"Sentí todas las emociones juntas"
Tras nueve días, el alpinista santarroseño Jorge Arano (39 años) hizo cumbre en el cerro Aconcagua, cumpliendo el objetivo por el que se había preparado desde hace años.
Arano arrancó la travesía junto a su novia, Estefanía Pérez Mensi, y sus amigos Marcos Baumgertner y Marcos Gómez el 6 febrero y llegó al punto máximo de la montaña (6.962 metros) el 15 de ese mes a las 15.
Mensi y Baumgertner se volvieron después de arribar al plaza Francia (4.300 metros), mientras que Gómez continuó la travesía hasta Piedras Blancas (6.000 metros).
"El primer intento de subir al Aconcagua fue en el 2011, pero no llegué por falta de experiencia. Gasté demasiadas energías en los primeros días. Por esa razón en esa ocasión subí hasta los 6.300 metros (Refugio Independencia)", relató Arano, en diálogo con LA CHUECA.
Arano manifestó que subir al Aconcagua fue un proceso natural. "Desde los 24 años que voy a la montaña. Entonces lo viví como un reto para aplicar todos los conocimientos que fui adquiriendo con el paso del tiempo".
-¿El ascenso fue dentro del tiempo esperado?
-Sí, fue dentro de los parámetros normales, que es de 8 a 10 días. Hice pequeñas cumbres y me crucé con varios grupos de andinistas. Lo importante fue que me sentí bien físicamente. El último tramo lo subí con una chica chilena.
Arano agregó que el día que arribó a la cumbre también lo hicieron alrededor de 30 personas, todas extranjeros. "Yo fui el único argentino. La mayoría subió con guías, mientras que en mi caso toda la logística fue propia".
-¿Qué se siente hacer cumbre?
-Cuando llegué a la cumbre sentí una emoción tremenda, en un momento se juntaron todas las sensaciones. Uno llega después de entrenar mucho y hacer un gran esfuerzo para poder alcanzar el desafío que significa llegar a la cima del Aconcagua.
-¿Cuál fue el tramo más difícil de la travesía?
-El último tramo fue lo más duro. La noche anterior no pude dormir y después caminé 10 horas, más cinco para descender primero hasta Piedras Blancas, en donde levanté la carpa para seguir bajando una hora y media hasta Nidos de Cóndores.
-¿Por qué no pudiste dormir?
-En la altura cuesta conciliar el sueño. Además estaba ansioso por levantarme a las tres de la mañana para arrancar. Esa noche repasaba mentalmente lo que tenía que llevar en esa última etapa.
-¿Volverías a subir al Aconcagua?
-En el momento que uno cumple con el objetivo, piensa que nunca más hará esta travesía. Pero ahora pienso que lo volvería a hacer.
-Tenés algún nuevo desafío?
-Estoy pensando en subir al Volcán Lanín, pero en el invierno.
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