Rasgos del Acontecer (01-07-2008)
Que los gitanos no existen
La corresponsalía de este diario en Realicó habla de estafas que habrían sufrido vecinos de esa y otras localidades próximas, por acción de algunos individuos, mencionados como cíngaros o gitanos. La maniobra consistiría en ofrecer automotores a un precio por debajo de lo corriente en la plaza, cobrar la suma convenida y hacerse del coche viejo (parte de pago) y desaparecer sin entregar la unidad.
Cada vez que se da cuenta de este tipo de sucesos, no son pocos los que se preguntan si las víctimas son de una ingenuidad que parece de otra época o si se trata de "vivos" que suponen que pueden superar en ese juego a los "profesionales". Extremando este análisis, hay quien afirma que los gitanos no existen y que lo que se cree ver no es otra cosa que la mala conciencia de más de uno.
Un fuego nada metafórico
Quienes escucharon o leyeron a Juan Pablo II (el 28 de julio de 1999) no salen de su confusión al enterarse, según la denuncia de una mujer que estuvo en Servi Trinitatis, en Santa Rosa, y dice que se la obligaba a poner sus manos en el fuego para que tuviera una idea del infierno.
Juan Pablo dijo que "el infierno indica más que un lugar, la situación en que llega a encontrarse quien libremente y definitivamente se aleja de Dios". No un lugar. Una metáfora para dar idea del desamparo total. Es cierto que esta interpretación de Juan Pablo II se discute todavía en su iglesia.
Prolijo pero poco inteligente
El descuartizador de Lomas de Zamora, como nuestro Gonzani, mató a su mujer (en este caso, su ex pareja), la dividió en trozos y los repartió en distintos envases, para tirarlos en varios sitios. Gonzani fue menos prolijo y eligió un único lugar para dejar parte de los restos (las manos, donde están las manos, fueron una incógnita inquietante).
Poco inteligente, el descuartizador de Lomas usó el envase de un colchón nuevo para poner la mayor parte de los restos. Allí figura el código de barras y la policía pudo saber qué comercio lo vendió y a quién. Asimismo, las otras bolsas que usó las había sacado del lugar donde trabaja y llevan la marca de esa empresa. Por esta suma de burradas, cayó. Claro está que hay otra posibilidad: según una hipótesis, muchas veces el criminal no quiere que se ignore su crimen. Si se lo ignora absolutamente se queda sin paladear su venganza o su "hazaña". ¿Estaremos ante un caso de esos?
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