"Funes y Gatica nos traicionaron"
La hermana de Lucía Tartaglia dijo que el secretario y el director de DDHH están en sus puestos "gracias a mi familia" y pidió sus renuncias. Hoy por la mañana finalmente se harán los análisis de sangre.
La familia Tartaglia está indignada con los funcionarios de la Secretaría de DDHH, luego de que "cajonearan" durante un año las planillas del Equipo Argentino de Medicina Forense para que se realicen análisis de sangre que permitan avanzar en la búsqueda de Lucía. Graciela Tartaglia, en diálogo con LA ARENA, dijo que se siente "traicionada" por Rubén Funes, secretario del árean, y Oscar Gatica, director del organismo.
Se enteraron el pasado viernes de la solicitud del EAAF para los análisis, que la Secretaría que dirige Funes tenía desde hacía un año. "Si no teníamos la charla con las antropólogas (las profesionales que identificaron los restos de Daniel Elías y que disertaron el viernes en el Aula Magna), me iba a morir yo o mi madre sin saber que nos teníamos que sacar sangre".
"Si estas chicas (por las antropólogas) no venían, nosotros no nos enterábamos", señaló.
"El cargo lo tienen porque nosotros lo llevamos a Gatica cuando tuvimos la primera audiencia con (el ex presidente) Kirchner. Cuando se abre el cargo de la Secretaría, el gobernador Verna, como sabía que habían estado cerca del presidente, le da el cargo a Funes", detalló. "Eso estaba todo muy bien; lo que sí me importa es que nos traicionaron, nos usaron y nosotros les brindamos todo".
-¿Qué justificación le dio Funes?
- Cuando le pregunté en la Universidad qué había pasado con esa planilla, no me supo qué decir. Dijo que hace cuatro meses que se la habían dado, no un año. Ayer cuando vino a pedir disculpas, mi mamá lloraba y tiene 81 años. Ella está esperando encontrar los restos de su hija, ¿y por qué nunca nos dijo esto? Gatica llamaba a cada rato diciendo que estaba en las escuelas hablando de Lucía, se llenó la boca de Lucía. Pero nunca nos dijo de la planilla y que teníamos que sacarnos sangre.
-¿Ellos suponían que ya se habían sacado sangre?
-Sí, pero eso fue por las Abuelas (de Plaza de Mayo) y antes de ir a ver al presidente. Cuando charlamos con las antropólogas, yo les digo que teníamos esperanzas de que van a aparecer los restos de Lucía. Pero nos dijeron que hasta que no tengamos los análisis, con las planillas que habían mandado a DDHH, no podían hacer nada. Yo me quise morir.
Yo le dije ayer a Funes: gracias a la muerte de mi hermana y por haberte llevado a Buenos Aires a conocer a Kirchner, tenés el cargo que tenés. Me reconoció todo, ¿pero qué hacemos con esto?
Llamado.
Graciela contó que el lunes fue al banco de sangre del Lucio Molas a sacarse sangre con su mamá, María. Pero allí le dijeron que "primero tiene que venir el abogado de la Secretaría con la planilla, nosotros le damos un turno y ellos les avisan". Tras eso, uno de los profesionales que trabajan para el organismo oficial se comunicó con su hermano y allí hubo más motivos para el enojo: "le preguntó "si teníamos interés" en sacarnos sangre. ¿Cómo "interés"? Si estamos desesperados, mi mamá tiene 81 años...".
"Ayer lloraba mi mamá, lloraba mi hija estando Funes acá. ¿Cómo le puedo perdonar? Me quiso dar un beso y le dije "no, beso de Judas no quiero"".
Hoy a las 11.30 finalmente tendrán turno en el banco de sangre. Pero de todas formas se pregunta "cómo tuvimos que llegar a todo esto". "Funes nos dijo que pensaba que con la sangre de las Abuelas ya estaba, no sé qué nos quiso decir. Con el cargo que tiene, tiene que saber para qué son las planillas". Y advirtió que "esto no para hasta la Casa de Gobierno y hasta Duhalde (por Eduardo Luis, el secretario de DDHH de la Nación)".
Se mostró "contenta" con las declaraciones del gobernador Jorge, quien dijo que quería hablar con la familia. "No se ha comunicado nadie con nosotros, pero algo me comentaron", aclaró.
"Yo no soy mala, pero me hizo llorar a mí y a mi madre y no se los voy a perdonar. Yo lo que quiero es que renuncien. No soy mala, pero el dolor es grande y nos usaron. Estuvieron sentados acá en casa tomando mate, amistad, charlas, y para qué...". La indignación de Graciela y toda la familia Tartaglia es muy grande. Están cansados de disculpas. Se ilusionaron cuando encontraron los restos de Daniel Elías y el olvido de la Secretaría de DDHH fue otro golpe muy duro para ellos. Un golpe que sienten como una "traición".
Silencio.
El secretario de Derechos Humanos Rubén Funes se llamó a silencio luego de las durísimas palabras de la familia de Lucía Tartaglia. Ayer el funcionario fue inhallable en todo el día. Por la mañana la producción de Radio Noticias intentó contactarlo, pero una secretaria avisó que estaba "en reunión" y que más tarde se emitiría un comunicado de prensa. Pero el comunicado nunca llegó.
Por la tarde también fue imposible ubicarlo. Su celular se mantuvo apagado y la espera del parte de prensa se volvió una tarea inútil. Distintas fuentes de Casa de Gobierno dejaron deslizar que posiblemente le sea exigida la renuncia después del "papelón", aunque también trascendió que el Ejecutivo esperaría unos días para ver si las aguas se calmaban.
El director de Prensa de Casa de Gobierno, Bruno Cazenave, dijo que "oficialmente" no había nada de lo que insinuaban los rumores, y que la declaración oficial del Ejecutivo eran las palabras de Jorge al mediodía (ver aparte) -lo cual de alguna manera desactivó la posibilidad del comunicado de la Secretaría de DDHH-. Y que tampoco el gobernador se había reunido con los cuestionados funcionarios. "Quiero que renuncien", le dijo Graciela Tartaglia a LA ARENA. Por ahora, Funes y Gatica siguen en sus cargos.
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