Lunes 07 de julio 2025

Una Cámara de Río Cuarto ratificó condena al periodista Hernán Vaca Narvaja

Redacción 19/08/2015 - 04.10.hs

La Cámara Civil Primera de Apelaciones de Río Cuarto, confirmó la condena al director de la Revista El Sur, por "exceso de información". El periodista calificó al fallo como "aberrante".

 

IRINA SANTESTEBAN
Hace dos años, la jueza civil de primera instancia de Río Cuarto, Rita Barbero, condenaba al periodista Hernán Vaca Narvaja, director de la revista El Sur, a pagar una suma superior al medio millón de pesos, a la familia de Nora Dalmasso, de cuyo asesinato se cumplirán en noviembre nueve años. Ese crimen, que ocupó las primeras planas de la prensa nacional durante meses, en coberturas sensacionalistas que se ensañaron con la víctima y su vida íntima, permanece impune y su causa judicial no tiene hoy imputados ni hipótesis alguna de investigación. Resulta paradójico que en relación a ese caso judicial, el único condenado, hasta el momento, sea el periodista que más seriamente escribió sobre el caso.

 

Misoginia periodística.
La Red PAR (Periodistas de Argentina en Red por una comunicación no sexista) difundió en 2008 un "Decálogo para el tratamiento periodístico de los temas relativos a la violencia contra las mujeres". Es una lista de orientaciones destinadas a servir de guía, en cuanto al lenguaje que se utiliza en el tratamiento de las noticias referidas a la violencia de género y los femicidios.
El lector curioso que busque en los archivos periodísticos las noticias y artículos que se escribieron en relación a ese crimen, podrá comprobar que casi todos los puntos de ese decálogo fueron vulnerados, pues la mayoría de los medios de prensa abordaron el caso con una perspectiva rayana en la misoginia y los prejuicios machistas.
Desde la venta de remeras (y varones que las usaban) con la leyenda "Yo no me acosté con Norita", hasta el relato minucioso sobre supuestos romances, todo apuntaba a buscar una explicación -y un móvil para el crimen- por el lado de la vida íntima de la víctima.
El Poder Judicial no fue ajeno a ese enfoque prejuicioso del caso, imputando primero a un albañil -que resultó ser un "perejil"- y luego a Facundo Macarrón, hijo de Nora Dalmasso, basándose en la evidencia de restos de semen hallados en el cuerpo de la víctima. Sin embargo, por las irregularidades que se cometieron en la preservación del lugar del crimen y de las evidencias recogidas, nunca pudo establecerse a quién pertenecían esos restos, si al viudo o a su padre (suegro de Nora) o a su hijo.

 

Investigación a fondo.
A despecho de lo que hacían otros periodistas, Vaca Narvaja nunca se hizo eco de los supuestos amantes que habría tenido la víctima, que desviaban la investigación hacia diversas hipótesis. Al contrario, en sus artículos y en el libro que publicó sobre el caso "Las 4 muertes de Nora Dalmasso" (Ediciones del Boulevard, 2008), Vaca Narvaja afirma que esas versiones sobre la vida personal de Nora salieron del propio entorno familiar, más precisamente de su viudo.
Fue un crítico de todas esas hipótesis, y escribió: "El morbo, la envidia y el prejuicio social se mezclaron conformando un cóctel explosivo que pronto convertiría al crimen de Nora Dalmasso en el caso policial más mediático del país, cambiaría para siempre las relaciones entre los vecinos de la coqueta Villa Golf y provocaría una hecatombe en el Poder Judicial".
Desde la Revista El Sur insistió en que el asesinato de Nora tenía más que ver con el círculo del poder en Río Cuarto, donde vive el gobernador José Manuel de la Sota, que con amantes despechados. Algunas versiones señalaban que el viudo Marcelo Macarrón era testaferro del primer mandatario, que al momento del crimen estaba finalizando su segundo mandato.

 

"Fallo aberrante".
En una carta que ha publicado hace unos días, Vaca Narvaja ataca la sentencia de la Cámara Civil, que tuvo el expediente "durmiendo" durante dos años, mientras el Tribunal tuvo una de sus vocalías vacante hasta que a fines de 2014 fue designada la jueza María Adriana Godoy, quien venía de desempeñarse como secretaria en los Tribunales de Río Tercero.
Para el periodista es muy sugestivo que el fallo se diera a conocer luego de las elecciones para gobernador y de las PASO, a su juicio para que eventuales repercusiones no afectaran ni los comicios ni la campaña presidencial de José Manuel de la Sota.
Godoy fue la autora de los fundamentos del fallo, que fue suscripto también por los otros dos vocales: Eduardo Cenzano y Rosana de Souza. Para Vaca Narvaja, la sentencia es "una muestra cabal del prejuzgamiento, arbitrariedad y mediocridad de los miembros de la corporación judicial". Como si fuera una broma macabra, la notificación del fallo le llegó dos días antes que se cumplieran 39 años del fusilamiento de su padre, Miguel Hugo Vaca Narvaja (h), en la cárcel de Córdoba, la UP 1, durante la dictadura militar, y que los militares hicieron pasar como una "fuga".

 

"Por mi padre".
Hernán dice que eligió ser periodista, "entre otras cosas, para develar la verdad oculta detrás de los crímenes atroces que el sistema ampara. Como el de mi viejo, el de Nora Dalmasso, el de Ale Flores, el de Nicolás Sabena y tantos otros. No hay apriete corporativo que pueda con la fuerza que me da el recuerdo de mi viejo y de su generación maravillosa, diezmada ante la complicidad y/o el silencio de quienes hoy pretenden condenarme al ostracismo profesional y mediático con sentencias "ejemplificadoras". Por mi padre, por su memoria, por sus convicciones, por su ejemplo de vida y por mi familia, llevaré este caso hasta las últimas instancias, de ser necesario a la Corte Interamericana de Derechos Humanos".
Vaca Narvaja no duda en calificar al asesinato de Nora Dalmasso como un "femicidio" y esa acusación suena muy fuerte cuando han pasado poco más de dos meses de las multitudinarias manifestaciones del #Niunamenos, realizadas en muchas ciudades de nuestro país, en repudio a los crímenes y violencia contra las mujeres.
Para el periodista, el Poder Judicial de Río Cuarto intenta acallar una de las voces -la suya- que no ha dejado que ese crimen caiga en el olvido, y cuya causa hoy no tiene imputados, mientras su voluminoso expediente duerme en una Fiscalía que se encuentra acéfala.
A pesar del escándalo que generó hace dos años, el fallo de la jueza civil Rita Fraire de Barbero, con repudios del sindicato de periodistas (Cispren) y hasta de la Legislatura Unicameral de Córdoba, además de personalidades políticas, de derechos humanos, de instituciones como las Universidades de Córdoba y Río Cuarto, etc.; a pesar de todo eso, la Cámara Civil de Apelaciones de Primera Nominación, ratifica ese fallo, aunque morigera la suma que debería abonar Vaca Narvaja a la familia Macarrón. Toda una novedad, porque en su apelación, el periodista no había pedido una disminución del monto indemnizatorio, sino lisa y llanamente la nulidad de la condena.

 

Interés público.
El fallo expresa que en esta causa se dirime "el alcance de los límites del derecho a la libertad de prensa cuando entra en colisión con otros derechos, en este caso el derecho al honor y a la intimidad". Estos derechos, si bien deben ser resguardados, tienen menor relevancia cuando se trata de hechos o personas de relevancia pública.
Para la Cámara, los Macarrón no eran personas públicas, y Vaca Narvaja desmiente esta afirmación, reflejado en hechos como que tenían un vocero de prensa, que convocaron a conferencias de prensa para explicar las alternativas de la causa y dieron entrevistas exclusivas a conocidos medios como los diarios Puntal, La Voz del Interior y La Nación. Aunque estos medios tienen tiradas infinitamente mayores que la revista El Sur, ninguno de ellos fue demandado, y tampoco los canales de televisión de Buenos Aires, que dieron una cobertura sensacionalista al crimen de Nora.
Los camaristas expresan que Vaca Narvaja emitió "juicios de valor", sobre "la forma de vida de la víctima y de su familia", que "trascienden el interés general invocado por el demandado en aras del esclarecimiento del hecho"; y consideran que "ha existido un entrometimiento en la vida ajena y esa intromisión ha resultado arbitraria ya que no se encuentra justificada por un fin superior".
El fallo afirma que la revista El Sur se excedió en "el propósito de informar y la libertad de expresión que tanto predica el demandado" y consideró que incurrió en un "abuso de la facultad de informar".
Sin embargo, Vaca Narvaja refuta esta afirmación y dice que ese "fin superior" era nada menos que la resolución del femicidio de mayor repercusión mediática en la historia de Río Cuarto y el país, en aquellos años. Y porque además, las fotos publicadas por El Sur y gran parte de sus artículos e investigaciones sobre el caso, fueron reproducidos por otros medios del país, que no fueron demandados.
Dice el director de la Revista El Sur que "fue la investigación judicial del crimen de Nora Dalmasso -y no la frondosa imaginación de este periodista- la que puso en ridículo ante el país a la Justicia de Río Cuarto" y niega a los jueces la facultad de determinar qué es el "exceso" o el "abuso" en el deber de informar que tiene la prensa.
"A casi nueve años del crimen de Nora Dalmasso, la única condena del Poder Judicial de Río Cuarto -ratificada ahora en segunda instancia- es la que me obliga a indemnizar a los principales sospechosos del crimen por ejercer mi profesión de periodista". Mientras tanto, el expediente "que inició esta patética historia de impunidad y abuso de poder corporativo, duerme en una Fiscalía acéfala".
Es que, como finaliza su carta, el Poder Judicial de Río Cuarto prefiere castigar al mensajero.

 


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