Martes 08 de julio 2025

La casa propia y su largo trajinar

Redacción 19/06/2012 - 04.38.hs

Señor Director:
El anuncio presidencial del plan de viviendas impactó en la opinión y casi como que borró el rumor poco inaudible de algunas protestas.
Leo al respecto algo que sorprende. Dice que en la CABA (nuevo y feo nombre que se da a la capital desde que se convirtió en Ciudad Autónoma de Bs. Aires, pero exigido para diferenciarla de la provincia) hay un déficit de 140 mil viviendas y que en la provincia el faltante es de 850 mil casas. Mi sorpresa resulta al saber también que en Capital hay 340 mil casas deshabitadas y en la provincia 950 mil. Ahí, notoriamente, aparece un nudo, quizás un nudo gordiano que el nuevo programa soslaya, aunque quizás busca reducir su incidencia mediante la decisión de utilizar tierras fiscales ociosas para ofrecerlas a quienes carecen de terreno propio. Se trataría de evitar que la especulación haga subir desaforadamente los terrenos de propiedad privada.
Estos rasgos del nuevo programa, el Procrear (nombre quizás no casual: querría recordar que la construcción tiene un enorme efecto multiplicador), pueden ser entendidos como expresiones de la "sintonía fina" que la presidenta anunció al iniciar su nuevo período de gestión. Desde entonces ha habido decenas de interpretaciones de esta frase. Lo que parece que hay que entender es que se atiende a la experiencia histórica y al efecto ya sensible de la crisis que afecta ahora, principalmente, a los países centrales o más desarrollados. Esta crisis condiciona severamente el manejo de los recursos disponibles. A su vez, la experiencia histórica destaca que ciertas medidas estatales de importancia rompen equilibrios que han estado formándose y buscan consolidarse (aunque no necesariamente sean equitativos). Bodiu es un pensador francés que llama "acontecimiento" al hecho inicial y a la suma de las consecuencias que provoca de inmediato y durante cierto tiempo. El hecho inicial que no tenga consecuencias, no es un acontecimiento. No altera el equilibrio existente. La sintonía fina atiende las consecuencias o efectos de algunas acciones de gobierno: ley de medios, reforma del Banco Central, protección de las reservas del Tesoro y de la moneda nacional, etc.
El plan de viviendas se relaciona con la política básica de mantener el nivel del consumo interno y va al encuentro de un problema crítico. Leo que se estima que el déficit de casas para habitar es del orden de los tres millones en todo el país, lo que supone que afecta a más millones de habitantes. Es cierto que la cifra incluye a las familias que tienen casa, pero no pueden financiar reparaciones o mejoras indispensables. Es, pues, un problema de base. Leo también este dato: la CABA tiene un déficit de 140 mil viviendas y la provincia de Bs. Aires necesita 850 mil. Hay un detalle llamativo: la CABA tiene, al mismo tiempo 340 mil viviendas deshabitadas y la provincia 950 mil casas también sin ocupar. Estamos ante una anomalía, que quizás puede ser vista como un nudo gordiano. En la antigüedad esos nudos imposibles se cortaban con un tajo de la espada (así lo hizo Alejandro Magno). La espada no tiene equivalencia en democracia, pero el camino de la ley es largo e impredecible. La política suele tomar atajos, sobre todo en tiempos de sintonía fina. El recurso a las tierras fiscales ociosas puede ser visto también un atajo o un tejido fino para envolver el nudo y empezar a disolverlo. Otro medio que debe haber sido analizado al elaborar el programa Procrear es que la construcción masiva de viviendas hará bajar la demanda de locaciones y obligará a reducir pretensiones de la oferta.
Hallo más temas en el caso. Leo que se menciona la plusvalía de la obra pública como un recurso no considerado pero utilizable. Si la comunidad financia una obra que eleva el valor de la propiedad en un sector, ese plus es parcialmente rescatado para financiar acciones. Así se hace en Brasil, Canadá y muchos otros países.
Atentamente:
JOTAVE

 


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