Domingo 22 de junio 2025

Pablo Bernasconi: retratos con alma

Redacción 14/07/2008 - 01.16.hs

El artista y diseñador gráfico Pablo Bernasconi genera con sus dibujos admiración y respeto a nivel internacional, a pesar de que cultiva el bajo perfil. Vive en Bariloche y ahora sacó un libro admirable: "Retratos".
Ni caricaturas, ni ilustraciones, ni fotografías. Los retratos de Pablo Bernasconi reunidos en un libro de reciente publicación priorizan el contenido a la forma y el personaje -convertido en un ícono- surge de una mirada subjetiva, enriquecida por una minuciosa investigación.
El libro se llama "Retratos", pero Bernasconi tiene una trayectoria detrás que asombra. Nació en el año 1973 en Bariloche, lugar donde hoy reside después de vivir y estudiar en Buenos Aires. Además de ilustrador, es diseñador gráfico egresado de la UBA. Sus trabajos se publican en prestigiosos diarios del mundo entero, desde Clarín (Argentina) hasta The New York Times (Estados Unidos) y The Times (Inglaterra). Y regularmente en otros medios gráficos como las revistas Rolling Stone, Caras y Caretas y National Geographic Society, entre otras, y grandes editoriales como Alfaguara. Actualmente trabaja para Argentina, Alemania, EEUU, Inglaterra, Australia, España, Brasil y Japón.
Recibió cuatro premios a la excelencia -2000, 2001 y 2004- en la Society of Newspaper Design (SND) por sus tapas e ilustraciones. Publicó varios libros infantiles como autor del texto y las ilustraciones, que fueron traducidos a ocho idiomas, y este año un libro para adultos: "Retratos" (Edhasa).

 

Construcciones.
El artista y diseñador gráfico, que además escribe, afirmó sobre su obra que reúne retratos de personalidades nacionales y del mundo: "yo trato de diferenciarme porque no hago humor, no sé manejarme con el humor de manera clásica, no hago chistes, no tiene que ver con eso. No son caricaturas, porque no me interesa trabajar sobre la exacerbación de los rasgos. Hago construcciones retóricas, trato de involucrarme de manera más profunda con los personajes".
Con una variedad de estilos inusitada para estos días, Bernasconi ofrece una galería de 57 personajes que van desde estrellas de cine, cantantes, músicos y escritores, hasta presidentes, dictadores o figuras de la ficción como Batman, el hombre invisible o la viuda negra.
En casos como el dictador Jorge Rafael Videla, el ilustrador dijo que "se justifica ese tipo de trabajo ya que es necesario algo más que la fisonomía para describirlo. Es lo menos relevante del personaje".
¿Cómo es el proceso de elaboración? "Siempre investigo mucho la historia del personaje, la gente que lo rodeaba, lo que le gustaba y lo que no. Y la frase que lo acompaña la busco después, una vez que definí la dirección que iba a tomar".
"En el caso de (George W.) Bush lo busqué desde el petróleo. Pero la mirada va más allá. En este caso aparece personificado en un surtidor, ahora cada elemento del surtidor tiene otro código otra historia, los galones marcan el 666, el número del demonio. Todo tiene otra vuelta es como si fuese un fractal del discurso", explica Bernasconi.

 

Iconos.
El ilustrador remarca la importancia de la investigación y su actividad como diseñador para reforzar el mensaje de cada ícono-personaje. Una banda de flores que se van muriendo para capturar a la inolvidable Janis Joplin, la capa de los reyes de Francia, que funde a todos los Luises, y un amasijo de chatarra para esbozar al mítico James Dean.
"La idea fue generar íconos con estos personajes, lo que tiene que ver con una secuencia, con una construcción de signos. Es algo conceptual", define.
"Es un cruce de referentes, la manera como funcionan las metáforas. Utilizo los objetos y de acuerdo a como los combine o los contextualice entre sí van a suceder cosas diferentes. La búsqueda de esos elementos es lo que más cuesta porque el personaje tiene que ser verosímil: ahí está la clave".

 

-¿Cómo definís tu trabajo?
-Ultimamente, me defino simplemente como autor. Estoy mayormente abocado a darle forma a las ideas, por el medio que considere más prudente o efectivo. Si tengo que escribir, lo hago, si tengo que ilustrar, también, utilizando collage, o acuarela o tinta. Será el discurso y el contenido quien dicte la forma y el recurso a usar. Y "Retratos" fue un experimento destinado exactamente a demostrar eso, un desafío autoimpuesto que pretende arraigar su origen en la materialización de la idea como punto primordial.
Técnicamente, utilizo el collage como herramienta conceptual, como método para generar metáforas. Me resulta un sistema muy directo y comprobable, además de lúdico.

 

-¿Cómo llegaste a esta actividad?
-Una vez que me recibí de diseñador gráfico en la UBA, y que cumplí también una etapa enseñando, entré a trabajar en Clarín diseñando suplementos, productos especiales y tapas. Ahí aprendí a utilizar de la manera más eficiente posible las herramientas conceptuales y gráficas que tenía. Por una cuestión de urgencias, comencé a ilustrar mis propias tapas. Luego seguí con otros medios, editoriales, revistas, libros, publicidad, etc. Me gusta mi profesión, me permite materializar cosas y compartirlas con la gente. Siempre sostengo que no me considero un artista, sino una persona interesada en transmitir de la manera más franca posible, algunas ideas.

 

-Has ilustrado libros de cuentos, revistas, diarios, ¿en dónde te sentís más creativo, qué te condiciona?
-Son formatos muy diferentes, y cada uno tiene lo suyo. El trabajo en diarios me apasiona, por el vértigo que significa, representa un entrenamiento salvaje e irremplazable. Con las revistas puedo ser más permisivo y detenerme más en lo plástico, si el tiempo es mayor. En cuanto a los libros infantiles, me resultan un espacio muy rico para la experimentación, en donde además puedo complementar la imagen con la palabra, escribiendo y generando yo mismo las historias. Pienso que los condicionantes (tiempo, recursos, materiales, formatos) muchas veces terminan siendo disparadores valiosos que dan pie a proyectos que quizá no se hubiesen concretado de otra manera.

 

-¿Qué cambia entre la ilustración para chicos y para mayores?
-No cambia el mecanismo que uso para construir sentido, las metáforas. Lo que cambian son ciertos signos, ciertos códigos aplicables en uno u otro caso. Generalmente utilizo información de contextos, tratando de prevér la información con la que cuenta cada público.
En el caso de los chicos, suelo recurrir al humor y a mecanismos quizá más lúdicos (en "Excesos y Exageraciones" cuento la historia de un monstruo de lago que aparece en horario de oficina todos los días, salvo feriados). Cuando ilustro para el público adulto, recurro a la acidez, y a observaciones más complejas que remiten a simbología específica. Por ejemplo, Retraté a Hugh Hefner (Playboy) en mi último libro, y su cabeza es un culo con una pipa ensartada, en bata. Es una reflexión en si misma que, aunque graciosa, tiene un trasfondo algo patético, como el retratado.
LUIS TALONE - PERIODISTA

 


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