Un modelo con la ficha limpia
La Pampa cerró una semana en la que cosechó elogios a nivel nacional, en medio de un clima preelectoral enrarecido por denuncias cruzadas de dirigentes de dudosa honestidad que se pelean por ver quien tiene la ficha más limpia.
Dentro de un panorama en el que sobran los cuestionamientos, es llamativo recibir comentarios favorables, y por eso es llamativo que un gobernador de “otro palo” como el entrerriano Rogelio Frigerio haya destacado el modelo pampeano. El comentario adquiere mayor valor porque fue pronunciado en una cumbre de gobernadores en la que Ziliotto jugaba claramente de visitante. Y las palabras vinieron de parte de un ex ministro de la gestión macrista. El hombre, al que ahora le toca estar del otro lado del mostrador, evidentemente ha tomado real conciencia de lo que se vive administrando una provincia cuando desde Nación no le mandan lo que le corresponde.
Además, en estos días se convalidó a nivel nacional el plan de respuesta ante el cambio climático, que convirtió a La Pampa en la primera provincia que tiene su programa aprobado. El hecho muestra la seriedad con la que se abordó un tema al que el gobierno nacional minimiza de manera constante.
La semana se cerró con la visita del presidente del Consejo Federal de Inversiones, Ignacio Lamothe, quien llegó a Toay para firmar un acuerdo de estudio de obras para el barrio Lowo Che. Y en su discurso elogió la planificación urbana en la provincia.
La “lección pampeana”.
Como quedó dicho, el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, fue uno de los principales oradores de la jornada “Una hoja de ruta hacia un futuro federal”, organizada por el CFI en Paraná.
“Lo escuchaba atentamente al gobernador de La Pampa, amigo Sergio Ziliotto, y claramente acá hay muchas cosas para aprender del interior, el mal llamado interior de la Argentina”, expresó Frigerio. “Hoy le contaba a Sergio que cuando me tocó tener una responsabilidad en un gobierno nacional y fui a conversar con las provincias respecto a la necesidad de tener algo tan obvio y vinculado al sentido común como el equilibrio en las cuentas públicas, en La Pampa me dieron una lección. Porque ya desde hacía años ellos venían con este trabajo de un Estado austero, de un Estado responsable, de un Estado que sabía en dónde tenía que meterse y en dónde no tenía que hacerlo”, sostuvo.
“Claramente la contundencia de los beneficios de esa política de responsabilidad fiscal se ve en un Estado que puede no sólo pagar salarios sino también apoyar a los sectores productivos, que puede subsidiar tasas de interés, no sólo con el esfuerzo que hace el CFI y que agradecemos, sino también con una política propositiva por parte de los recursos provinciales”, añadió.
No se recuerda que Frigerio haya dicho algo ni siquiera parecido cuando ejerció su cargo de ministro del Interior durante la gestión presidencial de Mauricio Macri. Se entiende, formaba parte de un gobierno que prometió 3.000 jardines de infantes y no fue capaz de terminar ni uno solo.
Un apellido con historia.
Frigerio no es un dirigente más. Lleva un apellido con historia. Su abuelo fue uno de los más conocidos referentes del Movimiento de Integración y Desarrollo, un partido que explica sus ideales con la solo mención de su nombre. Por eso no se entendió mucho el viraje del nieto hacia la derecha, casi como un aspirante a imitador de la camaleónica Patricia Bullrich.
Ahora, con sus palabras de reconocimiento al modelo pampeano, Frigerio parece más cercano al ideario del desarrollismo de su abuelo que al del PRO, partido en el que –al menos desde los papeles- parece seguir revistando.
Por eso adquieren más valor sus palabras. Plantarse en una cumbre de gobernadores, donde además era el anfitrión, para reconocer que el modelo pampeano es digno de copia, no es poca cosa.
El secreto del modelo.
Un día después, el propio Ziliotto amplió sobre lo tratado en la cumbre y habló de dar empleo en vez de cobrar impuestos: “No quiero que los empresarios paguen impuestos, quiero que paguen salarios. Si tengo ocupación plena, la demanda de la sociedad hacia el Estado va a ser menor. Prefiero subsidiar un puesto de trabajo y no prestar ayuda a través de Desarrollo Social. Lo que dejo de cobrarle al empresario lo recaudo a través de la mayor actividad económica que genera un mayor poder adquisitivo del salario. Un círculo virtuoso”.
¿Es tan difícil de entender? ¿Frigerio lo habrá comprendido ahora? Si lo hubiera entendido antes tal vez se lo podría haber explicado a Macri. El punto ahora es conseguir que alguien se lo haga entender a Milei, que en lo único que piensa es en seguir rapiñando recursos de las provincias.
Es así como se contrapone el elogio a un modelo pampeano que tiene la “ficha limpia”, con valoraciones nacionales en casi todas sus áreas, frente a un programa libertario rechazado por el pueblo. La clave será que lo repudien pronto en las urnas. Es la única esperanza que nos queda.
DANIEL ESPOSITO
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