El Inadi analiza si hubo discriminación en el caso de Claudia Santoro
(General Pico) - Santiago Ferrigno, delegado del Instituto Nacional contra la Discriminación y la Xenofobia (Inadi) en La Pampa, dijo que el caso de despido de Claudia Santoro no tiene como referente alguno anterior, a pesar de que los conflictos laborales son bastante comunes.
Después de la primera presentación concretada en 2010, se convocó a una audiencia de conciliación entre las partes que no logró un cambio en la postura del Colegio de Martilleros. Desde marzo último que el expediente es analizado en Buenos Aires a la espera de un dictamen que determine si el Estado establece que fue un acto discriminatorio.
Ferrigno aclaró que el Inadi sólo procede cuando hay un hecho que encuadra con las pautas del decreto 1086 del Plan Nacional contra la Discriminación, que está en concordancia con los principios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y la legislación vigente en la Argentina.
Claudia Santoro luchó contra el cáncer por cinco años. Hoy tiene en su cuerpo las secuelas de los tratamientos que le dejaron una salud más sensible. En los peores años se divorció, siguió criando a su hijo y trató de mantener su trabajo.
Con sus 41 años no tiene obra social para afrontar su atención médica, debió recurrir a su familia para mantenerse y sus 9 años como secretaria administrativa en el Colegio de Martilleros de General Pico quedaron en el pasado. Hoy está en pleno litigio contra sus empleadores, por un despido que ella consideró injusto. El Inadi tomó intervención de su caso en junio de 2010.
Lucha.
La enfermedad comenzó en 2003. Santoro inició el tratamiento oncológico en General Pico y viajaba a Santa Rosa para hacerse quimioterapia y rayos. La primera operación a la que se sometió fue en febrero de 2004. Luego de cuatro meses se reincorporó al trabajo.
En febrero de 2008 tuvo una recaída. El cáncer se localizó en otra parte de su cuerpo pero, siguió yendo al Colegio de Martilleros hasta julio. El 27 de ese mes hubo una segunda intervención quirúrgica y volvió al trabajo en septiembre. La carta de despido llegó un año después, sin justificación manifiesta, el 30 de noviembre de 2009.
El despido fue debido a las ausencias prolongadas. Así lo comprueba la declaración de un testigo que se presentó ante el Inadi por este caso. El testimonio se basa en el desarrollo de la Asamblea Extraordinaria del 10 de septiembre 2010, una reunión de los colegiados solicitada por escrito al colegio, con la presentación de casi 30 firmas de martilleros de General Pico y Santa Rosa.
Motivos.
El escrito de manera literal expresa: "Durante el transcurso de la asamblea se trató superficialmente el tema de la señora Santoro, no de su reincorporación, sí los motivos, donde quedó perfectamente claro que la despidieron porque no cumplía y faltaba. Que no quede ninguna duda respecto, que todos y cada uno de los integrantes del Consejo Directivo y Tribunal de Etica y Disciplina estaban y están en pleno conocimiento de la enfermedad de la señora Santoro."
La mujer ha mantenido contacto con el Colegio de Martilleros y en reiteradas ocasiones manifestó su deseo de reincorporarse a su antiguo puesto, pero no recibió una respuesta favorable. Además de sentirse discriminada manifestó: "Me arrebataron el trabajo y la dignidad".
El 31 de agosto de este año, hace pocos días, Claudia tuvo la contestación a su última carta. La misiva le proponía que se presente a la entrevista de trabajo que hay por una vacante junto con el resto de los postulantes, pero la edad requerida en el anuncio publicado por la institución es de 25 a 40 años y la excluye.
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