Domingo 13 de julio 2025

Amenazas y chascos

Redacción 18/10/2024 - 08.49.hs

Con el previsor imperativo que sostiene que “la democracia global está amenazada”, nuestra ya conocida generala Laura Richardson, jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, ha vuelto a visitar la Argentina. Ahora lo hizo con esta prevención dirigida, indudablemente, a China, el gigante asiático que le hace densa sombra a su país y ha pasado a jugar un destacado papel en el tablero geopolítico del mundo. Abiertamente, se refirió a la base de observación espacial chino-argentina instalada en Neuquén. Va de suyo que la interesada visita de tan alta autoridad castrense resulta de las “relaciones carnales” con el país del norte que promoviera Mauricio Macri y con tanto entusiasmo retomara Javier Milei.

 

Aunque no completamente explícitos, los demás temas a tratar son, en definitiva, de estricta incumbencia nacional: navegación del Paraná, nuevo puerto de aguas profundas en Río Grande y la compra de los vetustos aviones F 16, aunque estos son poco menos que inservibles a los fines castrenses ya que se adquirieron con un equipamiento parcial por veto de Gran Bretaña, siempre temerosa en cuanto a la forma de reclamos por Malvinas.

 

Las ironías de la generala sobre las amenazas para la paz del mundo incluyeron algunos dardos directos para China, máxime que en estos días el país asiático acompañó su reclamo por la Taiwán ocupada con una formidable manifestación de barcos y aviones.

 

Quizás a la generala la haya sorprendido la menor jerarquía de los funcionarios que la invitaron y recibieron en esta visita (el ministro Petri y el jefe de Gabinete Francos). La vez anterior había sido recibida por el presidente Milei en persona quien, en un notable gesto de cipayismo, había viajado a Tierra del Fuego a esperar su llegada.

 

Puede ser que el Jefe del Estado haya dejado sus manifestaciones de vasallaje para otra visita. En efecto, el presidente en simultáneo con la visita de la militar estadounidense, se juntó con el ex primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson y hasta lo invitó a saludar desde el balcón de la Casa Rosada, un acto meramente simbólico y sin efecto trascendente alguno.

 

La reunión, dada la jerarquía del ex funcionario, presuponía el tratamiento de asuntos muy importantes para el país, Malvinas fundamentalmente, pero resultó un chasco: el principal interés de Milei, créase o no, apuntó a que el visitante le gestione una reunión con Mick Jagger, el cantante de los Rolling Stones. El mandatario es un ferviente admirador de esos músicos, al punto de haber hablado tiempo atrás con el canciller inglés por el mismo tema: una entrevista personal con ellos. Si la consigue acaso se le haga difícil a Milei darle la cordialidad debida; los Stones bregan por un enfoque integral y ecológico del calentamiento del planeta y el consiguiente cambio climático, que Milei niega en todos los niveles.

 

El pedido del Presidente acaso se habrá visto reforzado con su reciente anuncio de una próxima visita a Inglaterra, pero no parece haber elegido un interlocutor adecuado. En su país ha sido ampliamente criticado por sus políticas mientras fue primer ministro y una ácida burla periodística calificó su libro de memorias como “las de un payaso”.

 

También es muy difícil que en la entrevista de ambos políticos haya habido alguna alusión a “la pesada herencia”, ya que uno de los hechos más criticados por el mileísmo –la celebración de un cumpleaños en Olivos durante la epidemia de Covid— tuvo su correlato en la gestión de Johnson, que durante su mandato escandalizó por sus fiestas durante la cuarentena de su país.

 

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