Sabado 27 de abril 2024

La Maga: "Quique Vachino"

Redaccion Avances 24/03/2024 - 12.00.hs

La columna literaria de Caldenia presenta el conmovedor relato “Quique Vachino”, escrito por su hijo Germán. El escritor nació en Bahía Blanca pero se radicó en Santa Rosa.

 

Germán Vachino *

 

Anteayer fui a visitar a mi viejo. Estuve un rato charlando con él y con mi madre. Tomamos unos mates. Pero algo no funcionó. Por primera vez no me reconoció. Me di cuenta al toque, cuando lo saludaba. Su mirada no era la misma, no viene siendo la misma de siempre. La demencia senil, de manera paulatina y siniestra, va haciendo estragos en su cerebro. No lloré cuando me fui manejando hasta Tigre en la camioneta. Pero una sombra espesa abrumó mis pensamientos todo el trayecto. Su tono de charla era alegre: hablaba con alguien conocido.

 

Pero no me conoció. Me reí al verlo sorprenderse por saber que tenía un hijo de cuarenta y seis años. Y también cuando le conté que tenía cuatro nietos. La vieja llevaba la charla como podía. Siempre estoica. Todo era nuevo para él. Y enseguida se olvidó de todo para volver a preguntar lo mismo: diez, quince, treinta veces. Recuerdo muchos momentos con Quique, casi todos alegres. Pero voy empezar por la única vez que casi nos cagamos a trompadas. Un pajarito familiar le contó que fumaba joints y el Quique se me vino encima como un rinoceronte herido. Me encaró en la cocina de casa. Yo no tendría ni veinte años. Estaba mi vieja. Empezó a putearme, a decir que me iba a internar, que era un perdedor y no sé cuántas cosas más me gritó. Seguro en todas tenía razón. Nunca lo había visto así. Le contesté todas, confiado y engreído. Y lo saqué de quicio. Al ser joven, el mundo era mío. O por lo menos creía que era mío. Yo estaba sentado. Me tiró un cachetazo y se lo esquivé. Me paré para encararlo y se cruzó la vieja llorando. NO PELEEN NO PELEEN gritaba. Un escándalo en el crepúsculo pampeano. Otra escena de un dramón casero italiano. Y de repente el griterío y los manotazos se terminaron: los tres nos congelamos. No sé qué, pero algo hizo que nos calláramos. Silencio.

 

Y llegó la calma. Nos miramos, nos abrazamos y lloramos y, en un pacto sin palabras (para bien o para mal), nunca más volvimos a tocar el tema. Gratos momentos tengo muchos.

 

Cuando iba a comprar las entradas anticipadas en el Cilindro de Avellaneda para ver aquel Racing campeón del 2001 (yo no podía ir porque laburaba en esos horarios) y volvía con los cuentos de las charlas que tenía con otros racinguistas: me imagino que le divertía más que ir a ver los partidos. El día que llegó a casa riendo solo como un loco y le pregunto de que te reís viejo bobeta y me cuenta “iba cruzando la plaza y un grupo de muchachitos me grita: rodillaaaaa” (en alusión a su eterna pelada) y él se lo tomó con humor, como casi siempre, ese tremendo humor tan distintivo. Las veces de sobremesa cuando anunciaba que iba a interpretar una canción nueva, siempre la misma, la canción del Linyera, y todos a las carcajadas le hacíamos burla por la repetición. Tengo un montón pero los voy a aburrir. Mi padre (como también mi vieja) siempre fue cariñoso, siempre demostró a sus hijos cuantos los quería, y te lo decía. No tenía vergüenza. Ahora en estos últimos tiempos, con la enfermedad galopando a cien por hora, ese cariño se multiplica por mil. Él seguro no se da cuenta. Pero eso no me importa. En un reverb maravilloso e interminable sus palabras rebotan infinitas: TE QUIERO MUCHO me dice cada vez que lo veo, unas veinte veces o más, muchas más. Hasta anteayer. No te diste cuenta quién era. Hice como que no me importó para no preocupar a mamá. Quizás extrañé, por primera vez, que dijeras eso que repetiste tantas veces (enfermo y no enfermo). Me quedo con los tres millones de veces que sí lo dijiste. Gracias, Quique. Yo también.

 

Germán Francisco Vachino nació en Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires. Pero durante la infancia se radicó en Santa Rosa, La Pampa. Luego se trasladó a Buenos Aires y hoy vive en Tigre. Desde niño dibujó sobre diversas superficies con tinta china, acrílicos y fibras. Ha participado de numerosas muestras colectivas e individuales. Ha ilustrado gráfica para bandas de rock, banderines de clubes e ilustraciones de tapas y contratapas de libros.

 

* Colaboradora

 

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