Lunes 29 de abril 2024

Y un día volvió a jugar con los amigos

Redacción 14/04/2024 - 00.07.hs

Alguien puede disfrutar de los placeres de una linda vida, teniendo una familia hermosa, siendo exitoso en su profesión, pero igual es probable que pueda necesitar de encontrarse con antiguos afectos.

 

MARIO VEGA

 

Soy de los que creen que siempre hay motivos para volver a esos lugares cargados de historias. De nuestras historias, las propias, las que nos marcaron en los primeros años… pienso de verdad que está bueno eso de regresar a los antiguos cenáculos que albergaron nuestros primeros e ingenuos sueños; que vale la pena buscar en esos sitios del pasado el por qué de tantas cosas que nos suceden hoy… aunque ahora mismo la mirada esté puesta en el mañana.

 

Hay gente, poetas, autores, que nos hablan de ese tipo de cuestiones. Y, a modo de ejemplo nomás, ahí está esa canción (“Canción de las simples cosas”), que expresa que “uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida…”.

 

Otra mirada, el mismo tema.

 

Aunque también, por el contrario, Sabina nos dice que “al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver” (“Peces de la ciudad”). Y explica que su idea es situación es que al regresar podrán verse los edificios y la gente de este tiempo, pero que no nos parecerán aquellos lugares y personas que alguna vez quisimos tanto… En definitiva eso: que nada será igual.

 

El gusto de volver.

 

Pero ciertamente me quedo con aquella otra frase hermosa… esa que nos dice que uno vuelve siempre a los viejos sitios… Y es lo que en mi caso hago. Porque de manera habitual recorro el barrio de mi niñez y adolescencia, sus paisajes y sus calles. Aunque es verdad que mucho ha cambiado, y que no están casi ninguna de aquellas personas que alguna vez fueron parte de mi vida. Pero me quedan vestigios –colores, aromas, sensaciones-- y la vastedad de mis recuerdos que me trasladan a aquel tiempo.

 

No tan mínimas.

 

Comprendo que no todos piensen igual, y que se desentiendan sin más de ese pasado que les quedará en la memoria como un dato que no les produce demasiado a nivel sentimental. Pero insisto, no es lo que me pasa. Más bien todo lo contrario.

 

A veces en esto de buscar historias y situaciones sobre qué escribir, se me da por reflexionar acerca de aquellas cuestiones. Que, seguro, a muchos les parecerán mínimas. Pero que a mí me importan.

 

Todo eso pensaba mientras Andrés hablaba con pasión, con una verba de a ratos encendida, de los momentos felices que le tocó vivir en una reciente breve visita a la ciudad.

 

Profesional destacado.

 

Andrés Gil Domínguez (56) es –todos lo saben-- un respetado abogado (Doctor en Derecho) y un reconocido constitucionalista. De esos personajes que son de consulta permanente de los medios de comunicación porque que tienen un bien ganado prestigio.

 

Aunque reside desde hace muchos años en Buenos Aires –donde desarrolla su carrera--, Andrés es santarroseño de pura cepa, y tanto por su labor profesional, como por cuestiones personales, suele venir seguido a Santa Rosa.

 

La familia.

 

Su padre, Hipólito Gil, fue un amigo de la Redacción de La Arena, y gustaba de pasar cada tanto para charlar con sus periodistas, y muy especialmente con Saúl Santesteban, que era el director (Andrés en reiteradas oportunidades escribió columnas de opinión en este diario). Hipólito fue Jefe de Personal del 21º Distrito de Vialidad Nacional; y la mamá Elba Domínguez se desempeñó como secretaria ministerial varios años.

 

Andrés está casado con Verónica Bidone, que es empresaria tecnológica; y tienen dos hijos: Santino (19), que estudia en la UADE (Universidad Argentina de la Empresa), y juega en Obras Básquet; y Siriana (16) que está en cuarto año del secundario y también hace baloncesto pero en Centro Galicia. Todos en la familia hacen deporte, y particularmente su esposa juega tenis y realiza además otras actividades recreativas.

 

Profesor universitario.

 

Andrés Gil Domínguez es profesor titular en la UBA; y de la materia Derecho Constitucional de la Carrera de Abogacía de la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas de la UNLPam. Aunque también da clases en otras universidades y en el exterior.

 

Cuenta con un extenso currículum que avala su bien ganado prestigio.

 

Sentado a la mesa de la confitería del Hotel Mercure, Andrés habla con pasión, y dice con precisión y conocimientos sobre diversos temas. Por supuesto los que nos preocupan a los argentinos –y también y particularmente a los pampeanos-- los tiene muy bien investigados y razonados, y por eso se puede decir que es una voz plenamente autorizada para emitir consideraciones.

 

Alumno del Normal.

 

En la charla que mantuvimos un buen rato no sólo hablamos de cuestiones que tienen que ver con el interés público, sino que nos adentramos en la vida personal del doctor Gil Domínguez.

 

Nacido en Santa Rosa supo vivir con su familia en la calle Lagos García, “justo frente a la plazoleta de la Madre”, afirma.

 

Hizo todo el ciclo primario, y también el secundario en la Escuela Normal, de la que tiene buenos recuerdos emparentados a sus compañeros de aquellos tiempos. “La verdad es que fui buen alumno, siempre con promedios altos, y compartí con personas a las que le tengo mucho cariño”, dice. Y menciona a varios del turno tarde como Andrés Anzoátegui, Claudia Ortiz, Claudia Lasierra, Turi Fazzini, Sergio Báez, Sergio Rally, Carlos Caldentey, Carina Barerra y Gustavo Palma.

 

En la misma divisional del Normal, pero de mañana, iba Carlos Javier Mac Allister, que si bien ya era futbolista destacado, también jugaba vóley. Pero dicen que el equipo que formaban sus compañeros de promoción de la tarde les ganaba en este deporte con cierta asiduidad.

 

“Eran lindas épocas, de mucho deporte, de salidas con amigos... sobre todo a New Star, que estaba de moda en ese tiempo”, evoca Andrés.

 

Destacado basquetbolista.

 

¿El básquet? Es Turi Fazzini, actual presidente del Club All Boys el que cuenta: “A Andrés lo llevé yo al club casi a fin de año, y Chiquito Badillo me reprochó: ‘¿y recién ahora lo traés?’… Andrés tenía 11 ó 12 años y empezó en preinfantiles, pero pegó un estirón y tuvo un aprendizaje muy rápido porque a los 15-16 años ya estaba jugando en primera. Creció mucho, pero jugó hasta que se fue a estudiar a Buenos Aires y ya un poco nos dejamos de ver… aunque siempre estábamos en contacto. Y ahora el básquet nos volvió a juntar”, dice Turi con una amplia y alegre sonrisa.

 

Fueron compañeros de ese tiempo en All Boys, además, Daniel Mocca, el Flaco Aguirre, Chueco Iglesias, los Bergonzi y Marcelo Chiessa, entre otros.

 

La Liga Nacional C.

 

Lo que no recordaba es que muchos de esos chicos estuvieron en 1985 en aquella primera gran experiencia de un equipo pampeano jugando la Liga Nacional C, en una zona de la que formaban parte Deportivo Roca, Deportivo y Almirante Brown de Madryn, Atlético Regina y Atlético Neuquén.

 

Y cerca estuvo de clasificar ese equipo que lideraban los morenos estadounidenses –grandes y convocantes estrellas del plantel-- Helman Griffin y Chris Brazier. Estaban en ese plantel además Aníbal Bertón, Marcelo Forneris, Rodrigo Bermejo, El Negro Aguerrido, Raúl Carrizo, Mariani, Marcelo Pinciarolli, y los jovencitos Pablo Yorio, Turi Fazzini y Andrés Gil Domínguez.

 

De entrada “Chiquito” Badillo era el entrenador, pero no alcanzó a debutar en el torneo y horas antes lo reemplazó “El Chino” Weigandt --hasta allí hacía la parte física--, y más tarde vendría el bahiense Carlos Ríos a dirigir.

 

Gil Domínguez, el catedrático.

 

Vino luego la etapa del estudio en la UBA, el título de Abogado, el doctorado, y una actividad académica profusa. En varias universidades del país, pero también en el exterior. Y un desarrollo profesional que lo ubica como uno de los constitucionalistas más reputados y fuente de consulta en diversos temas. Muchos vinculados a cuestiones que tienen que ver con nuestra provincia, que lo hacen una referencia obligada… y mucho más cuando tiene que ver con nuestros recursos hídricos, y la lucha por el Atuel.

 

La vida en Buenos Aires.

 

La vida de Gil Domínguez está centrada en lo personal y en lo profesional, en Capital Federal, donde desarrolla mayormente sus actividades. “Sí, vivimos en Recoleta, y si bien tengo un estudio en Puerto Madero (no demasiado grande, dice), también tengo armado todo para trabajar en mi domicilio”, explica.

 

Su familia está adaptada a esa jungla que es Buenos Aires, y por supuesto él está plenamente habituado. Es su hábitat, su circunstancia, la que le toca y la que eligió… y no la desdeña para nada por más que, de vez en cuando, sienta la necesidad de regresar por aquí y reencontrarse.

 

Otra vez jugando en All Boys.

 

La gente de All Boys valora la colaboración de Andrés Gil Domínguez “desde donde pudo” con lo organizativo, y cuando estuvo en la CAP, al armarse el Pre Federal de básquet, tuvo mucha participación. Por otra parte cuando viene se reúne con amigos, como hace una semana cuando accedió a jugar un par de partidos amistosos.

 

Iban a jugar viernes y sábado, pero “la nafta” les dio para un solo juego. Eso sí, a la hora de la mesa servida el domingo en el asado en el Parque Recreativo no faltó nadie. Incluso algunos que no jugaron como “El Chueco” Iglesias, Willy Ingrassia y Raúl Mocca. “Fueron dos días muy lindos”, admitió Andrés.

 

“Fue hermoso volver al gimnasio donde aprendí a jugar, y hacerlo con los amigos de siempre… y está bueno eso, porque soy de los que piensan que los amigos suman, enseñan, ayudan… y algunos son como hermanos”, define.

 

Buen deportista.

 

Quienes lo conocen dicen que al básquet era “muy buen jugador”, y en vóley que practicaba en sus tiempos del secundaria “zafaba: bloqueaba y remataba…”.

 

Y verdaderamente tiene alma de deportista Andrés. “Sí, y celebro que en mi familia nos prendemos todos… soy hincha de Boca y voy a la Bombonera hace 27 años. Soy socio junto con Santino… aunque a veces a él le toca quedarse porque Siriana le dice: ‘Hoy no vas… me toca a mí’. A ella también le gusta”, consiente.

 

Agrega que hace mucha actividad física, y menciona el rol que le toca a Carolina Junco, su personal trainner en el Club de Amigos, a quien destaca como “una gran profesional”.

 

El placer de viajar.

 

¿Y además del deporte? “Disfrutamos de viajar… por el país, pero también al exterior, y por suerte lo podemos hacer bastante. Y siempre que podemos los cuatro…”.

 

Señala que tiene un gusto especial en el Norte Argentino por Jujuy, que hicieron un tourn por Catamarca y la pasaron muy bien; pero no desestima para nada el sur. “¿Afuera? Conocemos bastante de Europa, pero lo que tenemos pendiente y me gustaría es ir a África, y particularmente a Kenia… aunque tampoco hemos estado en Asia”, agrega como si fuera una deuda pendiente.

 

Estuvo en diferentes ciudades del mundo, pero menciona especialmente a Salamanca (es Profesor de la Maestría de Estudios Latinoamericanos de la Universidad). “Es un lugar que me encanta, la paso de maravillas y es mi segundo hogar… o tal vez el tercero”, corrige. ¿Porque el primero y el segundo serían donde hoy vive y Santa Rosa?

 

Un hombre feliz.

 

Viajan mucho, y hace poco toda la familia estuvo en Disney, y por supuesto fueron a ver un juego de la NBA. Y Andrés muestra con cierto orgullo la foto que se tomaron con Santino y Siriana en el fabuloso “Kia Center” donde los Orlando Magic haciendo de local recibían a Los Ángeles Clippers.

 

Es un hombre que vive con pasión y se declara “feliz. Muy feliz…”.

 

Y es toda una definición… porque no es una afirmación a la que cualquiera se le anima. “Es que es así, aunque admito que de vez en cuando, a lo mejor porque pasé los 50, siento una suerte de angustia existencial. Pero por suerte enseguida se me pasa”, confiesa.

 

Motivos para ser feliz.

 

Y vaya si tiene para ser feliz: una hermosa familia, una meritoria carrera profesional (en la abogacía y en lo académico)… y además allí están los amigos… esos imprescindibles de la vida.

 

Y tiene las cosas bien claras Andrés como para no creer que lo único que importa es el éxito o el reconocimiento de la gente… porque al cabo “uno es lo que es cuando es requerido”, como le gusta afirmar.

 

Será por eso que, de vez en cuando, le gusta reencontrarse con gente y lugares que marcaron el principio de lo que vive hoy… porque quizás hasta haya necesidad de volver a los antiguos afectos para tener un afectuoso baño de realidad. Que nunca viene mal. Y eso es precisamente lo que ha hecho en estos últimos días… volver a los amigos de siempre y a los viejos sitios...

 

Pacto de Mayo, inconstitucional.

 

Cuando uno habla con una persona que tiene la formación de Andrés Gil Domínguez resulta un momento de aprendizaje, porque su sólida formación le permite opinar con fundamentos de todos los temas que nos importan a los argentinos.

 

Sobre el pretendido Pacto de Mayo afirma que es absolutamente inconstitucional. “De 1810 a 1853 existieron 21 pactos que fueron la base del sistema federal sobre la idea de respecto a la autonomía de las provincias. Ahora lo que se pretendería es más que un pacto un contrato de adhesión bajo presión: hay que votar la Ley de Bases para la libertad de los argentinos, como si estuviéramos presos de algo. Hay un régimen de coparticipación federal que puede gustar o no, pero que hay que respetar”.

 

En cuanto a lo previsional no dudó en señalar que “si Nación no baja la plata, el camino es ir a la Corte Suprema de Justicia”.

 

Lijo y García Mansilla.

 

No eludió hablar de la propuesta del Gobierno de Milei de proponer para la Corte a García Mansilla y a Ariel Lijo. Sobre el primero dijo que “es un constitucionalista del sector de la derecha del Derecho Constitucional. Con una cierta trayectoria, pero no es lo mejor de ese sector ni el más destacado”.

 

Sobre Ariel Lijo mencionó que “no tiene ninguna condena penal, ninguna denuncia ante el Consejo de la Magistratura… Digamos que sería potable. Después si te gusta o no es otra cosa. Pero lo que sí me parece es que no hay que llevar la lógica de Comodoro Py a la Corte. Sería un retroceso institucional enorme”, opinó.

 

Gil Domínguez ha expresado que debería aumentarse el número de ministros de la CSJ --habló de llegar a 15, o al menos 11 ó 9--, porque cinco “son pocos” y así “no responde a tres variables que son muy importantes: la diversidad de género; el pluralismo ideológico y el sentido federal. Con más integrantes esos parámetros pueden estar representados”, precisó.

 

Agregó que el hecho que no haya mujeres es impugnable jurídicamente y se viola la Constitución, “que habla de que se tienen que arbitrar medidas positivas para proteger al grupo de las mujeres”

 

El río Atuel.

 

Gil Domínguez y Miguel Palazzani presentaron oportunamente una acción de amparo ambiental --medida cautelar innovativa-- solicitando que “hasta tanto se resuelva el fondo de la cuestión, se garantice que corra por el Atuel inferior en La Pampa un caudal fluvio ecológico que de alguna manera reestablezca el ecosistema".

 

Sobre que Mendoza hace caso omiso a lo ordenado por la Corte, Gil Domínguez manifestó que “la obediencia del derecho es una cuestión moral, porque una ley o una sentencia no tienen fuerza física imperativa para hacerla cumplir”.

 

Y fue tajante al señalar que “si lo que sucede entre Mendoza y la Pampa fuera entre dos estados sería una guerra. Ningún Estado río abajo se hubiera bancado que otro ubicado más arriba le hubiese sacado el agua”.

 

“Gildominguista”.

 

Fue irónico al decir que no está embanderado. “No soy ni he sido kirchnerista. He litigado contra la Ley de Medios, contra la Ley de Subrogancias de Jueces… Lo que sí soy es ‘gildominguista’. Esto es que si creo que alguien está mal condenado, se llame Macri o se llame Cristina, lo voy a decir. Me da risa porque unoso me dicen que soy radical, otros que soy K. Un día un periodista me preguntó y le respondí: ‘Mi estudio está bárbaro, porque lo tengo a Magnetto y a Cristina de clientes’. ¡Soy el abogado perfecto de este país!, se ríe.

 

En La Pampa, Estado presente.

 

Gil Domínguez analiza con conocimientos, y coloca a nuestra provincia en un lugar de privilegio. “Tiene una educación pública como pocas, escasos colegios privados; una salud pública como en casi ninguna parte del país… Casi como en Finlandia”, dice Andrés.

 

Y sigue: “Y aviso que no soy peronista. Pero veo un gobernador que plantea un Estado presente, dispuesto a cumplir esas funciones; y además hay que destacar los índices de seguridad. ¿Porque cuál es la tasa de homicidios, o de robo?”.

 

Por otra parte mencionó como un aspecto positivo “una sociedad que convive de forma tolerante. Podrá haber algún problema, pero es una sociedad donde las clases sociales están mezcladas. En mi época nos juntábamos en New Star, o en el club, y éramos todos los mismos”, rememora.

 

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