Sabado 23 de agosto 2025

Producción girasolera creció 28,2%

Redacción 23/08/2025 - 00.20.hs

La Pampa fue el segundo distrito en volumen del país, después de Buenos Aires (2,98 millones) y delante de Santa Fe y Córdoba con 604.200 y 585.200 toneladas respectivamente.

 

JUAN JOSE REYES

 

Según el Departamento de Estimaciones Agrícolas del Instituto de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales, la cosecha de girasol en la campaña 2024/25 finalizó en abril pasado. Fue 28,2% mayor a la siembra anterior, es decir que hubo 143.506 toneladas más. La cosecha de la oleaginosa trepó a 652.050 ton debido a la buena oferta hídrica durante el período crítico evitando los episodios de estrés térmico e hídrico que afecta cultivos en la temporada estival. Se sembró 296.400 y se cosechó 283.500 ha (creció 15,8%) con rinde medio de 23,1 qq/ha (el segundo más alto de la historia). Lideró el departamento Catriló con 85.750 ton seguida de Conhello 62.920; Atreucó 52.280; Quemú Quemú 61.250 y Realicó con 55.430 toneladas. La Pampa fue el segundo distrito en volumen del país, después de Buenos Aires (2,98 millones) y delante de Santa Fe y Córdoba con 604.200 y 585.200 toneladas respectivamente.

 

Con la rebaja de los derechos de exportación (DEX) anunciados en la Rural de Palermo, que pasó de 7 al 5,5%, el precio del FOB disponible quedó en 425 dólares la tonelada. Con ello se deduce que el ingreso de divisas a la provincia por la oleaginosa, fuera de impuestos y retenciones, alcanzó los U$S 277 millones.

 

El girasol no solo se vende en grano sino también como semilla y harina destinándose buena parte a la producción en aceite comestible con una cadena que genera 2.042 millones de dólares en divisas al país y exporta por 1.520 millones de dólares. La cosecha se inició a mediados de marzo cuando los primeros datos reflejaban rendimientos promedio del orden de los 22 a 23 quintales por hectárea casi 3 quintales arriba del promedio histórico. El girasol tiene un margen bruto superior por hectárea que otras oleaginosas y ni que hablar en los albores de los años 90 cuando en dos campañas La Pampa superó el millón de toneladas.

 

Rindes excelentes.

 

A fines de abril y principios de mayo en la zona norte de la provincia, los rendimientos ya se ubicaban entre los 15 y 22 qq/ha. Hacia el sur, en la zona de la delegación Santa Rosa, la cosecha finalizaba los rendimientos logrados oscilaban entre 20 y 28 qq/ha. Sucede que las precipitaciones registradas en febrero y marzo contribuyeron a mejorar la humedad del perfil en varios lotes, no obstante, la situación fue heterogénea. En el norte las lluvias superaron los valores históricos, mientras que en el sur se mantuvieron por debajo del promedio. A nivel regional hubo diferencias en los rindes. Mientras que en el departamento de Maracó se llegó a un promedio de 25,2 qq/ha, en Atreucó los valores rondaron los 18,5 qq/ha, reflejando la disparidad de condiciones del suelo. El incremento en áreas sembradas permite a La Pampa mantener su asiento estratégico dentro de la cadena oleica, participando del 12,8% en la producción país y 15% de la superficie cultivada con este grano. Con las recolecciones de lotes tardíos implantados se logró finalizar una cosecha estimándose, cuando la Secretaría de Agricultura de los datos oficiales, como la tercera más alta de la historia pampeana. La mayor se dio en la campaña 1998/99 con la increíble cifra de 1.188.800 toneladas seguida de la 1999/2000 con 851.140 toneladas. La productividad más elevada se dio en Catriló con 85.750 toneladas seguida de Conhello con 62.920; Atreucó 62.880; Quemú Quemú 61.250; Realicó 55.430 y Maracó con 42.250 toneladas. Lo siguieron los departamentos Capital 42.240; Trenel 29.040; Rancul 26.220; Maracó 39.830; Chapaleufú 23.750; Toay 15.240 y Utracán con 1.940 toneladas producidas. El rendimiento promedio final habría llegado a los 2.310 kg/ha con picos en el norte entre 2.850 y 3.100 kg/ha. En el país la producción logró obtener 5.056.300 toneladas y a La Pampa solo la superó en tonelaje Buenos Aires con 2.984.225 toneladas y por delante de Santa Fe 604.200; Córdoba 585.200; Chaco con 221.561 y San Luis con 115.140 toneladas.

 

Granos, aceites y pellets.

 

Al estudiar el mercado de girasol y su trituración, el crushing, debe entenderse que el aceite es el principal producto de la molienda y el que más contribuye en la formación de su precio. Los demás subproductos -harina-, se venden como insumos forrajeros para producir carnes y leche. En cambio la producción de semilla de girasol tiene una participación en la oferta global del 8,5%. El girasol relegó mucha frontera territorial frente a la soja pues entre los años 2007 y 2015 la alícuota de derecho de exportación del aceite de girasol oscilaba entre 30% y 37% (30 y 39% en el pellets/expeller). A esta caída en términos absolutos del área sembrada se sumó que, conforme a la expansión de la frontera agrícola en la provincia, la participación del girasol en el área sembrada representó 3,6%, muy por debajo del 7,6% del ciclo 1998/99 cuando se obtuvo el récord histórico con 1.188.820 toneladas. Con la mantención de la rebaja en las retenciones y el buen precio internacional, más allá de un dólar artificial, quienes cosecharon en marzo y abril vendieron con el levantamiento del cepo cambiario. El panorama futuro mejora ya que el mayor productor mundial de girasol es Ucrania y por el conflicto bélico muy poco sale de los puertos de Odesa. El precio promedio mensual en valores FOB disponible del girasol está en el mercado de Chicago en 425 dólares el grano y el aceite es de 1.196 dólares por tonelada. Además, el precio CIF local oscila en 1.078 dólares y se espera niveles altos hasta febrero de 2026 y un pellet de girasol en los U$S 240 en el mercado de Rotterdam clave pues Argentina industrializa el 90% del girasol que se procesa en el Mercosur. La campaña 2025/26 de girasol, a punto de iniciarse, se perfila la mejor de las últimas décadas. Según el informe de precampaña elaborado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), se proyecta una superficie sembrada a nivel país de 2,6 mill/ha., lo que representa un crecimiento del 18,2 % respecto al ciclo anterior y un 30 % por encima del promedio de las últimas cinco campañas. El renovado protagonismo del girasol responde a una combinación de factores como el climático, económico y agronómico que está redefiniendo las decisiones de siembra del girasol. Además, desde el punto de vista económico, la relación insumo-producto muestra señales mixtas aunque algunos costos, como los fertilizantes, se han comportado muy estables y el precio de la semilla continúa en ascenso.

 

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