Jueves 22 de mayo 2025

Llamativa coincidencia

Redacción 20/05/2025 - 00.16.hs

La aparición de documentos relacionados con el nazismo en los depósitos del subsuelo del Palacio de Tribunales, donde estuvieron ¿ignorados? durante más de ochenta años, volvió a poner sobre el tapete de la actualidad la tan controvertida relación entre nuestro país y la Alemania nazi, muy especialmente cuando la finalización de la Segunda Guerra Mundial, con la derrota germana. Con los rusos a las puertas de Berlín desaparecieron el sentido del honor y el heroísmo nazi y sus protagonistas escaparon como liebres, muchas veces con la ayuda de la España franquista, la Italia de Mussolini o el Vaticano. Abundaban hasta algunos años atrás -sus protagonistas ya han muerto- quienes sostenían la hipótesis de submarinos alemanes que desembarcaban jerarcas en las costas patagónicas. Afirmaban que así habían llegado cerca de un centenar de ellos, y hasta algunos trabajos sugieren que no lejos de la costa patagónica habría submarinos hundidos ex profeso.

 

No es ninguna novedad decir que en nuestro país existió un fuerte sentimiento filonazi, con distintas pero importantes manifestaciones enquistadas en distintos sectores de nuestra sociedad, la política incluida. Las grandes ciudades argentinas tuvieron manifestaciones multitudinarias de adherentes a esa ideología y sus postulados, con fuertes enfrentamientos con quienes profesaban el socialismo y el comunismo.

 

Lo que se encontró en este caso son miles de fichas de afiliados del Partido Nacional Socialista Alemán (el nombre legal del partido nazi) y de la Unión Alemana de Gremios, que tenían unos 12.000 miembros y que constituía la mayor organización nazi fuera de Alemania. Los papeles estaban en una docena de grandes cajas sin que al parecer hubieran llamado la atención hasta la actualidad.

 

El hecho avala las teorías y rumores -también certezas- acerca de que muchos jerarcas nazis se refugiaron en Argentina. Una versión no confirmada llegó a asegurar que el mismo Hitler escapó a nuestro país, donde murió.

 

Quienes sostenían la idea de un país acogedor de nazis tuvieron su confirmación cuando los servicios israelíes en un suburbio de la Capital Federal encontraron nada menos que a Adolf Eichman, a quien secuestraron llevándolo a Israel, donde fue juzgado y ajusticiado. En su momento el hecho generó un escándalo considerable por esa intromisión por encima de las leyes argentinas.

 

La razón de la presencia de ese material en el país no está del todo clara y se especula respecto a que pudo ser un ocultamiento transitorio para evitar que cayera en manos de la Comisión Investigadora de Actividades Antiargentinas, que tuvo fuerte vigencia tras la derrota de Alemania.

 

Seguramente que, más allá del descubrimiento, los servicios de inteligencia israelíes estarán en el análisis de la documentación, como lo han hecho ininterrumpidamente ante cualquier manifestación de esta clase desde que acabó la guerra. Al parecer, el Centro Wiesenthal sigue interesado en los nombres relacionados con el financiamiento desde la Argentina de las actividades del Partido Nacionalsocialista en Alemania.

 

Es llamativa la coincidencia que este material aparezca en tiempos como los actuales donde el filonazismo parece rondar de nuevo por el mundo, de la mano de las ideas de extrema derecha. Si hasta algunos amigos del Presidente, acaso amparados por sus enormes fortunas, no se privan de hacer aquel nefasto saludo de mano levantada.

 

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