"Lo mejor, la ayuda de la gente"
Ser nómade es un estilo de vida, una elección que no todos toman porque para ello es necesario salir de la zona de confort para lanzarse a un viaje de incertidumbre que puede ser duro, pero sin dudas reconfortante. Emmanuel Daruich es un joven de 28 años de Mar del Plata y desde hace casi un año la bicicleta y la carpa se convirtieron en su casa. "Ya siento que no soy de Mar del Plata, nací ahí pero ya siento que soy de todos lados", indicó.
En diálogo con LA ARENA contó que con anterioridad trabajaba de ayudante de albañil con su padre y luego con su primo. Decidió comprarse una bicicleta usada pero nunca pensó que iba a lanzarse a esta travesía. Pero el 4 de marzo de 2021, en medio de la pandemia por el Covid-19, Emmanuel agarró sus elementos más esenciales, comenzó el viaje hacia el sur y así arrancó su "vida nómade", como él la define.
Armó unas alforjas caseras con bidones de 20 litros, donde lleva comida, herramientas y repuestos; también tiene una carpa, un bolso, una silo bolsa para cubrirse de la lluvia si es necesario, además de su guitarra que si bien aún no se animó a tocar en público, algún día la utilizará para ganarse unos pesos.
Si bien aún no sabe cuál es el motivo por el cual comenzó a viajar, explicó que la pandemia puede ser uno de ellos. "Es la primera vez que salgo a andar en bicicleta, es más; nunca me había ido de vacaciones. Es mi primer viaje", reconoció Emmanuel y explicó que utiliza todas las medidas de seguridad necesarias: casco, espejo retrovisor, cintas refractarias en los bidones y luces. "Arranqué con poca plata, seis mil pesos, pero me la gasté al toque, aunque lo bueno es que había comprado un kilo de avena, arroz y gran cantidad de cereales". Contó también que viaja con una cocina a alcohol.
A Bariloche.
El primer objetivo que tenía era llegar al sur, específicamente a Bariloche. "Salí a pedalear y el primer día casi me desmayo porque se me bajó la presión, no tenía entrenamiento ni estado físico para pedalear con tanto peso, además de que también hacía mucho calor", explicó el joven quien manifestó que en total viaja con uno 50 kilos extra.
Pero a medida que fue avanzando, aprendió a organizar el equipaje para que no pese más de un lado que de otro. En ese sentido, subrayó que es imprescindible que todo esté bien ordenado porque "la bicicleta es como un departamento". Tardó diez meses en llegar a Bariloche, muchas veces fueron los automovilistas quienes lo ayudaron a llegar a distintos destinos.
Una vez en el sur, conoció El Bolsón, Lago Puego, el Parque Nacional Los Alerces. Entre las tantas anécdotas que contó, mencionó que yendo hacia Los Alerces, el cielo se comenzó a nublar por lo que decidió parar a la vera de la ruta para armar la carpa. Comenzó a llover pero todo iba bien hasta que se rompió uno de los caños de la carpa, pero como no entraba agua, siguió acostado. Sin embargo, a la madrugada se despertó mojado y tuvo que salir de la carpa y taparse con el silo bolsa. Retomó el viaje hasta que encontró un paraje de bicicleteros donde pudo descansar adecuadamente.
"Lo que más me gustó fue la Patagonia porque hay muchos arroyos, lagos y el agua es cristalina", expresó el marplatense, aunque explicó que "hay momentos que son difíciles para andar en la ruta porque hay muchas lomas, viento o calor". Lamentó no poder visitar los refugios y los distintos cerros en Bariloche, "pero estaba tan cansado que no tenía ganas y por eso quedará para otro viaje".
Llegar a La Pampa.
Emmanuel destacó que "la relación con la gente es muy importante para el viaje". En ese sentido, explicó cómo llegó a La Pampa: "Iba pedaleando a 50 kilómetros de Bariloche, me levantó un vehículo y me trajo hasta General Acha. Mucho mejor porque me tocaban las peores rutas, como la de Piedra del Aguila o el Chocón que ya las hice a la ida y son con muchas subidas y en esa zona hay mucho viento y es muy desértico porque no hay arroyos, ni casas".
Hace dos semanas que llegó a General Acha. "Hice changas de parquero y me quedé como una semana en el camping municipal", detalló. "Comencé a pedalear para Santa Rosa, pero en la ruta como venían muchos autos tenía que bajarme a la banquina y se me pincharon las ruedas. La emparchaba, le sacaba las espinas con una pinza de depilar, hasta que se me terminaron los parches y tuve que hacer dedo. Me levantó un vehículo y me trajo hasta Santa Rosa".
Vida nómade.
Ahora, el marplatense está parando en La Reserva privada de la calle Ferrando, entre Lope de Vega y Civit. El objetivo es conseguir algún trabajo para seguir juntando plata y así continuar su viaje, en primer lugar hacia Córdoba y luego Misiones. "Me gusta la vida nómade. Es difícil porque la bicicleta cansa pero una vez que te acostumbrás, no se quiere cambiar esta vida. Lo que más me gusta del viaje es que la gente te da una mano", destacó Emmanuel.
Consultado sobre si cualquier persona puede recorrer el país en bicicleta, dijo que sí "pero todos deben encontrar su ritmo. Al principio le metí mucho al pedal, como que iba desesperado por avanzar, pero no es así porque hay que encontrar el ritmo, no esforzarse demasiado y descansar cada 20 minutos. Lo aprendí a la fuerza".
Vivir de changas.
"No tengo planeado cuánto quedarme en cada lugar", explicó Emmanuel pero mucho depende de si consigue trabajos esporádicos para sustentar el viaje. "A veces la estadía se va alargando porque conozco personas que me invitan a quedarme en sus casas o me dan trabajo. Lo máximo que me quedé fueron tres meses en Pedro Luro, Buenos Aires", agregó.
El joven contó también que se tuvo que ir de algunas localidades por no conseguir trabajo. A su vez explicó que en algunos sitios, se queda en campings. "Pero siempre intento ahorrar plata y trato de no pagar, por eso paro en cualquier lado donde se me permita y esté cómodo", dijo riendo.
En Santa Rosa, se quedó unos días en el camping municipal hasta encontrar la reserva natural. En tanto, fue vendedor ambulante de panes. "No me servía porque no ganaba mucho y tenía que andar con la bici en la ciudad y tenía miedo que me chocaran", lamentó. Otra tarea que realizó fue descargar baldes de pintura.
Por estos días continúa en la búsqueda de algún sustento ya que necesita arreglar la cubierta delantera "que se está rajando", según dijo.
Artículos relacionados