto a Tito Servetto, Raúl Payeras, El Flaco Naval, Daniel Pérez, El Flaco Vaqué, El Ruso González Savioli y Nelson Teves, dirigidos por Pepe Viano. "Éramos todos pibes, pero igual jugábamos frente a equipos hechos como los de All Boys, Santa Rosa y Estudiantes, donde se destacaban Jeta Gavazza, Fidel Bretón, los hermanos Escudero, El Lungo Álvarez... Pero la pasábamos muy bien", indica.

 

Siempre la música.

 

Pero lo suyo estaba signado por la música. "Sí, desde que nací. Siempre. Mis viejos me regalaron a los 10 años un equipo de música, un combinado Ranser, y vivía escuchando a todo volumen, incluso mientras estudiaba. Ya era loco por la música, aún sin saber que mi futuro iba a tener que ver con eso. Pero además fui muy consumidor del mundo del espectáculo, seguía todo por las revistas y como tenía buena memoria me quedaron muchas de las cosas que leía en aquella época".

 

Nace el hombre de radio.

 

Le tocó hacer el Servicio Militar en el Distrito Militar 65, y después de eso llegó el momento de empezar a trabajar. Al principio ingresó en el Banco Nación cuando funcionaba -refaccionaban la casa central-, en la calle Raúl B. Díaz, después donde iba a estar la confitería Adlon, pero "Tucho" nunca llegó al moderno edificio que se inauguró frente a la plaza San Martín: "Recuerdo que renuncié antes de empezar el mundial '78", expresa.

 

Sí empezó a vincularse con lo que al cabo sería "su" vida. "Arranqué trabajando con Emigdio Conrado Fragassi, que tenía una oficina en calle Quintana casi Pellegrini. Tengo grandes recuerdos de eso, vendía publicidad al principio, y después colaboraba con los guiones para sus programas de radio...".

 

Tiene un aprecio especial por Emigdio, y evoca que el productor había creado el ciclo radial "El club de la Amistad" por LU33... "Era el aniversario del Club Deportivo Alpachiri, donde tengo familiares, le pedí armar una transmisión especial y me mandó con un grabador a hacer notas...". Sería el principio de lo que vendría luego.

 

"Casi sábado a la noche".

 

Fue el puntapié inicial que lo iba a volcar definitivamente a la radio. "Luego arranqué con 'Casi sábado a la noche', que iba desde las 21, y que al principio estaba previsto para nada más que media hora. Pero fue tan bien que terminó yendo hasta las 0.30, el momento de cierre de la transmisión".

 

Resultó tan exitoso que lo decidió a dejar el trabajo fijo que tenía en el Banco Nación. "Ganaba más con ese sólo programa que todo el mes en el banco, y no lo dudé", dice ahora Julio.

 

Se trataba de pasar música, hacer algunos comentarios, en un programa que "le daba espacios al estudiante, a la universidad, hablaba de moda... Llegaron a colaborar Elsa Fernández y Susana Tarrío; Ernesto del Viso era el operador en tanto Rubén Ralli seleccionaba la música y después fue mi socio. Pasábamos música bolichera y apuntábamos más a la juventud", reseña.

 

Y ya era todo un conductor y productor radial. "Sí, podría decirse que sí... Después rendí como locutor y empecé como empleado fijo de la radio. Eran tiempos más estrictos con el tema de la locución., porque un conductor no podía anunciar temas ni leer publicidades... había que hacer el curso", recuerda.

 

Fue un flechazo.

 

Sonríe en la evocación cuando le pregunto cómo inició su relación con Graciela Frezzi, su esposa... "Fue medio loco eso... yo venía caminando con quien entonces era mi novia por la vereda del Sanatorio Santa Rosa y Graciela entraba a trabajar ahí. Fue un cruce de miradas, un flechazo... al tiempo corté con quien era mi novia y empezamos a salir con Graciela", dice.

 

La joven que habría de ser su esposa y la madre de sus dos hijos participaba en desfiles de modelos, y aunque Julio muchas veces los conducía no se habían encontrado hasta aquel día.

 

Se casaron en 1980 y la fiesta fue en Piedra Azul. "Yo tenía muy buena relación con el Ruso Kail (ex jugador de All Boys que llegó a tener Crazy), y él nos regaló la noche en el boliche... Fue una linda fiesta, con muchos amigos, con los compañeros de laburo... Con Graciela habíamos comprado una casa en el Barrio Pampa donde nació nuestro primer hijo, Emanuel; y después nos fuimos a la calle Molas casi Spinetto, donde nació Daniela", completa.

 

Los hijos.

 

Emanuel Arias, el hijo mayor de Julio y Graciela, hoy vive en el Distrito Federal, en México, donde triunfa como músico, actor y modelo, y tuvo su momento glorioso en nuestro país cuando participó en "Operación Triunfo", programa que se difundía por Telefé y del cual resultó finalista. Emanuel les dio una nieta, Javita (5); y Daniela dos, Toto (13) y Francisco (10).

 

Julio, en el caso de Daniela, narra que cuando con la familia esperaban en un hotel de Buenos Aires por una gala de "Operación Triunfo" donde participaba Emanuel, la joven empezó a chatear con un muchacho que en ese momento estaba en Estados Unidos. Era Junior (así le dicen), que se llama en realidad Mario Baldomar, quien al tiempo se radicó en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, donde ahora vive la pareja. Daniela y Junior tienen a Toto (13) y Francisco (10).

 

Ellos, los nietos, aparecen como la gran motivación para Julio y su esposa, y por eso Bolivia será su residencia en los próximos años de su vida.

 

"¿Cómo es Santa Cruz de la Sierra? Muy bonita, con mucho verde, y no tiene la altura de otras ciudades del Altiplano... en todo caso la de las provincias del norte de nuestro país. Anda en los 2 millones y medio de habitantes, y creo que superó a La Paz. Está lindando con Brasil, bastante lejos de La Paz que se encuentra en la cordillera", describe.

 

Presentador de las estrellas.

 

Si bien como quedó dicho se desempeñó en el Banco Nación, y también en Osde entre 1980 y 1986, lo de Julio ha sido el camino de la música, de la radio y de la conducción de diversos espectáculos que lo llevaron a codearse con los grandes de nuestro mundo artístico.

 

Se dio el lujo de presentar a Sandro en varias oportunidades, y también a Raphael, María Martha Serra Lema, Sergio Denis, Fernando de Madariaga, Mario Echeverría, Daniel Magal, Antonio Tormo, Sebastián, Alcides, La Bomba Tucumana, Los Bárbaros y muchos más.

 

"Con algunos trabé una amistad como con Fernando de Madariaga, o Daniel Magal... pero en general todos han sido muy cordiales y buena gente, sin aires de divos. En el caso de Sandro cuando vino la primera vez era el aniversario de 'Casi sábado a la noche', y lo llamé al Hotel Calfucurá donde paraba. No tuvo ningún problema para hacer una nota de casi una hora; y después de su actuación, que lo dejaba destruido por el cansancio, fui al único que dejó ingresar a su camarín", lo recuerda.

 

"Pero también Sergio Denis era un tipazo, y María Martha también muy piola... el único un poquito más apartado, más que nada porque su representante lo alejaba que por otra cosa, fue Raphael. Que sí era una gran figura, claro", admite.

 

"El Negro" Cuello.

 

Julio no se olvida del Negro Cuello, productor de tantos espectáculos. "Él los trajo a casi todos, y creo que todavía debe estar pagando alguna deuda de esos espectáculos fantásticos que producía contratando a los mejores... él también fue el productor de 'Caravana', el programa que hacíamos por LU33, que todavía no entiendo el por qué de su éxito: era una carpeta así de publicidades (pone una distancia de 20 centímetros de altura entre una mano y la otra)... se pasaba pura publicidad y apenas algún tema que al final quedaba como una cortina", se sorprende aún.

 

No puede menos que sonreírse al recordar una anécdota: "Un día estábamos con Alberto Cuello en su casa y a la tarde cayeron unos tipos con bombo y guitarras... 'qué andan haciendo muchachos?' les preguntó. 'Pero si usted nos contrató para un show...', le contestaron... y él se las arreglaba igual porque al rato los metía en cualquier lado", evoca.

 

Lo que viene.

 

Como quedó dicho, pasó por diversas radios -Platino, LU33, Radio Vox-, hasta llegar a Radio Noticias con "Ayer Nomás". Julio Alberto Chiri explica que "empezó con otro nombre allá por el 2000, con la idea de pasar música del recuerdo, y en general me fue bien... En una oportunidad que viajé a Bolivia le pedí a Tato Teysseire si me podía reemplazar y me dijo que sí; al tiempo otra vez... pero cuando volví Tato me dijo 'yo sigo en el programa'. Le expliqué que por ahí no daban los números para los dos conduciendo, pero insistió: 'Yo me quedo'. Y bueno, ahora que me estoy yendo qué mejor que él para seguirlo por muchos años más", admite Julio.

 

"¿Yo? A vivir en Santa Cruz de la Sierra, con la cercanía de mis nietos, con otra gente, viendo qué se puede hacer... tal vez algún programa allá, o enviar algún material para que se escuche aquí. Pero ya hice bastante... ¿no te parece?", interroga y obviamente la respuesta es que sí, vaya que hizo.

 

Los afectos, lo más importante.

 

Julio hace una evaluación y sostiene que "a mí la noche no me gastó como dicen le ha sucedido a otros... Siempre me acostaba a las 3 ó 4 de la mañana, pero al otro día a lo sumo a las 9 ya estaba arriba. Y ciertamente disfruté de todo lo que hice... y si comparo, levantarme para ir a trabajar al banco sí era sufrir...", razona.

 

"Esto de partir lo vengo elaborando desde que nació el primer nieto, y es más que nada por ellos. Estábamos solos aquí, con una casa inmensa... Tengo en Graciela a una co-equiper de fierro, y con ella un día decidimos vender todo y arrancamos... A vivir con plenitud, pero en otro lado. Más cerca de los afectos, que es lo más importante, de los hijos y de los nietos...", manifiesta. ¿Alguien podría poner en dudas que eso es realmente lo más trascendente?

 

Un muchacho del barrio El Oeste.

 

Como quedó dicho, la vida de Tucho quedó signada por sus vivencias en el barrio El Oeste, donde nacieron y se criaron grandes deportistas. "Era jugar a la pelota en el club" -El Oeste era un baldío en forma de triángulo a pasos de la vía del ferrocarril-, y compartir horas y horas con una banda de muchachos buenos, alegres y uno no puede menos que extrañar esos tiempos", se pone nostalgioso.

 

"Enfrente de mi casa vivía El Negro Calvo, que era dirigente de Sarmiento, y él me llevaba a la cancha, aunque en realidad siempre fui hincha de Deportivo Penales, precisamente porque mi papá era penitenciario", reconoce ahora.

 

Julio Chiri señala que en un tiempo "época de los grandes equipos de All Boys que seguía toda la ciudad, cuando jugaban Facio, Kraemer y el Gato Villalba iba mucho a la cancha... pero luego ya no tanto".

 

Y agrega: "Es cierto que soy hincha de Racing, y eso fue porque el doctor Guillermo Furst (queridísimo médico que iba a domicilio a cualquier hora y a cualquier lugar) era de la Academia. Y bueno... eso me decidió. Pero de verdad nunca me voy a olvidar de El Oeste, porque siempre fui muy amiguero, y me gusta decir que soy un muchacho de barrio y amigote de tipos como los Negros' Carlitos Fortuna, Cejas y Gallego", completa.

 

El dueño de la pelota.

 

Y es el Negro Gallego (ex chofer de Recursos Hídricos) el que rememora que "le decían Tucho, y cuando iba a jugar aparecía con una camiseta de Racing, así que yo me hice hincha de la Academia".

 

¿Jugaba Julio Chiri porque era el dueño de la pelota? Él lo desmiente y asegura que se las rebuscaba: "Era enganche, y jugué en Boca de Río Gallegos, pero cuando nos volvimos a Santa Rosa no me dieron el pase y ya no seguí", sostiene.

 

"El Negro" Gallego se ríe al recordar que "sí, es verdad, Tucho era el dueño de la pelota... a media tarde salía la mamá y lo llamaba: '¡Tuchito..., a tomar la leche!'. Así que Julio agarraba la pelota, se suspendía el partido una media hora y seguíamos cuando él volvía", se ríe con la anécdota.

 

'
'