Viernes 01 de agosto 2025

Intríngulis económico

Redacción 01/08/2025 - 00.15.hs

La inminente aprobación del informe elaborado por el staff técnico del FMI sobre el estado de las cuentas fiscales no ocultará el mal desempeño del gobierno en estos primeros dos meses desde que se puso en marcha el nuevo programa de facilidades extendidas, independientemente del “waiver” o dispensa concedida por la falta de cumplimiento de las metas.

 

Si bien los números de la revisión practicada por la misión técnica del organismo todavía no fueron refrendados, todos los cálculos señalan que el objetivo de aprovechar la temporada de liquidación de divisas de la cosecha gruesa para recomponer las reservas del Banco Central estuvo lejísimo de ser cumplido. De acuerdo a lo que tuiteó Hernán Letcher, titular del CEPA (Centro de Economía Política Argentina), “la variación acumulada en 2025 de Reservas Internacionales Netas según el Memorando Técnico de Entendimiento al 23/7 alcanzó U$S – 6.082 millones (negativo); faltaron acumularse U$S 9.950 millones para cumplir la meta”.

 

Los flacos números tornan imperiosa la mejora de ese aspecto de cara a los próximos meses, ante la gran cantidad de obligaciones en dólares con acreedores y también la necesidad de las empresas de cancelar compromisos con proveedores del exterior.

 

Al respecto, la consultora Eco Go planteó el intríngulis económico, y también político, que se le presenta al gobierno de Javier Milei en los próximos meses, sobre todo teniendo en cuenta las elecciones de medio término.

 

El informe incluyó un interesante cuadro que compara la situación entre la actual gestión y la de Mauricio Macri poco antes de las legislativas de 2017, cuando el equipo económico (del que también formaban parte Luis Caputo y Federico Sturzenegger, integrantes del gabinete y colaboradores íntimos de Milei) no imaginaba la salida de capitales y el vendaval de devaluaciones que se vendría pocos meses más tarde.

 

La comparación arroja que el régimen libertario está mucho mejor parado en algunos ítems: proyecta un superávit fiscal equivalente a 1,6% del PBI (Macri tenía déficit del 3,8%), saldo favorable de U$S 7000 millones en la balanza comercial (contra un rojo de U$S 8000 millones del gobierno de Cambiemos), un déficit de cuenta corriente devengado de 1,8% del PBI (un tercio del que había entonces) e intereses del Banco Central casi nulos (2% del PBI en 2017).

 

Pero el panorama cambia cuando se analiza el frente externo. Las métricas de Milei dan mucho peor en materia de reservas internacionales brutas (U$S 39.000 millones en vez de los U$S 56.000 millones de aquel año) y reservas netas (U$S 9.000 millones negativas frente a U$S 28.000 millones positivas).

 

Los números actuales también son muy malos en materia de deuda pública: con los privados, sumando el Tesoro y el Banco Central, hay compromisos por U$S 195.000 millones, un 25% más que hace ocho años; y con los organismos internacionales el monto se triplicó: pasó de U$S 29.000 millones a U$S 95.000 millones, FMI mediante.

 

Así planteado, el panorama no dista demasiado de la bomba de tiempo que Macri desatendió y que le terminó explotando en las narices seis meses después de la elección. El estallido le significó también el fin de su aventura presidencial: perdió la reelección por amplio margen.

 

El trabajo de Eco Go abre las puertas al análisis de las opciones de corto plazo que tiene el gobierno de Milei. Si bien en lo inmediato la cuestión primordial parece ser “enderezar el entuerto provocado por el desarme de las Lefis y su impacto sobre la volatilidad de las tasas y sobre el programa financiero del Tesoro”, el interrogante más importante apunta a lo que sucederá después de octubre.

 

Los analistas se preguntaron qué hará el gobierno tras los comicios: “¿Sigue de largo apuntando al ajuste deflacionario y el riesgo de no llegar cómodo a 2027? ¿O busca recalibrar readaptando el esquema de bandas dando una señal clara de acumulación de reservas a un tipo de cambio más alto?”. La respuesta se conocerá en los próximos meses. (Por Marcelo Di Bari, extractado de Tiempo Argentino)

 

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