Martes 22 de julio 2025

Nuevas reglas para las escuelas

Redacción 25/07/2011 - 04.45.hs

El flamante reemplazo de una normativa de hace más de 50 años vigente para el estado educativo más grande de Argentina, la provincia de Buenos Aires, traerá novedades, entre otras la indiscutible responsabilidad del Estado en el rol de educar, la horizontalidad en la representación escolar y un debate acerca de jerarquías y autoridad.
Lo que promete el nuevo Reglamento de Escuelas para el extenso territorio bonaerense según los funcionarios será que los establecimientos educativos "eliminen horas extras" y a cambio diseñen un plan que garantice la "continuidad educativa" de los alumnos, en caso de ausencias de los maestros, paros docentes y enfermedades.
También asegura atender "riesgos" en la escuela, una apertura hacia la participación en la escuela y el fomento de la creación de centros de estudiantes, cuestión que no estaba reglamentada en Provincia, pero que en lugares geográficos como en Capital Federal y colegios universitarios rige desde hace tiempo, con desiguales resultados, teniendo en cuenta la actual tendencia a reconocer normas y jerarquías de algunos sectores de alumnos.
El anuncio del director General de Educación bonaerense Mario Oporto, de la puesta en vigencia del nuevo Reglamento de Escuelas, consensuado con directivos, docentes y sindicatos, dio por un lado el adiós a la normativa que regía de 1958, sancionada por el gobierno de facto de Pedro Eugenio Aramburu.
Inspirado en la ley 1.420 de educación primaria obligatoria, el Reglamento ya suprimido, responsabilizaba a la familia de la escolaridad de los hijos. Es decir que era una obligación de los familiares que un niño o joven concurra a la escuela, mientras había un vacío normativo respecto al rol del Estado, que debe ser el primer garante de los derechos de los ciudadanos.
Tal vez 50 años atrás, ese Reglamento tuvo sentido, para el sistema de enseñanza del país, al normar sobre las sociedades menos complejas, con familias más integradas como núcleos sociales y lejos de los flagelos mundiales de la drogadicción, la violencia hogareña y en las escuelas entre pares y hacia autoridades, y la degradación educativa de los años '90.
Impensable tal vez era en ese entonces la deserción en la escuela primaria, agresiones físicas y verbales de padres y alumnos a maestros y entre alumnos, llegando a una matanza en un aula de varios niños, varias generaciones de padres sin trabajar y otras aflicciones que signaron la "modernidad" de estas últimas décadas.
Oporto, movido por los nuevos signos de la época, salpicados por algunos casos de jóvenes de Normales platenses que no querían ingresar o salir solos de las escuelas por cuestiones de violencia y robos, puso en marcha el debate de un largo año, que dio luz al nuevo Reglamento la semana pasada.
Las más de 20 mil escuelas bonaerenses, que atienden a más de cuatro millones de estudiantes en los 134 heterogéneos distritos de la Provincia deberán reorganizar entre otras cuestiones las funciones de la institución.

 


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