Sabado 26 de julio 2025

Algo más que un cambio de opinión

Redacción 12/03/2016 - 04.26.hs

El macrismo está comprobando que es muy distinto gobernar que formular promesas electorales desde las pantallas televisivas. En estos pocos meses de ejercicio del poder no han faltado ejemplos que respalden esta realidad, aunque dos de ellos registrados en los últimos días se imponen con particular énfasis.
El primero fue protagonizado por la hoy titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, quien tiempo atrás y al establecerse el secreto de algunas cláusulas del acuerdo firmado entre YPF y la empresa petrolera Chevrón, se pronunció fervientemente en contra de mantener esas supuestas "caretas de la hipocresía K". Lo notable del caso es que en su anterior rol de diputada opositora había criticado muy duramente esa confidencialidad contractual y ahora, al ejercer otra función en el Estado y como parte del oficialismo gobernante, pasó a justificarla por "razones técnicas bien sustentadas que expresaron los directivos de YPF" y porque " además, respetan los estándares internacionales". Tan abrupto y desconcertante cambio de opinión sobre un mismo tema tuvo lugar después de una breve charla con el presidente de la empresa estatal y lo avaló en un comunicado oficial de la repartición que dirige.
El otro episodio no tuvo tanto impacto político pero sí mayor trascendencia simbólica. Se trata de otro efecto de la llamada "fiebre anti K" que ataca a todos los miembros del gobierno nacional y los impulsa a menoscabar y hasta denigrar los logros del período anterior. En esta ocasión se materializó con una medida insólita: retirar del Salón de los Patriotas Latinoamericanos, ubicados en la Casa Rosada, los retratos de personajes muy conocidos que tuvieron un protagonismo descollante en la historia de nuestro país y del continente. Desde Ernesto Che Guevara -probablemente el latinoamericano del mundo de la política más reconocido en todo el mundo- hasta Pancho Villa, un verdadero referente político y popular de la historia mexicana. Entre tantos otros también le tocó la misma suerte a Salvador Allende, presidente democrático de Chile derrocado y asesinado por un golpe militar que inauguró una dictadura sangrienta y extensa como pocas en nuestra región. Tampoco se salvó el libertador Simón Bolívar, un símbolo de la independencia americana ante el mundo.
Pero en donde esta "limpieza" alcanzó el absurdo y hasta la subestimación de los sentimientos de afecto que las mayorías populares de nuestro país manifiestan, fue en la llamada Galería de Idolos Populares de cuyas paredes fueron descolgados los cuadros que homenajean a personajes entrañables de la cultura popular argentina como Mafalda, Diego Maradona, el Gauchito Gil o Charly García entre muchos otros.
Se desconoce si este "apagón" obedeció a una recomendación de los asesores de imagen o a una iniciativa de la cúpula del gobierno. De todos modos, y sin importar quien fue el autor de la idea, lo cierto es que desconcierta porque en este caso también significa volver sobre los pasos dados en la campaña electoral cuando se prometía "consenso" y se apelaba a marchar "todos juntos".

 


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