Sin temor al ridículo
Una de las características del gobierno del presidente Javier Milei y su entorno es que, evidentemente, no le temen al ridículo y al disparate. Más allá de los papelones internacionales del Presidente, el medio local provee al respecto y da para mucho.
El último suceso en la materia corrió por cuenta del subsecretario de Políticas Universitarias quien, muy suelto de palabra y de ignorancia de su propio espacio político, declaró que "Argentina puede ser proveedor de reactores modulares pequeños (SMR) para las bases en la Luna y Marte". Si se recuerda la destrucción por parte del actual gobierno de las instalaciones de la Comisión Nacional de Energía Atómica por acción de la motosierra mileísta, acompañada de la parálisis en la construcción de reactores de potencia de los más avanzados, esas palabras suenan tan disparatadas que producen vergüenza ajena. Las declaraciones de este funcionario, de hecho, alcanzan el nivel de ridiculez del ex presidente Menem –otro que bien bailaba—cuando dijo que en muy poco tiempo se podría viajar en cohetes a Oriente.
Además es evidente que el subsecretario ignora que, al margen de la paralización de estos y otros proyectos que habían puesto a nuestro país a la cabeza de Sudamérica en materia de energía nuclear, la política libertaria no tuvo para nada en cuenta la pérdida de inteligencias de alta calificación, obligados a emigrar por la falta de trabajo.
Admira, eso sí, la capacidad premonitoria del subsecretario para dar por sentada la instalación de bases en la Luna y Marte esto, claro está, a no ser que cuente con información privilegiada en su condición de integrante de “Las Fuerzas del Cielo”, tenidas por algo así como la guardia pretoriana de Javier Milei.
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