Gobierno a la defensiva
El próximo trimestre será de intensa actividad política, decisivo para el futuro inmediato.
Eduardo Lucita *
La situación política es por demás fluida. El gobierno que había salido triunfante y empoderado luego de las elecciones legislativas en CABA, se encuentra ahora a la defensiva producto del llamado “lunes negro”, que no solo implicó fuerte derrota parlamentaria sino que también ha dejado expuestas las contradicciones y luchas intestinas al interior del equipo de gobierno.
Aumenta la incertidumbre económica mientras que la corrupción contenida en el escándalo del caso Libra y el reciente ingreso de valijas sin pasar por la aduana también enrarecen el clima en torno al gobierno en pleno proceso electoral.
Reducido impacto.
Los proyectos aprobados en el Senado, que serían vetados por el presidente Milei, llegado el caso judicializados, tienen reducido impacto fiscal pero en la visión oficialista comprometerían el equilibrio de las cuentas públicas. Este equilibrio es el centro del modelo económico, junto con el ancla del dólar, para sostener la estabilidad alcanzada- Como esa estabilidad es bastante inestable cualquier medida que comprometa el equilibrio pondría en riesgo todo el plan según el presidente.
Este temor es lo que explica porqué el ministro Caputo envió a uno de los principales lenguaraces (el inefable Fantino) a decir lo que dijo creando un clima de incertidumbre e ingobernabilidad que los obligó a dar marcha atrás. El nuevo relato, (que busca bajarle el precio a la derrota parlamentaria) dice ahora que todo se trata de una conspiración de los que “quieren destruir al gobierno”, una suerte de “golpe institucional” (los influencers han respondido proponiendo un autogolpe, llamando a sacar los tanques a la calle, bombardear el Congreso, etc.). El nuevo relato en clave electoral pretende hacer ver a la oposición como responsable del previsible aumento del Riesgo País y de la volatilidad en el mercado cambiario de los últimos días.
Variables independientes.
En este contexto político ciertas variables han comenzado a moverse con independencia del plan: en plena liquidación del agro las reservas no crecen y siguen negativas, que JPMorgan llamara a desensillar hasta que aclare en relación al carry trade hizo pegar un respingo al Riesgo País y el peso se devaluó un 10%, el tipo de cambio oficial ya roza los 1300 pesos por dólar; el desarme de Letras por el BC hizo bajar las tasas y esa masa de dinero se vuelca al dólar; ya son cuatro los grandes bancos internacionales que alertan sobre dificultades económico-financieras; grandes corporaciones internacionales han comenzado a retirarse del país o a desinvertir parcialmente; el creciente déficit de la Balanza de Pagos se financia con endeudamiento mientras el FMI demora su revisión trimestral y posterga el desembolso de 2000 mill. programado; la inflación de junio fue del 1.6 con el dólar quieto y se estima difícil que se acerque al 1% antes de las elecciones, la economía está virtualmente amesetada mientras crecen la desocupación y la conflictividad sindical…
Nuevo escenario.
Se abrió así un nuevo escenario político. El oficialismo que hasta ahora compensó ser minoría parlamentaria acordando alianzas diversas para aprobar leyes, imponer vetos y sobre todo bloquear cualquier intento de juicio político, ha visto estos días disolverse esas ( 23 gobernadores y un jefe de gobierno se pusieron de acuerdo en elevar sus demandas. Es un dato).
El resultado es que ya no controla la agenda parlamentaria y ha perdido centralidad política. Esa pérdida de centralidad es compartida con CFK que, aunque cada tanto recupera cierto protagonismo público (salidas al balcón, mensajes de vos a sus seguidores concentrados en plazas…), ya no tiene el impacto de hace un mes atrás, como tampoco lo tienen los berrinches y arranques histéricos de Milei con sus insultos y acusaciones de todo tipo a cualquiera que lo contradiga. Ese vacío tiende a ser ocupado por el proceso electoral en sus dos instancias las legislativas de Provincia de Buenos Aires, que cada día ganan en importancia, y las nacionales de octubre, a las que el oficialismo privilegia ya que serán decisivas para el curso posterior.
A la defensiva.
El gobierno está a la defensiva y se repliega sobre si mismo, endureció sus posicione en la conformación de alianzas y listas electorales. Al mismo tiempo necesita destrabar las relaciones con algunos gobernadores y con la oposición dialoguista para conseguir nuevos héroes para sostener los vetos. Milei se inclina por el ala dura de su gobierno, privilegia a Karina y los Menem sobre Santiago Caputo (fue excluido de los debates, solo se ocuparía de los relatos comunicacionales) lo que implica también un ninguneo para Las Fuerzas del Cielo que aspiraban a ocupar lugares en las listas.
Apuesta todo a octubre donde espera salir ganancioso aunque reconocen no lograran mayorías en el Congreso. Ese triunfo, suponen, haría bajar el Riesgo País lo que les facilitaría acceder al crédito internacional y financiar los fuertes vencimientos de los próximos dos años. Si las urnas reafirman el apoyo popular estarían en condiciones de reordenar el gobierno, reequilibrando la economía, instalando una nueva matriz de precios relativos y avanzar entonces con las reformas estructurales pendientes. Así relanzarse políticamente hacia el 2027.
Esta es la base de su debate interno sobre la estrategia electoral. El ala dura sostiene que es el momento de consolidar LLA para luego negociar desde una posición de fuerza. Por el contrario Caputo (el Mago del Kremlin), propone no competir electoralmente con los aliados provinciales sino integrarse en sus listas y ampliar su influencia de cara a las próximas presidenciales. Detrás de todo este debate está el poder económico preocupado por conocer con qué respaldo político el gobierno encarará sus últimos dos años y las reformas estructurales.
Antes de octubre serán las elecciones en Provincia de Buenos Aires, las más territoriales de su historia y donde tendrán peso los intendentes y las fuerzas locales, como puede verse en la confección de las listas que terminó siendo un espectáculo bochornoso que aleja aún más a la gente del acto electoral. Finalmente el kicillofismo se impuso parcialmente en la interna peronista. Kicillof juega su futuro político y su candidatura hacia el 2027.
Una profunda crisis de representatividad recorre todo el sistema político nacional. Jorge Liotta en su última columna en La Nación así lo describe “….las listas no funcionaron como construcción política, que permita intuir fuerzas consolidadas…Fueron apenas un recurso minimalista para resolver la urgencia electoral.
Todo es fragilidad y todo está por construirse.
* Integrante del colectivo EDI (Economistas de Izquierda).
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