Jueves 25 de abril 2024

El pez por la boca muere

Redacción 10/12/2022 - 11.34.hs

Los líderes (o quienes presumen de serlo) suelen caracterizarse por discursos y expresiones cargados de significación y sugerencia, a veces elaborados y a menudo producto de un oportunismo bien aprovechado. Abundan los ejemplos en todos los tiempos y latitudes.

 

No es el caso del ex presidente Mauricio Macri quien, apoyándose vaya uno a saber en qué pensamientos, o bien exteriorizando sentires propios, suele caer con frecuencia en el dislate y hasta en el grotesco, lo cual obliga al inmediato socorro por parte de sus socios políticos para explicar que no quiso decir lo que dijo. Acaso si hubiera frecuentado un poco más las lecturas de historia argentina habría accedido a la sabia frase que le atribuyen al "Zorro" Julio Argentino Roca: "El que habla, se jode".

 

Con el antecedente de un predecesor -recuérdese a Menem "que leía a Sócrates", cuando es sabido que el filósofo griego no escribió un solo texto- Macri abundó y sigue abundando en frases memorables por el tamaño de sus equivocaciones o su cercanía al despropósito. A continuación algunos ejemplos:

 

"El populismo es peor que el coronavirus", dicho poco antes de la expansión de la epidemia de Covid-19 a nivel global, lo que contribuyó, de paso, a su fama de "mufa" en el nivel popular.

 

"Los argentinos están enamorados de usted", pretendido elogio a Christine Lagarde, por entonces directora del Fondo Monetario Internacional, institución muy poco querida entre los argentinos.

 

"Los aires acondicionados fueron parte de este cóctel explosivo y siniestro que inventó el gobierno anterior".

 

"No estoy aquí para hacer lo políticamente correcto". A confesión de parte...

 

"Buscaremos jueces más afines con nuestro pensamiento". Así quedó el aparato judicial tras su paso por el gobierno.

 

"Si pudiera los quemaría", en referencia a los Astilleros Río Santiago

 

Semejantes expresiones, entre muchas otras, evidencian tanto una notable falta de lecturas como una mala apreciación de la realidad, evidenciadas en la inconveniencia para el momento en que fueron dichas. Con otras palabras: torpeza política.

 

En los días que corren, signados por el entusiasmo mundialista en todo el planeta, la incontinencia verbal de Macri sigue vigente, precisamente motivada por el acontecimiento futbolero. Junto a la monumental: "Los alemanes son una raza superior" (el equipo teutón fue rápidamente eliminado en la primera ronda, lo que contribuyó a su fama de mufa), cayó después en el elogio desmedido a la capital de Qatar (y en su habitual crítica a la Argentina), acaso encandilado por las luces de Doha, pero sin tener en cuenta que los estadios que lucen hoy en el país anfitrión del Campeonato Mundial de Fútbol son producto de la semiesclavitud de obreros inmigrantes de otros países, confinados en guetos apartados de la ciudad, trabajando en jornadas extenuantes. Semejante incumplimiento de los derechos laborales tuvo un costo que es indiferente para la mentalidad macrista: 6.800 muertos en los años de construcción de las instalaciones para el campeonato.

 

Y para finalizar una joyita: "Macri es mejor que Maradona", inspirada acaso en las frases con las que, en su momento, "El Diez" lo aguijoneara con tono socarrón.

 

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