Falleció “El Zurdo Núñez”

Un duro golpe resultó conocer ayer la noticia del fallecimiento de Oscar Albino Núñez (76). Siempre llamado como “El Zurdo”, fue todo un emblema del deporte pampeano, con una íntima vinculación con el Club Estudiantes en el que pasó tantas horas de su vida. Al punto que se lo podía considerar una institución dentro de otra institución.

 

El Zurdo Núñez fue pionero de la pelota al cesto en La Pampa y el país, porque supo entrenar a jugadoras de distintas generaciones a partir que ese deporte comenzó a jugarse. Desde las hermanas Yorgoban, Zoraida Parada, Makela Faraldo, Mery Evangelista, Mirta Prieto, Teresa Perrota, Mónica Ramos, casi desde los albores de la disciplina; y un poco más acá La Negra Nevares, Alicia y Roxana Scalzotto, Mónica Ramos, las hermanas Ingaramo, Mónica Palma, Estela Bertera, Estela García, Julia Allende, Virginia y Viviana Espina, Mimí Folgueras, Paula, Patricia y Marcela Escudero, Andrea Regazzoli y tantas que sería imposible nombrar aquí. Y también Sandra Paíni, Soledad y Mónica Martín, Marcela Moya y Leandra Adiecchi.

 

Gran deportista.

 

Pero además de desempeñarse como entrenador infatigablemente en la pelota al cesto Oscar fue toda su vida un gran deportista, porque en la cancha abierta de Estudiantes se destacaba en el básquet, se prendía en el tenis, y también hacía atletismo. Pero muchos no conocen que uno de los que más le gustaban era el sóftbol, que aprendió a jugar siendo estudiante de la Escuela Fábrica, y hasta jugó algún campeonato argentino con los colores de La Pampa.

 

Pero parecía que nada le resultaba suficiente, y se dio el gusto de escalar dos veces el Lanín.

 

Había hecho la primaria en la Escuela 1, y después recibió en el secundario el título de técnico electromecánico. Tuvo un paso trabajando en Metalúrgica Ligaluppi y enseguida se le dio la oportunidad de entrar en Obras Sanitarias donde con más de 40 años se acogió a la jubilación.

 

Querido maestro.

 

Desde entonces, retirado ya del deporte, cada tanto se reunía con quienes habían sido sus pupilas para recordar los buenos viejos tiempos. Y todo era contar anécdotas, charlar y divertirse como cuando las chicas eran adolescentes y Oscar el querido maestro que estaba siempre a tiempo para el consejo oportuno. En medio de un partido bravo, o simplemente para ofrecer su apoyo en algunos momentos delicados de la vida de sus jugadoras.

 

Era esencialmente un hombre bueno pero además sabio y una persona muy sensible, capaz de ofrecer en el momento justo la reflexión oportuna.

 

Su fallecimiento.

 

Ayer, de manera imprevista, se produjo el desenlace fatal, que sumió en la congoja a quienes lo trataron. Muchas de quienes fueron sus jugadoras estuvieron en el momento de la despedida –y también una notable cantidad de amistades--, cuando sus restos fueron depositados en el cementerio parque.

 

Su deceso enluta a la familia que conformaban con su hermano Ramón, su hermana política Liliana; sobrinos y primos; y a un enorme círculo de amistades que supo ganarse con su maravillosa forma de ser. Hasta siempre Zurdo…, Vuela alto.