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Lunes 22 de diciembre 2025

“Los chicos tendrán varios recuerdos que no se olvidarán”

Redacción 22/12/2025 - 00.10.hs

“La salida siempre es colectiva”, afirmó el profesor y referente del Desayunador de Villa Germinal, Pablo Prato. El sábado, unas 120 personas viajaron a Winifreda y disfrutaron del parque acuático. Los niños y niñas fueron felices gracias a la venta de rifas y las donaciones de comercios y agrupaciones.

 

En diálogo con LA ARENA, Prato contó que el viaje de los pequeños y pequeñas que asisten al desayunador tiene como objetivo celebrar el cierre de actividades anuales. El destino siempre era el Parque Luro, pero como la pileta no estaba habilitada, desde el año pasado buscaron otro rumbo. Y así surgió la necesidad de conocer el nuevo parque acuático que el municipio de Winifreda había levantado y que, desde entonces, genera una gran atracción durante el verano.

 

En 2024 comenzaron una campaña que se volvió viral en las redes sociales y desde el municipio de Winifreda le regalaron las entradas, pero este año esa salvación no era posible. “En esta oportunidad nos dijeron que no existía posibilidad de hacer una rebaja porque había muchos clubes, escuelas y grupos que pedían lo mismo. Pero esa respuesta nos vino muy bien porque nos ayudó a organizarnos, a movernos, gestionar nuestros recursos y en asamblea surgió la idea de vender entradas”, relató el profesor de matemática.

 

Los mismos pequeños y pequeñas fueron los encargados de salir casa por casa en el barrio a vender las rifas, a $ 2.000 cada una.

 

“Como el precio de la entrada al parque depende de la edad, cada uno debió vender entre 5 y 7 rifas. Hubo chicos que no pudieron vender, entonces otros vendieron más para pagarle la entrada al compañero. Eso estuvo muy bueno porque además permitió que vinieran personas con donaciones. Vendimos alrededor de 600 rifas, lo cual nos permitió costear todas las entradas, aunque faltaba un resto y pudimos plata de la organizaciones”, explicó.

 

Aporte solidario.

 

El docente contó que pagaron la entrada para 120 personas: viajaron alrededor de 90 niños y niñas, y el resto eran adultos que no conocían el lugar. También tuvieron que recaudar dinero para el transporte. “Compartimos el alias del desayunador en las redes y mucha gente aportó para que paguemos los dos colectivos más seis o siete autos”, agregó.

 

“Una vez que ya vimos que podíamos viajar, empezamos una colecta para la alimentación. El grupo de jubilados de la cooperativa nos donó cajones de frutas, tomate, lechuga. Una verdulería aportó algo más y un par de carnicerías nos dieron 400 chorizos. Compramos 10 kilos de pan y otras panaderías nos donaron entre 15 y 20 kilos más. Llevamos cajas de leche para la merienda y las masitas fueron aportadas por una empresa que nos entrega de manera mensual”, detalló.

 

Recuerdos.

 

Prato afirmó que “el día estuvo increíble”. Llegaron cerca de las 11, la organización les explicó los recaudos que deben tener con las piletas y “los pibes se metieron al agua a las 11:30 y salieron a las 17. Merendamos y volvimos”.

 

El profesor hizo hincapié en que “el parque es increíble” y que los chicos “tendrán recuerdos que difíciles de olvidar”. También describió al viaje como “un acto político” porque no dependieron de nadie. “Fueron los mismos peques los que caminaron el barrio para vender las rifas, se involucraron y ya son una parte activa de estos viajes. Se tuvieron que mover para que ir no sea una limitante”, expresó.

 

De esta manera, el Desayunador de Villa Germinal le dio el cierre a los talleres de huerta, murga, apoyo escolar y arte. Prato señaló que los chicos y chicas sufren “situaciones muy complejas” todos los días, “de mucha violencia, quita de derechos y tratan de hacerle frente a una etapa de tanta crueldad donde sufren los que están más abajo. Tratamos de combatir esa crueldad a través de la alegría. Y así se cumplió uno de los lemas que tenemos: la salida siempre es colectiva”, completó.

 

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