Domingo 28 de abril 2024

Invasión mercantilista

Redacción 27/11/2023 - 00.41.hs

El mercantilismo, al menos el mercantilismo que pretende tenerse como un valor casi inobjetable, es una doctrina que campea en Argentina desde hace años y que, en el presente, ha crecido en sus pretensiones: junto a las condiciones que lo caracterizan, es innegable su capacidad de anticipar los posibles cambios de trabajo y rédito, sin exclusión alguna, que le deparen ganancia.

 

Un ejemplo cabal está en el deporte, actividad de pueblo si las hay y, claro está, dentro de ese campo el fútbol, “el más popular de los deportes” según se definió alguna vez. La trasformación del enfoque deportivo en un enfoque económico no es nueva. Hace décadas, Alberto J. Armando y Antonio Vespucio Liberti, con el apoyo -o la complicidad- de algunos medios y sus periodistas, introdujeron en la gente la necesidad del “fútbol espectáculo”, en definitiva el incremento y la incorporación de nuevos aspectos en un negocio que prometía ganancias astronómicas. Vaya como muestra el trofeo más ambicionado de aquellos tiempos, la Copa Libertadores de América, que era disputado por los campeones de los distintos países, que se amplió hasta convertirse en un certamen aparte, con múltiples participantes, que es como decir múltiples entradas monetarias.

 

El ex presidente Macri, desde sus tiempos al frente de Boca Juniors (posiblemente el club más popular del país, atisbó claramente esa posibilidad monetaria y la proyectó hacia un modelo que reconocía el antecedente del “fútbol espectáculo” que se expandía en Europa: la conversión de los clubes en sociedades anónimas. No dijo, claro está, que en esas sociedades a las que los socios-hinchas aportarían su entusiasmo y su dinero, un puñado de millonarios –mercantilistas, eso sí— serían los propietarios de la mayoría de las acciones que les permitirían gobernar la institución. Y desde su retirada de la presidencia, sibilinamente, trabajó en varios órdenes en pro de instalar esa nueva forma de invasión mercantilista sobre el deporte.

 

En la semana que pasó, los clubes de distintas categorías en una reunión oficial votaron sobre la posibilidad de implementar sociedades anónimas, en reemplazo de las entidades colectivas tradicionales, populares y sin fines de lucro. El resultado, por abrumadora mayoría, fue negativo para con la iniciativa. En los considerandos, la asamblea tuvo algunas respuestas irónicas para con Macri, aunque sin nombrarlo, haciéndole notar la ubicación preeminente que tiene el fútbol argentino -en lo más alto del mundo- y que los ingresos materiales, muy positivos, fueron conseguidos a partir de medidas populistas. En definitiva: los clubes dijeron “no” a la privatización del fútbol argentino e hicieron notar que las pretendidas “Sociedades Anónimas Deportivas no tienen existencia jurídica ni espacio dentro del estatuto" que rige a la Asociación del Fútbol Argentino.

 

La iniciativa, felizmente frustrada, puede verse como un ejemplo más de las concepciones financieras macristas, pero también como un globo de ensayo más dentro de las medidas privatizadoras del actual gobierno. Hay que ser realistas: los próximos seis meses seguramente depararán otras sorpresas tan audaces y penosas como esta, que apuntó al corazón de lo popular.

 

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