Domingo 21 de abril 2024

Martín Santajuliana, un maravilloso cantor y guitarrero

Redacción 08/05/2022 - 00.44.hs

La Pampa está llena de talentos vinculados con el arte. Hay muchas y muchos cantores que son capaces de llenarnos el alma con sus canciones. "El Paisano" Santajuliana es uno de los mejores exponentes.

 

MARIO VEGA

 

No lo frecuentaba al hombre; y en todo caso lo conocía sólo de mentas... apareció, invitado una mañana de hace poco en la radio. Grandote, amplia sonrisa en banderola, barba oscura, boina, bombachas, botas, camisa y pañuelo al cuello. Y eso sí, la guitarra apretada sobre el pecho. Le advertí de entrada -aunque quizás me equivoque- una cierta timidez.

 

Él visitante sí conocía a Rubén Darío Taty Pereyra, el operador de Radio Noticias tantos años en el espacio de Guito Gaich, y ahora del programa La Pampa Va que se difunde los domingos por las mañanas, y dónde lo habíamos invitado a cantar un rato.

 

Fue su amiga Ilda Susana -la médica que tan bien interpreta tangos- la que nos alentó a convocarlo, porque "es el mejor cantor de por aquí, de nuestra música pampeana, de estilos, de milongas... Un cantor surero, y también gran intérprete de tangos con ese vozarrón que tiene", nos apuntó.

 

"Soy así...".

 

Y ciertamente su presentación radial fue todo un muy agradable momento para quienes conducimos el espacio, y para la audiencia claro. Porque se sucedieron los llamados y mensajes saludando su actuación, y exaltando sus condiciones de cantor y guitarrero.

 

"Yo canto lo que siento, toco como puedo y eso sí todo lo hago de corazón, porque soy así... no tengo formación musical; mi canto es un canto criollo y sin academia, porque nunca estudié música... Canto y toco como me sale". Martín Santajuliana (45) es "El Paisano" Santajuliana, porque heredó de su padre ese apelativo que lleva con orgullo y suficiencia.

 

"¿Qué hay alguno que dice que soy bueno cantando? Digo la verdad: nunca me subí a ese caballo, porque conozco tremendos cantores... y en todo caso el que lo diga que se haga responsable"", se ríe con ganas Martín.

 

Aunque de entrada la impresión que ofrecería es de cierta poquedad, en realidad es entrador y simpático... Y debo confesar que me produjo una sensación de empatía -más allá de sus condiciones como artista-, por su sencillez, porque habla con simpleza y se muestra como los que lo conocen mucho dicen que es: un buen tipo. De esos que vale la pena conocer.

 

Los Santajuliana.

 

Son un montón los Santajuliana que le hacen al canto y la guitarra, y Martín uno más de ese familión de admirables musiqueros.

 

Y cuenta: "Soy nacido en Santa Rosa, en Villa Parque, y ahí vivo hasta hoy. Me crié parte de mi vida en el campo y pasé también algún tiempo en la ciudad, siempre alternando. Teníamos unos tíos, Cacho e Hilda, ya fallecidos, que eran de esos que todos queremos tener... Ellos nos llevaban en vacaciones al campo en Potrillo Oscuro, y ahí nos vinculábamos con la paisanada y la gente del lugar e íbamos aprendiendo sobre las tareas rurales. Mi papá se llamaba Carlos Reynaldo y mamá es Irma Elena Rincón, y como tiene algunos problemitas todos estamos pendientes de ella. Papá falleció hace 13 años... era muy fumador. Somos nueve hermanos, siete Santajuliana y dos Decristófaro por parte de mi mamá...", precisa.

 

Martín es padre de dos hijos, Reynaldo Cruz que hace básquet y estudia y Juan Martín (13) que juega al fútbol en General Belgrano. Precisamente el más chico lo acompañó ese domingo a la radio, y era lindo verlo que mientras su padre vocalizaba él pibe iba canturreando en voz baja las estrofas del tango que Martín interpretaba fantásticamente. "Le gusta la música, y ya se verá. Pero por ahora está con el fútbol", dijo el padre hablando del pequeño hincha de Boca (¡Qué se le va a hacer!).

 

Familia de musiqueros.

 

Dice en otro momento: "Desde chiquito me gustó el campo, y siento algo muy especial más que nada por los caballos. Tengo locura. Mi padre varios años trabajó en tareas rurales, hasta que consiguió empleo en Casa de Gobierno al principio como jardinero; pero también hizo tareas de albañilería y los últimos años fue ordenanza en la cochera del gobernador. Pero la mayoría de su vida fue trabajador rural, hachero y peón mensual. Cuando más joven trabajó en el campo 'El Pampa' de la familia Souto, en la zona de El Durazno... De ahí le quedó 'El Paisano', que después medio que lo heredé yo", sonríe al mencionarlo.

 

Martín se extiende en la conversación y señala que todos los Santajuliana están "muy cercanos a la canción. Mis hermanas cantan muy bien, les encanta el folklore, las zambas y las milongas, y tienen el mismo gusto musical que yo. Y mis hermanos también: Mariano es enfermero y toca el piano y la guitarra, Facundo guitarra y charango; Juan Cruz es guitarrista igual que Carlitos", los enumera.

 

Amor por las cosas campestres.

 

Cualquiera puede advertir que en estas épocas se ha producido un éxodo importante y cada vez son menos las personas que viven en los campos. La modernidad y algunas nuevas características en las formas de desempeñar las tareas llevó a que los establecimientos rurales se manejen muy distinto a como sucedía en otros tiempos. Pero no obstante -obviamente- sigue habiendo enamorados de lo silvestre, esa clase de personas que se regocijan con la inmensidad que les permite ver el horizonte allá a lo lejos... Son los que disfrutan realmente de la soledad de un paisaje bucólico y placentero.

 

El gauchaje.

 

Porque quién podrá negar que el campo, los animales, el trinar de los pájaros cuando amanece... la vegetación -y la ausencia de esa vocinglería del trajinar del gentío, habitual de la ciudad- debe tener sus atractivos. Por supuesto que se puede disfrutar de un entorno menos contaminado por lo urbano, y en eso está "El Paisano". Sí, en su salsa.

 

Y Martín un poco que lo admite. "Mirá, no sé bien cómo es, pero cuando tenía 5 ó 6 años se compraban las carteritas de fósforos 'Gaucho'... coleccioné un montón de esas cajitas que tenían el dibujo de un gaucho montado sobre un caballo overo-colorado. Me pasaba las horas mirando esas cajitas", sonríe al ir a ese recuerdo de su infancia.

 

Confiesa que ya sentía "algo muy raro con ese tema del gauchaje, de los caballos, del apero, la soga, el recado... eso de lucir el cuchillo, el chiripá, pañuelo al cuello, el sombrero y la rastra... quería eso", completa.

 

Tareas rurales.

 

Las jornadas del hombre de campo empiezan muy temprano... "En verano uno tiene que madrugar porque está bueno hacer las cosas con la fresca. Los calores son bravos y hay que aprovechar de las 5 de la mañana hasta las 10 ó 10 y media de la mañana que empieza a apretar el sol...".

 

"¿Las tareas que hago durante el día? Hay mucho para hacer si uno quiere... cambiar un palo, hacer un esquinero, atar un alambre, acomodar una bebida... lo que más me gustó siempre de las actividades rurales fue el caballo y el trabajo con la hacienda", enumera.

 

Como buen paisano señala que le gusta "mucho manejar el lazo, aunque ahora en establecimientos chicos se hace poco diariamente ese trabajo de enlazar un animal, o de curar un 'enbichao' en el campo. Más vale esas tareas se hacen en los corrales", sostiene.

 

Trabajar con los caballos.

 

Martín confirma que lo que más le complace "es tratar de amansar un caballo, establecer una relación con el animal. Es un trabajo de mucha paciencia y constancia enseñarle para trabajar en los corrales... eso de pechar un animal, llevar a la rastra un palo... La verdad que disfruto mucho de ese trabajo", explica.

 

Pasa muchas horas en ese escenario natural, en medio de los animales, con el sol pegando fuerte, y con el viento rozando su rostro... "Sí, me encanta todo eso... y de a ratos parar para un mate amargo; y al mediodía prepararme algo rápido... Me gusta lo salado: el chorizo seco, el jamón, la bondiola... no tanto lo dulce", especifica.

 

Fue a la escuela sólo hasta quinto grado: "Abandoné y me fui a trabajar al campo. Poco me gustaba estudiar, pero estoy arrepentido. La vida se dio así y hubo que salir a trabajar... ahora mismo lo hago en un campo de acá cerca que se llama 'El Rincón' y es de Ariel Fernández", señala.

 

La influencia de Yupanqui.

 

Se me ocurre que es medio ermitaño, y se lo digo... Y más o menos que lo admite: "Soy solitario... 'voy solitario en la vida, más nunca fui soledad', así dice una milonga. La verdad es que me encanta estar en el campo, es lo que más me gusta y es paralelo a lo que me pasa con la música. Van de la mano", confirma.

 

Lo que no está en discusión es que Martín Santajuliana -pese a su aspecto de rudo y de alguien acostumbrado a tareas duras- es un hombre sensible, al que lo conmueven cosas tan simples como una canción. "Nada menos", dirá él mismo.

 

"Me pasan cosas... en cuanto a los géneros musicales de niño me extasiaba la guitarra de Yupanqui... Siempre me estremeció esa forma de tocar y decir las cosas. Aunque era muy chico escuchaba 'La Estancia Vieja' de Atahualpa... Y es cierto, lloraba con esa melodía", y no se sonroja por hablar de sus sentimientos.

 

Milonga, estilos y tangos.

 

Y sigue: "Sabés qué pasaba... Me figuraba muchas cosas. Porque en casa hemos sido muy humildes, y cuando éramos chicos más... porque ni televisor teníamos. Y por eso yo me imaginaba paisajes, y siempre el campo... La música me trasladaba al pasto puna, a una pampa abierta, a un cielo despejado...". Claro, toda una definición de la manera de ser de este hombre al que le dicen "El Paisano".

 

Martín cuenta cuál es el género musical que le deleita. "Tengo para decir que la música latinoamericana me gusta mucho... pero canto lo mío, que es la milonga, los estilos, y el tango que me encanta...", puntualiza.

 

Aunque no terminó la escuela primaria, como contó, cabe decir que resulta un autodidacto, alguien que aprendió con los grandes poetas de nuestro cancionero. Porque abrevó en Atahualpa Yupanqui, "el poeta que más he escuchado; también Armando Tejada Gómez, Manuel J. Castilla, Alfredo Zitarrosa, Osiris Rodríguez Castillo, El Cuchi Leguizamón... y tantos otros intérpretes que me gustan y ahora no recuerdo. Ah! Y no quiero dejar de mencionar a Roberto Yacomuzzi, por el que siento una gran admiración", resume.

 

Un canto criollo.

 

Hay colegas suyos que lo elogian abiertamente, y algunos que lo consideran "el mejor cantor de milongas" de por aquí. Es medido Martín, y a esos aplausos responde con humildad: "Lo cierto es que nunca me subí a ese caballo porque no creo eso... Conozco otros tremendos cantores, y en cuanto a mí interpreto lo que siento, toco como puedo y todo lo hago de corazón. Y soy así... no tengo formación musical, mi canto es un canto criollo, sin academia porque nunca estudié música. Tengo los pies sobre la tierra, aunque sí es importante decir que tengo muy claro lo que me gusta y hacia donde me dirijo", afirma.

 

"Soltero... digamos".

 

No elude hablar de lo personal: "Estoy solo... soltero digamos. Sí estoy con mis hijos, que son hermosos. Y lo cierto es que no hay ningún apuro para que llegue una compañera en algún momento... alguien que le guste como es uno, compartir la vida como uno cree que es; aunque necesariamente no es que la vida tiene que ser como a mí me gusta. Pero bueno, sí poder compartir las cosas que le gustan a uno. Ya vendrá, y si se tiene que dar sucederá... y si no seguiré mi camino como tiene que ser. Tengo buena relación con las mamás de mis hijos y está todo bien, gracias a Dios", cierra sobre el tema.

 

Mayormente solista.

 

Hace un repaso de su carrera de cantor, y menciona que "cuando jovencito estuve con Los Duendes de la Guitarra, con Julio Báez, Facundo Santajuliana y Carlos Luis, cantando tangos y folklore. Más o menos a los 20 años tuvimos un dúo con un cantorazo, una de las personas con la que mejor me he llevado como Raúl Villavicencio... sonaba muy lindo, pero pocas veces lo hicimos. Recuerdo que después participé de un recital de música pampeana en el Club Español, que arreglaba Tito Morales, y compartimos con Laura Paturlane y Leticia Pérez", rememora.

 

Y agrega: "Otras veces, muchas, me ha acompañado mi hermano Juan Cruz; y otro que no puedo no mencionar porque nos complementamos muy bien es Pablo Jiménez, un muy buen guitarrista de Toay. Con él nos quedamos con ganas de grabar antes de la pandemia. Pero mayormente he sido solista", completa.

 

Invitado por Juan Falú.

 

Es hombre que desdeña la figuración, y hay que insistirle para que cuente que fue el único pampeano invitado por Juan Falú, Liliana Herrero y Teresa Parodi -nada menos- a tomar parte en Chaco del Congreso Argentino de Cultura. Allí estuvieron más de cuarenta músicos de las veinticuatro provincias, artistas fundamentales de distintas generaciones, estilos y regiones que se juntaron en un concierto que celebró a lo mejor de nuestra música folclórica.

 

Y la verdad, no se difundió el tema tanto como hubiera merecido.

 

"Tengo mis ideales".

 

Aunque no milita en política "El Paisano" la tiene clara: "Todos somos un ser político; y bueno, lo mío en ese sentido tiene que ver con lo que canto... es una forma de expresarme, pero no me meto en lo partidario aunque tengo mis ideales y por eso canto lo que canto. Creo que en eso estaría clara mi manera de pensar. No soy muy instruido y por eso prefiero escuchar y aprender y después tomar mis decisiones".

 

Admite que hoy "todo está difícil, pero hay que esperar que cambie. Me gustaría que todos estuviéramos medianamente bien, o bien; porque el solo hecho de que exista un ser humano es para que esté bien. Tener iglesia, escuela y derecho, como dice el Martín Fierro", acota.

 

Expresa Martín: "Amo mi provincia, y Santa Rosa... me crié en una ciudad tan linda cuando pibe... pero lamentablemente cambió mucho, y sus calles están feas, con problemas de cloacas. Cambió y no para bien. Pero no podría vivir en otro lado", enfatiza.

 

Martín y el público.

 

Hay colegas que le reprochan que no produce su material -solamente se conoce una grabación de hace algunos años-, y hasta lo regañan porque no se presenta demasiado ante el público. Se ríe con ganas Martín, porque pareciera cierto que es medio orejano y no es de andar ofreciéndose para cantar... "Estuve hace algunas semanas en Toay y me fue muy bien. Fui escuchado con mucho respeto... pero es verdad, casi no estoy tocando, aunque espero que se vaya dando de a poco. No me desespero, porque siempre lo tomé así", indica.

 

Sería bueno que las autoridades de Cultura, de la Provincia, y de distintos municipios lo pongan en su agenda, porque bien que vale la pena lo que hace...

 

Por suerte su amiga Ilda Susana lo ha convencido para que se presente en La Porfiada el próximo viernes 20 de mayo. Y está bueno porque el que lo conoce porque podrá volver a verlo sobre un escenario; y el que no tiene una excelente oportunidad para compartir con uno de los mejores cantores de La Pampa. Claro que sí.

 

"Representante cabal".

 

"La milonga, propia de esta parte de nuestro país, y que de alguna manera nos identifica, está bien representada en la voz de Martín Santajuliana. Él ha tomado el lugar de los grandes cantores de La Pampa con su voz bien impostada". La definición es de Ernesto Del Viso, uno de los estudiosos de nuestra música lugareña.

 

Y completa Ernesto: "Su registro de barítono con agudos bien atemperados muestra su solvencia vocal a la hora de la interpretación de las milongas, pero también de otros ritmos de nuestra región pampeana: cifras, estilos, corraleras y triunfos. Y también su timbre le permite abordar el típico repertorio tanguero".

 

"Sin dudas sus raíces marcaron su camino hacia la melodía con raíz folclórica: es hijo del conocido músico Carlos 'Paisano' Santajuliana; y su familia está compuesta por cantores y guitarreros. Es un representante cabal de nuestra música y tuvo importantes intervenciones junto a otros artistas pampeanos actuando en Radio Nacional Buenos Aires, en la Casa de La Pampa, y en el Teatro Español", completa Del Viso.

 

Un gran decidor.

 

También Alberto Carpio afirma que "Martín es un gran cantor de milongas, un gran decidor, y tiene un disco con la Editorial Voces por recomendación de Naldo Labrín, aunque él siempre prefirió mostrar un perfil muy bajo".

 

Alberto expresó admiración por él "sobre todo cuando interpreta Milonga Gris, Milonga Rubia, y otras letras del Bardino que canta magistralmente. Porque tiene una voz y una forma de tocar la guitarra que no debiéramos perder los pampeanos".

 

También coincide Carpio con que Martín "suele elegir escenarios más íntimos y es respetable. Lo admiro mucho", cerró.

 

Genuino y profundo.

 

También Guillermina Gavazza dejó un concepto sobre Martín Santajuliana. Y lo hizo en una frase: "Me encanta Martín. Es genuino y profundo y hace muy bien lo que hace. Logra construir un carácter inmediato cuando se pone a sonar, sin impostaciones".

 

Y si ellos lo dicen... debe ser bueno nomás Martín Santajuliana.

 

"Miedo en pandemia".

 

"Solo, sin trabajo, sin plata, sin nada... los vecinos que me conocen de chico colaboraban con mercadería y así la fui pasando. La pasé muy mal en pandemia, tuve mucho miedo. De verdad".

 

Martín no tiene ambages y dice que se sintió "acorralado cuando vino la peste... Estuve muy angustiado, se me bajó la autoestima y casi no agarré la guitarra", completa.

 

Y tiene su explicación, porque si bien muchos no lo saben tiene "tres operaciones cardiovasculares a cielo abierto en el Hospital Italiano, y además soy asmático. Me diagnosticaron de niño estenosis aórtica, que se me agravó a medida que pasaron los años. Fui intervenido quirúrgicamente por un reemplazo de válvula aórtica, me operé la primera vez a los 22, otra vez a los 27 y la última a los 39. Hace 5 ó 6 años", precisa.

 

Y agrega: "Por eso no pude hacer mucho deporte... me gustaba el fútbol y lo miro a veces por televisión; y también algo de boxeo, pero en general miro bastante poco".

 

Martín señala que pasó "momentos tremendos solo, encerrado en mi casa. Me generó un pánico impresionante y tuve psicólogo por whatsapp, porque en ese momento no se podía presencial. Por suerte me vacuné y estoy saliendo", resume.

 

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