Sabado 17 de mayo 2025

Lo mejor de Sarmiento

Redacción 12/09/2011 - 04.28.hs

Laura Hojman
En un nuevo aniversario del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento, que coincide con los 200 años de su nacimiento, puede afirmarse que la discusión educativa en Argentina atravesó toda la historia y todavía no terminó.
Si hubo una personalidad que más traza dejó, influenció en la sociedad argentina y generó impensables adherentes y detractores, esa es la de Sarmiento. Revisionistas, postmodernos y dialécticos, todos coincidirán en el indiscutible y novedoso aporte a la postergada educación de
la naciente argentina, al empujón a la emergente escuela pública, a la formación de maestros -normalismo- y a la definitiva búsqueda de la "nivelación" entre los hijos de todas las clases sociales.
Porque hace casi dos siglos, vale recordar, estudiaban sólo los hijos de clases pudientes, principalmente los varones, porque las mujeres tenían otros destinos aunque hoy algunas regiones de América Latina y de Africa no están muy distantes de esos mandatos, con algunos aditamentos condenables como el trabajo temprano.
Sarmiento siguió el impulso de sus ideales sin dejar nada librado al azar, y se destacó en diferentes ámbitos como educador, periodista, literato, militar, político y propagador de políticas
científicas. Pero la impronta que dejó para la historia argentina y americana fue su acción por la libertad y la igualdad de las personas a través de la educación.
También desde la crítica de sus pares de la época puede hoy saberse y contrastar que el maestro sanjuanino hizo una audaz utilización de los "medios de expresión", como se denominaba a los medios masivos en aquella época, para "bajar" línea de alguna manera respecto a su política en materia de enseñanza.
Tal vez ese legado, el del educador, el que está fuera de las disputas, el del hombre que trajo de su mano a las mejores maestras de Estados Unidos que se radicaron y arraigaron en esta ávida sociedad de conocimiento y de progreso, inyectada también por los incansables inmigrantes de mejorar su calidad de vida y la de su familia.
"Desde el siglo XIX la propia idea de escuela producía mucho temor y desconcierto en los padres de familia, entonces lo primero que se plantea Sarmiento es convencer a la sociedad de la importancia de la educación, y construir una opinión pública favorable a la escuela", sostuvo Silvia Finocchio, especialista en Historia de la Educación, de la UNLP y Flacso.
Para Finocchio, el trabajo "formidable" del educador fue "promover esta opinión pública", porque "de ahí se dan las diferentes perspectivas dentro de los propios docentes, muy escindidos o fracturados entre ellos, desde los idóneos hasta los normalistas, y las agrupaciones como los católicos, los anarquistas".
"Se dan proyectos pedagógicos en pugna, y donde hubo mucho debate y confrontación por la hegemonía en relación con la educación", agregó respecto a las pujas y controversias educativas de la época, no muy lejanas. (DyN)

 


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