Lunes 19 de mayo 2025

El síndrome de los "músicos del Titanic"

Redacción 23/05/2011 - 04.31.hs

Mientras el PJ esta logrando una unidad que hace meses parecía imposible por una interna irresuelta y todavía vigente, los radicales parecen hacer todo lo posible para despilfarrar capital político.
Si hay tendencias dentro del PJ que no cambian, se mantienen e intensifican, en la UCR también hay vicios que afloran en cada compulsa electoral. Es el "síndrome del violinista del Titanic": muchos prefieren sostener viejas prácticas como la de la "rosca" hasta último momento para ver si sacan un cargo más o menos, a pesar de que todo se caiga. Aunque todo apunta a que habrá un acuerdo en las próximas horas, el desgaste sólo beneficia a algunos nombres en detrimento del conjunto.
En 2008 se consiguió, gracias a una coyuntura adversa para el PJ como fue la resistida intendencia de Juan Carlos Tierno, un triunfo histórico al conseguir la capital provincial. Lejos de tratar de consolidar eso, los dirigentes radicales estuvieron empantanados en los últimos días en una pelea por un legislador más o menos en la Cámara de Diputados. Tiene su lógica: sin otros cargos a repartir en el gobierno provincial como el PJ, una banca en la Legislatura se convierte en un espacio de poder. Esto lleva hasta la posibilidad de poner en peligro la intendencia de Santa Rosa. Francisco Torroba está muy cómodo ahora que consiguió quedarse con la posibilidad de la reelección, pero fogonea ese conflicto. Y hasta se llegó a dudar de la postulación de Juan Carlos Marino a la gobernación.
Hay dirigentes enceguecidos que amenazan con una interna por un cargo, y las negociaciones quedaron estancadas entre los puestos 11 y 13 de la lista. Intendentes y dirigentes radicales del interior de la provincia ya advirtieron que no quieren una interna, porque esto arrastraría aún más al partido a una debacle. No sólo tienen que competir contra una boleta encabezada por CFK y Carlos Verna, y con una lista de unidad, sino también con la interna local del radicalismo. La UCR en los pueblos tuvo la mayor cantidad de intendentes en 1999 con la Alianza, y comenzó a decaer desde entonces. Su peor elección fue en 2007. Ahora muchos intendentes observan que está en peligro la continuidad de una gestión radical y que la absurda pelea por un diputado más empuja a esa situación. Diferente fue la postura del Partido Socialista, que a pesar de las diferencias de criterios en su interior, supo orgánicamente poner una cuota de responsabilidad en la designación de candidatos.
Por ahora, el reparto de la lista de diputados provinciales mantiene el status quo radical de 2007, cuando todo se definió con los números de una interna en la mano. Algunos quieren repetir ese esquema y otros, como azules y rojos, dar cuenta de los cambios que hubo y del terreno que ganaron en ese tiempo.
El viejo vicio del "internismo" y la "rosca", disfrazadas como "una práctica democrática" por algunos radicales serpentea entre los dirigentes provinciales. Parecen estar lejos de escuchar lo que se reclama desde los pueblos y de cómo observa una sociedad esa pelea por un cargo, tan lejos de su realidad y sus intereses. (NGA)

 


'
'