El Lelo eterno
Tienen 19 y 21 años, son hermanos, nietos de Argentino Luna y están reversionando los clásicos de su abuelo. Ya grabaron “Te vas sin saber por qué” y más adelante lanzarán “Zamba para decir adiós” y “Mira qué lindo es mi país paisano”.
Cristian Javier Acuña *
Para la mayoría, Rodolfo Giménez -bautizado artísticamente como Argentino Luna- su nombre fue un emblema del folklore nacional: el hombre que con su guitarra cantó al pueblo, a la familia, al amor sencillo de las cosas cotidianas. Pero para Patricio y Oriana, sus nietos, ese hombre gigante fue, es y será simplemente el Lelo, su abuelo.
Argentino Luna nació en 1941, en General Madariaga, Buenos Aires. Fue uno de los cantautores más representativos del folklore argentino. De origen humilde y con una gran sensibilidad social, sus canciones abordan temas como el amor por la tierra, la familia y las raíces populares. A lo largo de su carrera compuso más de 300 canciones, entre las que se destacan “Mire qué lindo es mi país, paisano”, “Cuando callas” y “Zamba para decir adiós”. Falleció en 2011.
“Nunca lo tuvimos como Argentino Luna”, cuentan entre risas y emoción en una entrevista para Caldenia. “Para nosotros siempre fue el Lelo, el abuelo que nos malcriaba, el que se hacía tiempo para estar, aunque su vida fuera un no parar”. En la intimidad, era uno más de la familia: cálido, atento, presente. El que les regaló su primer perrito, Rayo, o el que en medio de un show en el Teatro Astral interrumpió todo para cantarles su famosa “canción de la vaca”, un invento familiar que se volvió tradición.
Su casa siempre estuvo llena de música. Con la guitarra en la mano, Argentino Luna cantaba, escribía, observaba. De esos ratitos en silencio durante las reuniones familiares salían muchas de sus canciones. “Siempre estaba con la guitarra al lado. A mí me estimulaba con la guitarra cuando nací prematura, cuenta Oriana. Y Patricio, desde los pañales, ya posaba con sombrero y poncho, guitarra en mano, como su abuelo”.
Hoy, con el correr del tiempo, Oriana y Patricio -19 y 20 años- entienden la verdadera dimensión de su figura. “Recién ahora caemos en lo grande que fue. Viajar por el país y que suene su voz en Salta o que alguien lo nombre en cualquier rincón nos llena de orgullo. Él tocó muchísimas vidas”, expresaron sus nietos a Caldenia.
Esa huella.
Y esa huella se transformó en impulso. Desde hace dos años, los hermanos decidieron seguir ese camino con su proyecto musical Los Pangi (el nombre nace de sus apellidos Pandiani Giménez), donde el espíritu del Lelo está más presente que nunca. “Sentimos la responsabilidad hermosa de seguir llevando su mensaje, de mantener vivo ese legado que habla de cosas simples, de ser uno más, de lo que nos pasa todos los días”.
Con una mirada contemporánea, Los Pangi reversionan sus canciones y fusionan géneros: folklore, ritmos latinos, flamenco. Juegan, prueban, pero sin perder la esencia. “Nuestro sueño es darle un nuevo aire al folklore, modernizarlo, pero que siempre esté la historia, el contenido, la familia”. Y en eso, sin dudas, honran el estilo narrativo de su abuelo en canciones, en reels de Instagram o videos en Tik Tok.
“Sentimos la responsabilidad hermosa de seguir llevando su mensaje”
Hay canciones que los conmueven: “Esta niña baila la zamba”, que le escribió a nuestra mamá, o “Zamba para decir adiós”, a nuestra abuela… todas tienen algo de nuestra historia, de lo que somos”, dicen. Escuchar su voz, aunque él ya no esté físicamente, es una manera de seguir compartiendo la vida con él. Y también con quienes se acercan a contarles anécdotas, recuerdos, abrazos compartidos en algún festival a lo largo y ancho del país.
No sienten presión por ser “los nietos de Argentino Luna”. Sienten una responsabilidad afectuosa y una enorme gratitud. “Somos afortunados de poder tenerlo en cada canción, en cada historia familiar. Y queremos que su música llegue a los jóvenes de hoy”.
Un hombre simple.
Oriana y Patricio sostienen que, si tuvieran que presentarlo a alguien que no lo conoció, lo describirían a su abuelo Argentino Luna como “un hombre simple, con una mirada profunda, que hizo de la música una manera de hablarle al corazón del pueblo”. Y desean que las nuevas generaciones sepan esto: que el folklore también puede ser moderno, vital, vibrante; que hay belleza en lo simple; que la identidad se canta, se vive y se comparte.
Argentino Luna -El Lelo para Oriana y Patricio- sigue ahí. En cada acorde, en cada verso que comparten. Porque llevan en sus venas la herencia de la música, esa que nace del amor, esa que nunca se apaga.
* Periodista
Director de infohuella.com.ar
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