Padece Alzheimer y el fútbol "lo conecta con la realidad"
"Mi abuelo está súper perdido, con un estado muy avanzado de Alzheimer. A veces no sabe quién soy, no sabe qué día es o dice que fue a una fiesta. Recién le dije que se levante, que jugaba Huracán, y me dice ¡NO! juega mañana contra Defensa y Justicia. Te amo Huracán". La frase corresponde a Camila Brocca, quien contó en Twitter la historia de su abuelo Rafa y la misma se hizo viral. El Club Atlético Huracán los invitó a la cancha, Rafa conoció a los jugadores y después de muchos años volvió a experimentar en vivo esa pasión que, pese a su enfermedad, lo conecta diariamente con la realidad.
El abuelo Rafa es Rafael Antunau. Es pampeano, tiene 88 años, nació en Jacinto Arauz y de chico era hincha de Boca. Hijo de Juan Antunau y de Mariana Larralde, a los 6 años se despidió de la tranquilidad pueblerina porque la familia se fue a vivir a Buenos Aires. Creció en una pensión a pocas cuadras de la cancha de Huracán, en Parque de los Patricios, y se puede decir que echó por tierra con la sentencia acerca de que "uno puede cambiar de todo, menos de pasión".
"Al llegar a Buenos Aires con mi familia, me encontré con chicos de mi edad y yo pretendía jugar con ellos. Pero me desechaban porque decían que yo era medio 'indio', 'negro' e hincha de Boca", le contó en estos días Rafa a LA CHUECA, por intermedio de su nieta Camila, quien agregó que esa situación se daba porque vivían en un barrio en el que todos los chicos eran "quemeros".
Y en ese sentido, Rafa agregó: "Entonces, en un acto de aceptación y cobardía, me hice hincha de Huracán. Y me trajo tantas alegrías...".
Conectado.
Rafa vive hace 30 años en La Plata y hace cuatro que los padecimientos por su enfermedad se aceleraron. Pero a pesar del avanzado Alzheimer, su pasión por el Globo no cambió y es, prácticamente, su manera más genuina de conectarse con el presente.
"Huracán es su momento. Mirar el partido lo conecta con la realidad, tiene todo un ritual y lo pone muy feliz", comentó Camila, que comenzó a relacionarse un poco más con su abuelo en los últimos años, luego de la muerte de su abuela y con el fútbol como vínculo.
"Yo soy hincha de Gimnasia (La Plata), pero cuando fuimos a la cancha mi corazón estuvo en el Globo", agregó la nieta, a quien aún le cuesta asimilar la dimensión que tomó su posteo original.
Desde el club se pusieron en contacto e invitaron a Rafa y a toda su familia al partido que Huracán jugó en el Palacio Tomás Adolfo Ducó contra Atlético Tucumán. "Se pusieron en contacto conmigo desde la prensa de Huracán y después de relaciones públicas", recordó Camila, que tiene 24 años estudia Periodismo Deportivo.
Y dio detalles de la previa y del viaje desde La Plata a Buenos Aires para volver a ver al Globo con el abuelo. "Al principio él no entendía; pensó que le estaba mintiendo, que era un chiste de mal gusto en las redes sociales. Le tuve que explicar cómo se usaba Twitter y mostrarle que era original", reveló. "Cuando se lo contamos no reaccionó, no entendía, pero después le explicamos bien y desde ahí hasta el domingo no paraba de hablar de Huracán", agregó.
"Fue todo el camino contando cómo fue ver campeón a Huracán en el '73. Llegamos al barrio y se acordaba las calles, estaba muy feliz, no entendía por qué lo saludaban todos", señaló Camila, que gracias a su posteo y a la reacción de Huracán logró cumplir uno de sus grandes anhelos. "Ir a la cancha de Huracán con el abuelo era mi sueño", afirmó.
Ya en el Ducó, Rafa fue recibido por la gente del club, que le entregó una camiseta con su nombre y lo llevó a encontrarse con los jugadores. Y el abuelo reconoció a cada uno de sus ídolos de hoy, como si el fútbol y ese amor por el Globo, que construyó luego de dejar La Pampa, curaran todos sus padecimientos. "A Coccaro le metió un poco de presión; le pidió que meta cinco goles", cerró entre risas Camila.
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