"A milímetros de morir"
"Estuve a milímetros de morir", sintetiza Gustavo Montenegro, el ciclista que entrenaba a la par de Cristian Coria, quien perdió la vida este miércoles tras ser fulminado por un rayo en la Ruta 152 cerca de General Acha.
El hecho conmocionó a la provincia.
Coria, primo del reconocido ciclista Omar Coria, iba con Montenegro cuando, en el kilómetro 26, frente a la feria de Néstor Fuentes, un rayo terminó con su vida.
"No íbamos a salir a pedalear porque había tormenta, Cristian me dijo de entrenar igual, porque vio que hoy (por este jueves) estaría ventoso", relata Gustavo a LA ARENA, con la voz entrecortada.
Recuerda que ambos salieron en dos bicicletas MTB a las dos de la tarde y a las 3 y media ya estaban en plena ruta.
"Veníamos fuerte, haciendo escalera, alternándonos, uno adelante y el otro atrás", describe Gustavo al agregar que, al llegar a Utracán, decidieron volver porque se levantó viento y la tormenta acechaba.
Al pegar la vuelta, ambos ciclistas decidieron cortar el viento que, en ese momento, tenían en contra.
"UNA LUZ QUE ME DEJO SORDO".
"Seguíamos haciendo escalera, fuerte, Cristian se puso adelante mío, y de repente vi una luz que sonó como una estampida en su cabeza, como si fuera un disparo: en ese momento mi amigo cayó desplomado en el medio de la ruta", relata Montenegro.
La situación fue desesperante.
"No podía creer lo que veía, estaba desesperado, tenía a mi mejor amigo tirado en el medio de la ruta, miré que no venga nadie, lo llevé para una de las banquinas y empecé a realizarle RCP", sostiene al agregar que "fue increíble, a mi no me pasó nada, tuve un dios aparte, estuve a milímetros de morir".
Gustavo conoce de estrategias de salud ya que trabaja en el área de Servicio de Hemodiálisis del hospital Padre Buodo. Cristian, por su parte, se desempeñaba en la Planta de Oxígeno.
"Cristian tenía sangre en la frente, el casco partido, me di vuelta y empecé a tratar de frenar a los autos que pasaban por la ruta", recuerda.
En ese instante, un auto, conducido por un hombre, acompañado de tres mujeres, frenó la marcha sobre el costado de la banquina.
"Ellos trataron de tranquilizarme, y me llevaron adentro del auto, por las dudas, porque la tormenta todavía seguía: cuando pude calmarme le di el número de teléfono de la Policía de Acha, llamaron y vinieron enseguida junto a una ambulancia", afirma.
Montenegro, en ese momento, supo que su amigo había fallecido. "No había marcha atrás", reconoce.
Pese a que fue trasladado de urgencia al hospital, Cristian murió en el acto. Sus padres, en ese momento, estaban en el campo y sus dos hermanas en General Acha.
AMIGOS.
Cristian y Gustavo eran amigos de toda la vida. Se conocían de la localidad y compartieron un sinfín de momentos juntos arriba y abajo de la bicicleta. Todos los viernes comían a la noche un asado entre todos los compañeros del hospital.
Además ambos competían para el equipo "Rodados Omar", liderado por Omar Coria, y con activa presencia en las competencias de la provincia.
"Él me esperaba todos los días y salíamos a entrenar juntos, hoy todos en el equipo estamos muy mal, no caemos", indica.
Una de las hipótesis que maneja Gustavo sobre lo que pasó apunta al teléfono celular. "Se me ocurre que pudo haber sido el celular, Cristian llevaba el teléfono, que pudo ser receptor del rayo, y yo no: aún sigo sin entender como a mi no me pasó nada", dice.
Montenegro define a su amigo como "muy carismático, muy amable y solidario".
Cristian, de 36 años, vivía con sus padres y tenía un hijo de 10 años.
A las 10 de la mañana, entre el dolor permanente, será despedido por sus familiares y amigos en una General Acha que amaneció conmovida. "Estamos todos destrozados, con mucho dolor en el pecho", cierra Gustavo compartiendo el sufrimiento no solo del ámbito deportivo sino de gran parte de la provincia.
FOTO: Gustavo (a la izquierda de la imagen) y Cristian juntos en una carrera de ciclismo. Gentileza Gustavo Montenegro.
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