Cuando la pasión abre caminos
La pareja consiguió el titulo, en Capital Federal en 2004, casi de casualidad. Los bailarines, que días atrás brindaron un taller en la ciudad, terminaron conociendo el mundo de la mano del dos por cuatro.
"Con mi marido estamos viviendo algo que nunca habíamos soñado. No esperábamos nada de lo que nos está sucediendo".Con esta afirmación comenzó Luisa Inés Cartery a relatar el inicio de la trayectoria que lleva en el tango junto a su marido Osvaldo Cartery.
"Antes del baile mi vida era trabajar con mi marido y mantener los cuatros chicos. Cuando éramos solteros, él iba mucho a bailar tango, mi marido nació para bailar y nadie le enseñó nada. Y durante los diez años que estuvimos de novios yo habré ido con él a bailar cinco o seis veces ya que mis padres no me dejaban".
Después de estar una década de novios se casaron y Osvaldo en su deseo de cuidar y estar con su familia abandonó las noches de milonga por treinta años. "Cuando volvimos de la luna de miel, decidió dejar el baile, pero no porque yo no se lo permitiera, sino por decisión propia. Me acuerdo que un día me dijo: 'Me propuse tener una familia, y sí sigo en el baile un día vos no vas a poder venir conmigo y yo sé que se me van a calentar las patitas y me voy a escapar, otro día que vos no puedas, me voy a volver a escapar y esto va a traer problemas, entonces lo borramos'".
Y fueron pasando los años, y llegaron los hijos, pero la pasión por el baile volvió a renacer. Luego, de que sus hijos crecieron y no necesitaron más del cuidado de sus padres, Osvaldo y Luisa retomaron las pistas de bailes porteñas.
El Metropolitano y el Mundial.
"Un buen día en un baile que habíamos ido estaban seleccionando bailarines para el Campeonato Metropolitano de Tango (2004), y Osvaldo no quería participar. Pero en un momento dado él se va al baño y viene un amigo nuestro y me dice: 'Petisa, ¿por qué no se anotan?'. Le respondí: 'Porque éste (por Osvaldo) no quiere'. Pero mi amigo, sin dudarlo, se dirigió a la mesa de inscripción y nos anotó a los dos. No sabes lo que fue esa noche cuando después nos llamaron para bailar, nos queríamos matar", afirmó Luisa.
Y es aquí donde comienza el sueño que perdura hasta el día de hoy, debido a que después de bailar más de cinco rondas quedaron seleccionados para participar del Campeonato Metropolitano de tango en Capital Federal. En este concurso Luisa y Osvaldo se apropiaron del segundo lugar, posibilitándolos a participar del Festival Mundial de Tango que se realizó en el 2004 en el estadio de Obras Sanitarias (Capital Federal). A este concurso asistieron 360 parejas de todo el mundo y resultaron los ganadores del encuentro en el cual se hicieron acreedores de 3.500 pesos y dos viajes, uno a Córdoba y otro a Bariloche. Haber ganado el certamen mundial les dio contactos y la posibilidad de empezar conocer el mundo.
Comenzaron lo viajes
"Con Osvaldo conocimos Eslovenia, Austria, Croacia, Estocolmo, Venecia y Roma y, a estos lugares, los conocimos gracias a una pareja de Eslovenia que nos vieron en un festival al que nos habían invitado inmediatamente después de haber ganado el mundial de tango", relató la mujer.
El festival se realizó en un club de Villa Urquiza y fue organizado por un milonguero reconocido mundialmente. "Resulta que bailamos un tango que no es muy difundido, pero que es hermoso. Se llama 'Poema' y fue un éxito". Cuando terminó la presentación se les acercó la pareja de europeos y, según Luisa, la señora lloraba por lo que había visto, y le preguntó como se llamaba el tema que habían bailado. "Le anoté en un papel como se denominaba el tango porque lo quería comprar. A la semana, vamos a bailar, y de nuevo nos encontramos y me comentaron que no habían conseguido el tema. Entonces mi marido les prestó el CD con la grabación y ella lo grabó y nos los devolvió en otro baile en el que habíamos acordado. Y a partir de ahí se formó una relación muy estrecha", acotó.
La pareja se volvió a Eslovenia y tanto Osvaldo como Luisa no imaginaban que los volverían a ver. "Fuimos a otro baile y el organizador nos da una carta y en la misma, la gente de Eslovenia nos invitaba a participar del Primer Festival de Tango que se realizaba Liubliana, capital de dicho país".
Osvaldo no quería asistir al encuentro, pero la pareja extranjera tanto insistió que finalmente viajaron al festival y para sorpresa de los Cartery, el anfitrión también les había organizado una gira por distintos países de Europa. "Cuando terminó el festival en Liubliana, ya teníamos organizada la gira para viajar a Austria, Estocolmo, Croacia, Venecia y Roma". Y es así como la pasión por el tango, les abrió puertas y los llevó a recorrer el mundo.
"Los que nos sucedió fue un regalo de Dios. En ese entonces teníamos 67 años y ahora 71. Quien iba a imaginar que a gente laburante como nosotros nos iba a ocurrir esto que para nosotros fue un sueño. Y nos sigue pasando que nos invitan a distintos lugares, este año recorrimos el sur, y también Chile. El año que viene volvemos a dicho país a un festival y viajaremos a Italia invitados a otro", concluyó la campeona.
Artículos relacionados