Dolorosas imágenes
Desde hace dos semanas aproximadamente, los lectores de diarios de todo el mundo han visto algunas imágenes dolorosas, terribles, que evocaban a algunas similares de ochenta años atrás, tomadas en los campos de concentración y exterminio, para judíos especialmente, implementadas por los nazis y obtenidas por las tropas aliadas. Sin embargo, esas fotografías eran contemporáneas, actuales, y corresponden a las víctimas de la hambruna a la que el ejército israelí somete a los habitantes de la franja de Gaza. Esos pobladores -los que sobrevivieron a los terribles bombardeos judíos y viven en lo que queda de sus casas- padecen hambre, una extrema necesidad de alimentos que los arrastra a la desnutrición y la muerte. Aportando desde una neutralidad informativa que le ha hecho ganar respeto internacional, la emisora inglesa BBC explica la situación de desnutrición que se vive en la Franja londinense que citando la frase de un trabajador en el terreno señala en un boletín: "Las personas en Gaza no están vivas ni muertas: son cadáveres andantes". Hace apenas dos meses, la misma persona decía que se estaba quedando “sin palabras para describir la miseria y la tragedia" que allí se vivía. En el terreno, cada vez son más los afectados. “Ya no tengo fuerzas para trabajar", declaró un fotoperiodista palestino, quien retrató el impacto de la ofensiva israelí en la Franja de Gaza hasta que el hambre lo alcanzó. Mientras, debía retratar el indecible sufrimiento de su pueblo.
Las imágenes de lo que está sucediendo han dado la vuelta al mundo y pueden ayudar a hacerse una idea de la gravedad de la situación, que se hace espantosa, cuando se considera lo relativo a los niños: desde el comienzo de la guerra han muerto unos 19 mil, víctimas de enfrentamientos y bombardeos. Los relatos al respecto son de una crudeza tal que a menudo resulta difícil leerlos. Ver las fotografías multiplica el sentimiento. Basta decir que uno de cada cinco niños está desnutrido en el área. Más de cien personas han muerto de hambre, 80% de las cuales son menores, de acuerdo a informes de Unicef.
Israel, que controla la entrada de todos los suministros a Gaza, afirma que no hay ningún asedio y culpa a Hamás por cualquier caso de desnutrición, pero se le hace innegable que ha bombardeado hospitales, escuelas y hasta iglesias. Al ver las imágenes de esos niños esqueléticos, ya en el borde mismo de la muerte por desnutrición, es de rigor preguntarse si, más allá de su gobierno fascista, la porción democrática y no sionista del pueblo de Israel no evocará el exterminio a que fuera sometido por los nazis y que ahora padecen los palestinos por mano del gobierno de su propio país.
En tanto, a medida que las evidencias de crímenes de guerra aumentan, las naciones que hasta ahora negaban o disimulaban el genocidio comienzan a cambiar de actitud. A los casi 150 países que habían reconocido al gobierno palestino se ha sumado recientemente Francia, provocando una ácida respuesta de Estados Unidos e Israel, que dicen que ese acto sólo contribuirá a alentar el terrorismo, pero como para que no queden dudas de la intención última de la guerra, un integrante del gabinete ha dicho que Gaza pasará a integrar el territorio israelí.
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