Un homenaje especial para Bruno
(Jacinto Arauz) - Horacio Bruno, fallecido recientemente, fue el artífice de la más importante gloria automovilística de Bernasconi, más precisamente en la Fórmula 1 pampeana. En su taller, se alimentó y se trabajó denodadamente para lograr los objetivos propuestos. Y no estuvieron ajenos varios amigos que siempre estuvieron al lado dando una mano, su hijo Sergio y el resto de la familia.
Jacobo Budeisky (“Buda”), que se mostró muy emocionado al momento de hablar con LA ARENA, fue uno de los que estuvo desde la primera hora y el primero en subirse a un auto preparado por Horacio Bruno. “Hace cuarenta y pico de años que empezó con el auto, hacíamos las bancadas con un eje cuadrado de carro, cortado a sierra, noches enteras, el primer motor que armó Horacio con correa dentada en la distribución. Era un genio”, resaltó.
“Veníamos de noche, hasta las 3 o 4 de la mañana. Y no se pudo competir nunca con ese auto. Fuimos una sola vez a Carhué y se había desprendido el flotante del carburador y ahí nomás paramos. Después cuando empezamos con este auto, con ese chasis, se empezó con un Falcon, pero no teníamos elementos, corríamos con caja de cambio de tercera, sin burro de arranque, se paraba en un trompo y quedabas fuera de carrera. La única hazaña que hice fue en Regina, de 22 autos clasifiqué quinto. Cuando corrí la primera serie de la fuerza que tenía el auto se retorció el semieje y quedamos fuera. En aquella época venían de Bahía Blanca, de Buenos Aires, Medrano corría un coche de General Acha, ese año también participó Eduardo Gaviot (hoy médico en General San Martín), el auto se lo preparaba el tío”, recordó.
Budeisky también reflejó algunas anécdotas. “A las tres de la mañana corría el mate, cuando había asado se complicaba un poco… Después en el taller empezaron a haber más elementos, después de mi lo corrió un tal Sabatoni, después de cada carrera traía el auto roto, no les gustó mucho a Bruno, se contactaron con Medrano y lo empezó a correr él, un piloto de primera categoría”, cerró.
Medrano.
“¿Es imaginable la emoción que tendrás?”, le preguntó LA ARENA a Heraldo Medrano. “Y, ¿qué te parece?, me la vi venir. Cuando me llamó Sergio (Bruno) que iban a hacer esto me lo imaginé, traje una copa grande que me la habían llevado a una exposición a Tres Lomas, siempre dije que todos los trofeos míos iban a estar acá en Bernasconi, se los regalé a ellos”.
- ¿Que linda época, verdad?
- Sí, bárbaro. Para mí fueron 45 años sin parar, si no ganaba salía segundo, en todas las categorías que corrí. Entre los 80/90 si no salía campeón era subcampeón. El automovilismo fue todo lo que tuve. El prestigio que tengo se lo debo a gente como (Horacio) Bruno, que me daba el auto pero no era mío, nunca fueron míos.
- ¿Cómo era correr en aquella época, más muñeca que auto?
- Sí, sí, ahora no, tienen semejante motor, también es difícil de llevar. Cuando comencé a correr lo hice con Ford T, con motor delantero, tuve la suerte de salir campeón varias veces con Ford T también.
Bruno.
El legado del taller quedó en Sergio Bruno, hijo de Horacio, quién reflejó el momento como muy especial. “Muchos momentos compartidos con mi padre, con los pilotos, con los ayudantes, es la primera vez que ponemos el auto en marcha sin él (Horacio), no es fácil. Mirá que soy duro, pero me cuesta”, dijo visiblemente emocionado.
- ¿Era fácil o difícil trabajar en el auto con tu padre?
- No, casi que era más difícil trabajar él conmigo. Era sencillo, cada uno tenía su tarea, él tenía unas manos de oro para laburar y yo era más técnico, yo le decía esto podría ser así y el lo dibujaba con sus manos, yo lo hago pero me cuesta. Aprendí mucho de él. Todos los que anduvimos a su lado aprendimos mucho. Tuvimos la suerte de participar muchos años, llegar a tener un buen auto, un buen piloto y poder campeonar tres años en la Fórmula 1 pampeana 89/90/93. En realidad el trabajo que hicimos en el último tiempo fue un poco más que amateur, se trabajó y se corrió ante muchos poderosos, tanto en plata como en sapiencia de manejo y también en condición de auto.
- ¿Qué cambió para dejar de correr?
- Antes la Fórmula 1 era autónoma, nosotros íbamos a correr a Centenario, nos pagaban el gasoil y nos daban premio, como éramos de punta era normal venir con el mismo dinero con el que íbamos. El último tiempo se perdía un poco más de plata, mi padre ya estaba grande, había que dedicarle un poco más de tiempo a la familia y dejamos de correr en el 2000. Hoy es otra la preparación, pero mi viejo con poquito hacía mucho, después participamos en algunas carreras e hicimos un zafarrancho en la categoría, porque con el mismo motor, el mismo auto, con la tecnología que había cambiado, ganamos todo. Fue todo muy lindo.
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