¿Tinder atenta contra el amor?
Hace un tiempo, algunas de las formas para encontrar pareja implicaban, salir, conocer gente que te interese, tener citas. Esto no desapareció, sino que surgió otra forma de interacción, es lo que conocemos como “comunicación digital”.
Milagros Avila Fernández *
Hoy en día, la comunicación digital levantó muchas barreras a la hora de relacionarse cara a cara. La forma de vincularnos con los demás ha cambiado y aparecieron las aplicaciones como Tinder, que parecen indicar que se establecieron nuevos códigos para encontrar una pareja. Lo fugaz, lo inmediato, lo incierto, la variedad y la novedad, construyen el patrón de esta plataforma. Pero tal como dice Cimadevilla (2007) “es una falacia pensar que la virtualidad suplanta a la comunicación y se constituye en su equivalente”.
Este tipo de aplicaciones de citas lograron mayor popularidad en los últimos años, no sólo existe Tinder sino que también nos encontramos, por ejemplo, con Badoo y Happn. Como destaca Smicek (2018), “con los efectos de red, en el ADN de las plataformas se constituye una tendencia hacia la monopolización: a mayor cantidad de usuarios que interactúan en una plataforma, más valiosa se vuelve para cada uno de ellos toda la plataforma”. Este tipo de aplicaciones tienen una capacidad única de relacionar y multiplicar efectos de red.
¿Para qué sirve?
Con respecto a Tinder, debemos destacar que tiene usuarios con todo tipo de intereses, están los que solo desean conocer gente nueva, quienes quieren una aventura o aquellos que buscan una pareja para establecer una relación duradera. En esta aplicación, tenés que crear tu perfil; una vez creado, se seleccionan las preferencias de búsqueda; hombres, mujeres o ambos, rango de edad y distancia máxima en kilómetros en la que deseamos encontrar personas. Tras finalizar estos pasos, se presentan una serie de perfiles en relación con tus intereses, tus gustos, qué podes aceptar o rechazar. Una vez aceptado el perfil, se logra el “match” (consenso) para interactuar con la otra persona. Y esta es la finalidad de la plataforma global: actuar como un intermediario entre usuarios.
Entre algunas de las críticas que se le hacen a Tinder, se señala que la creación de estas aplicaciones de citas ha sido un daño directo al romance, al amor. No obstante, un estudio realizado por Josue Ortega y Philipp Hergovich (2017) y publicado en revistagq.com, arrojó como resultado que los usuarios que se conocieron o concretaron relaciones sentimentales por aplicaciones como Tinder, tienen más probabilidades de conseguir éxito en el amor, a diferencia de los métodos tradicionales.
La justificación es que este tipo de aplicaciones generó una afinidad debido a los gustos en común, a las charlas genuinas y constantes, además de que se “rompe el hielo” de algún modo con el diálogo anticipado por este medio. Además, otro beneficio, es que las personas tienen la posibilidad de conocer gente fuera de su círculo social y de su entorno.
Mitos y verdades.
Las aplicaciones de citas tienen sus particularidades, algunas positivas y otras negativas. Ya fueron nombrados algunos beneficios que tiene esta aplicación como la facilidad de conocer gente, etc. Pero la seguridad y la exposición de la intimidad son los principales inconvenientes. A su vez, es visto como un sitio para ver a los cuerpos como productos de consumo porque incluye elementos que fomentan el narcisismo y no siempre mejoran la autoestima de los usuarios. En este formato de aplicación si alguien no nos gusta no tenemos por qué darle explicaciones ya que no hay vínculos, pero se produce este empoderamiento narcisista. Esto en la vida normal no se produce, no ignoramos a la gente de esta manera, porque como afirma Verón (2013) con el fin de discutir la idea, “los llamados ‘medios’ generan distancia, alienación y muchos otros males que destruyen la autenticidad del cara-a-cara”.
Por lo tanto, logra ser bastante fácil ver las nuevas formas de relacionarse y los datos demuestran que la gente se anima a usar este tipo de aplicaciones de citas. Un 30% de argentinos conoció a su pareja a través de estas aplicaciones, mientras que el 62% manifestó que ahí encontró una “relación casual”.
Entonces, ¿las aplicaciones como Tinder expresan el fin de las relaciones amorosas? En general, las relaciones duran lo mismo que dura el interés en el compromiso. La conclusión es que Tinder es una aplicación de moda para conocer gente. Es cierto que muchas personas lo utilizan para tener sexo casual, pero se ha demostrado a través de estudios que el uso de esta aplicación no supone necesariamente tener ni más relaciones sexuales ni más parejas que los no usuarios. Es simplemente considerada una herramienta que ayuda a conocer gente y ampliar los horizontes relacionales. Es elección propia el usarla o no.
* Estudiante de Comunicación - UNLPam
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