Lunes 29 de abril 2024

Del Coliseo Celeste a brillar en Italia

Redacción 01/07/2023 - 00.32.hs

Sus casi dos metros de altura no pasan desapercibidos entre los juveniles que entrenan en la cancha principal. Ambos arriban caminando a las instalaciones del Club Estudiantes de Santa Rosa, la institución donde comenzó una travesía deportiva que hoy los tiene jugando en el básquet del viejo continente.

 

Francisco, alero o ala pívot de 19 años y 1.98 metros, fue el goleador de la última temporada de la Serie C del básquet italiano, promediando 26 puntos por partido. Tomás, de 17 años y 1.95, juega de alero, fue convocado a la Selección argentina U-17 y el último fin de semana fue partícipe de un campus organizado por la NBA de Estados Unidos.

 

La temporada en Italia entró receso y los hermanos Fernández Lang aprovechan para volver a su ciudad natal, descansar, visitar amigos y pisar nuevamente las instalaciones del Coliseo Celeste, la cuna del básquet para ambos. Allí dieron sus primeros pasos defendiendo la camiseta de un histórico de la provincia, siempre con Miguel -su padre- y Carina -su madre- alentando desde las tribunas.

 

La actualidad los tiene jugando en el básquet italiano, donde llegaron en 2021 para jugar en Dínamo Básket 2000, de Cerdeña, y luego en el Fortitudo Agrigento.

 

Donde nació todo.

 

"Es muy lindo volver al club donde nacimos", dice Francisco. "Estuvimos desde agosto en Italia y volvimos ahora después de tanto tiempo", comenta el alero de 19 años que a partir de la próxima temporada jugará a préstamo en White Wise Basket Monópoli, equipo que milita en la Serie B. "Estamos entrenando, vamos a hacer la pretemporada del Pre Federal con Estudiantes para mantenernos en forma. Igualmente aprovechamos para disfrutar de la familia, los amigos y también para salir un poco porque son cosas que no hacemos allá y que se extrañan", se sincera Francisco con una leve sonrisa en su rostro.

 

Los hermanos estarán en Santa Rosa hasta mediados de agosto, momento en el que deberán retornar al viejo continente para sumarse nuevamente a sus equipos, que iniciarán la pretemporada de cara a la competencia oficial.

 

Queda en familia.

 

"Jugar con mi hermano es muy lindo, a mi me gusta mucho y lo hacemos desde que somos chicos. Me siento muy cómodo jugando con él aunque a veces nos terminamos peleando", comenta Francisco, al mismo tiempo que Tomás asiente con la cabeza aunque con alguna aclaración.

 

"Es lindo jugar con él", dice el menor, y recalca entre risas: "Nos peleamos más entre nosotros que con el resto de los compañeros, como cuando éramos chicos".

 

Primeros años.

 

Los Fernández Lang armaron valijas en 2021 para continuar con el sueño de ser profesionales en Italia, país que les abrió rápidamente sus puertas. "Fuimos a una prueba a Instituto de Córdoba. Conocimos al representante, y aunque queríamos quedarnos ahí, nos dijo que esperáramos porque tal vez había una chance de ir a Italia", dice Francisco. A su tiempo, Tomás sostiene: "Por mi parte siempre tuve en claro que quería ir a jugar a otro lado porque siempre fue mi sueño. Me dijeron de Córdoba y, aunque tenía ganas de quedarme porque Instituto es uno de los mejores del país, cuando me dijeron que estaba la chance de ir a Italia no lo dudé".

 

"El primer año fuimos con mis viejos que estuvieron unos meses allá. Para la segunda temporada fuimos solos y ellos fueron en algún momento de visita", cuenta Francisco, que agrega que viven en una pensión junto a otros basquetbolistas. "El hecho de convivir con chicos de nuestra edad nos ayuda bastante porque estamos todos en la misma situación", dice.

 

"La primera temporada fue muy dura, deportivamente nos fue bien pero la relación con el entrenador no era la mejor. Sin embargo tuvimos la suerte de estar juntos y eso nos ayudó a sobrellevar la situación", agrega el mayor de los hermanos, que también cuenta que ambos fueron adaptándose al idioma. "Estuvo complicado al inicio pero nos pusieron una profesora para ir aprendiendo. Después el idioma es medio parecido y el hecho de estar todo el día con gente que habla italiano te ayuda a aprenderlo más fácil", comenta.

 

El último año.

 

La temporada 2022/23 tuvo a Francisco como goleador de la Serie C, con un promedio de 26 puntos por partido. "Arrancamos bien. A principios de año me iba a ir a otro equipo pero finalmente me quedé. También tuve la suerte de que hicimos mejores relaciones, nos empezamos a llevar mejor con los compañeros y deportivamente nos fue bien", comenta y agrega que es un equipo joven.

 

En cuanto al básquet Italiano, Francisco sostiene que "es bastante parecido al pampeano". "Es un básquet duro y físico donde se privilegia mucho la defensa, la intensidad y también los árbitros son más exigentes", comenta.

 

Alegría y tristeza.

 

Tomás, por su parte, fue convocado para disputar el Mundial U17 con la Selección Argentina, pero una lesión en los últimos días de entrenamientos lo marginó de la convocatoria. "Primero fue una alegría inmensa cuando me avisaron de la preselección, porque es un orgullo muy grande y es para lo que trabajé toda mi vida: cumplir el sueño de estar convocado", comenta.

 

"Después, cuando me dijeron que estaba entre los 12 convocados para el Mundial, mayormente fue un alivio porque me había matado en todos los entrenamientos para poder quedar", se sincera el alero que reconoció que "fue un orgullo tremendo".

 

Luego vino un desgarro que le impidió estar presente en la cita ecuménica. "Cuando me dijeron que no iba a poder estar por la lesión fue todo lo contrario. Fue muy triste porque representar a tu país, y más en un Mundial, es el sueño de cualquier basquetbolista", agrega.

 

"Con el tiempo se me fue pasando aunque todavía me duele no haber ido. Pero de apoco, con la ayuda de familia, el entrenamiento y tratando de despejar la cabeza, se fue yendo un poco esa frustración". Y sintetiza: "Lo pude llevar bien y ahora tengo mucha más motivación y ganas para lo que viene, esperando que vuelva surgir alguna convocatoria".

 

"Como en una película".

 

El menor de los hermanos Fernández Lang, Tomas, viene de vivir la experiencia NBA participando del campus Básquet Sin Fronteras de América, que se llevó a cabo en Canadá el pasado fin de semana. "No me lo esperaba. Me avisaron de que estaba la chance y estaba muy feliz, hasta que me di cuenta que necesitaba la visa para poder entrar y que supuestamente tardaba entre 30 y 60 días. Por suerte llegó", comenta. "Fue una experiencia muy linda, jugué con chicos de mi edad de todo el continente. Ahí me di cuenta que no estoy tan lejos de eso. No es que no podía jugar, no me pasaban por arriba y eso me ayudaba a pensar que puedo llegar a tener chances de llegar a lo máximo", se sincera Tomás que fue convocado para el prestigioso evento que también organiza la FIBA. "Fue todo increíble. Los lugares donde estábamos, las canchas y los vestuarios, me sentía que estaba como en una película porque era todo tal cual lo vemos", agrega Tomás.

 

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