La Pampa es más receptora que donante de órganos

Ayer se celebró el Día Nacional de la Donación de Organos y Tejidos, “una oportunidad ideal para agradecer a los donantes y sus familias, porque sin ellos no hay posibilidad de trasplantes”, recordó Javier Tevez, coordinador jurisdiccional del Incucai. La fecha fue instaurada para recordar el nacimiento del primer bebé hijo de una paciente trasplantada en un hospital público y el Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) aprovechó el día para informar que durante 2023 ya se realizaron 1.502 trasplantes de órganos y córneas, que beneficiaron a 776 pacientes que estaban en lista de espera.

De acuerdo a las estadísticas, La Pampa resulta mayormente receptora de órganos y tejidos (córneas y sistema osteoarticular): en lo que va del año se registraron cinco operativos de ablación en nuestra provincia, en tanto que hubo 19 pacientes beneficiados con trasplantes. Además, debe tenerse en cuenta que muchas veces los donantes pampeanos “benefician directamente a pacientes que residen en nuestra provincia, como en el caso de las córneas y los riñones”, explicó Tevez. En estos dos casos, “la prioridad la tienen los pacientes pampeanos, luego los de la región patagónica y finalmente el listado general del país”.

Salvando vidas.

En los primeros cinco meses de este año, se registraron cinco operativos de ablación en La Pampa: cuatro de ellos aportaron sus ocho córneas y el restante fue objeto de una ablación multiorgánica. “En el mismo período hubo 19 pacientes que recibieron órganos y tejidos, entre ellos cuatro trasplantados hepáticos, uno renal, uno cardiorrenal, uno hepatorrenal y otro pulmonar”, detalló. Además cinco pampeanos recibieron córneas y seis fueron trasplantados del sistema osteoarticular (SOA).

“En la mayoría de los casos, un trasplante resulta la única posibilidad para salvar una vida, y en Argentina hubo un cambio de paradigma a partir de la implementación de la Ley Justina (27447), por la cual todos somos donantes si no hemos expresamos una negativa”, recordó Tevez. Esta norma, impulsada por el senador pampeano Juan Carlos Marino, fue aprobada en julio de 2018 y su nombre recuerda a Justina Lo Cane, una niña de 12 años que falleció el 22 de noviembre de 2017 mientras esperaba un trasplante de corazón que nunca llegó.

Transparencia.

Desde entonces “la comunidad en su conjunto se siente donante” una conducta reflejada en cifras: “en los últimos cuatro años, desde este organismo provincial nunca registramos una negativa, y eso resulta un dato muy importante porque demuestra el acompañamiento de las familias aún cuando atraviesan un proceso de duelo tan doloroso”, dijo.

Entre las muchas razones que estimulan la donación figura “la confianza que ofrece la transparencia del sistema, con una trazabilidad que registra de dónde provienen y quiénes reciben órganos y tejidos”, condición que también elimina toda posibilidad de ablación clandestina y contrabando de órganos . Según Tevez, “eso es resultado de un trabajo de décadas que llevaron adelante muchos técnicos y profesionales, apoyados por los medios de comunicación” y recordó que “el mantenimiento y el trasplante son procesos de alta complejidad” y que en cada cada operativo nacional “participan más de 120 personas”.

Si bien existe un resguardo de identidades, en los últimos años muchos familiares de donantes y trasplantados han expresado públicamente su necesidad de conocer y establecer vínculos con la otra parte. “Es un tema recurrente que sigue en discusión y que hemos abordado en los consejos federales de trasplante con funcionarios del Incucai”, reconoció Tevez. Y advirtió que “si bien la ley mantiene en ambos casos el anonimato, a través de redes sociales y medios de comunicación muchas familias terminan conociéndose”. Por eso, aunque el organismo no tiene permitido comunicar las identidades, “pasado un plazo determinado tratamos de flexibilizar esa cuestión y hasta buscamos generar encuentros y estimular vínculos entre ellos”.