Martes 30 de abril 2024

Aire de montaña

Redaccion Avances 20/03/2022 - 13.00.hs

Recuerdos de la adolescencia y dolorosas confesiones forman parte de un drama con una intensidad que conmueve. La obra recibió el Premio CTBA + Banco Ciudad 2020-2021.

 

María Evangelina Vázquez *

 

La misteriosa visita de Lorena a su ciudad natal nos depara develamientos que se van haciendo gradualmente. Pilar Ruiz (autora y directora de “Aire de montaña”) recurre una vez más a una historia con alto contenido emocional, como lo hizo con “Suyay” y “Bailan las almas en llantas”. En una ciudad un temporal se avecina. Pero el temporal más fuerte es el de los sentimientos. Lorena visita a Jorge y a Marina, una pareja de amigos de su adolescencia, y entre ellos recuerdan varias anécdotas que logran evocar tiempos mejores, épocas sin preocupación cuando la amistad y el disfrute de los pequeños momentos eran lo que más importaba.

 

Lorena lleva a su hijo, Tomás, que va a revelar una parte oculta de la vida de su madre. Madre e hijo mantienen un diálogo interesante en el que intercambian qué expectativas tienen de la vida, de las relaciones. Quedan cuentas pendientes en la relación entre Lorena y su amiga Marina y muy pronto salen a la luz algunos secretos del pasado que siguen teniendo fuerte presencia en la actualidad. Quizás Tomás sea el catalizador que acelera la confrontación con ciertas verdades que no querían ser admitidas.

 

A flor de piel.

 

Estamos ante todas actuaciones excelentes. Carlos Portaluppi, Clarisa Korovsky, Juan Tupac Soler, María Inés Sancerni son el elenco de lujo para contar una historia que nos deja con la sensibilidad a flor de piel. Nostalgias, viejas canciones o fotografías, momentos congelados de felicidad que no se repiten son como invocaciones que permiten que el pasado vuelva con la fuerza arrolladora de una tormenta que no deja nada en pie. Los vínculos necesitan ser explorados desde un nuevo ángulo. El futuro no se proyecta claramente y por momentos parece que la vida ofrece pocas oportunidades de hallar la felicidad. Marina y Jorge no han tenido hijos y la presencia de Lorena con Tomás los moviliza al extremo del llanto. La amistad es, finalmente, ese pilar que los une ante las confesiones más devastadoras. Aparece con certeza la idea de la finitud. Pero será la fuerza del amor la que haga posible sostener una vida en medio del desamparo y el desconcierto. Ruiz nos regala una historia muy rica en sorpresas gratas y sinsabores, en igual medida. Nueces para el amor, alcauciles para el olvido, nos recuerdan los personajes. No habrá que olvidar que el amor puede estar en el lugar menos pensado y que los buenos recuerdos pueden ser aquello en que nos anclamos cuando no hay nada más que pueda sostener nuestra identidad.

 

“Aire de montaña” puede presenciarse todos los martes a las 21 horas en la sala El galpón de Guevara –Guevara 326, Chacarita, Buenos Aires–. Las entradas pueden reservarse en www.galpondeguevara.com

 

Además del gran elenco, el equipo se completa con Julieta Potenze en diseño de escenografía, Ariel Vaccaro en realización de escenografía, Valentina Remenik en diseño de vestuario, Lucía Feijoó en diseño de iluminación, la música original es de Milagros Garcilazo, el asesoramiento coreográfico es de Andrés Molina, la prensa y difusión de Carolina Alfonso, el diseño gráfico de Juan Pablo Rodríguez, la fotografía de Francisco Castro Pizzo, la producción general es de Poética Resiliencia y el Co-Productor es el Galpón de Guevara. Valentina Lozano es asistente de dirección y Pilar Ruiz es dramaturga y directora.

 

* Colaboradora

 

' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?