Alarmante frecuencia de hechos delictivos
Era previsible: el caos de pobreza, miseria y desinformación en que el gobierno nacional ha sumido al país tendría, como consecuencia inevitable, un aumento de la delincuencia, tanto en su frecuencia como en sus formas. Cierto que siempre hubo una suerte de inercia delincuencial en la sociedad, en cualquier sociedad, pero una mirada a los medios informativos permite advertir la habitualidad de lo que antes era excepcional.
Alarma seriamente el crecimiento de la violencia a través de hechos de sangre que tienen una frecuencia inquietante y protagonistas cada vez más jóvenes. La prueba está en que ni la misma policía ha quedado al margen de esa violencia con armas blancas.
En este aspecto, aunque el fenómeno se da en todas las áreas pobladas de la provincia, y también a menudo en zonas rurales, llama la atención el fondo y la forma de lo que ocurre frecuentemente en la ciudad de 25 de Mayo, donde los hechos vandálicos se repiten con una alarmante frecuencia, se diría que tocada de maldad por las características que tienen. Algo así como si una banda de delincuentes hubiera echado raíces sobre ambas bandas del río Colorado, raíces que se impone arrancar por la tranquilidad de la región.
Artículos relacionados