Misión de la ONU llegó a Honduras
Una misión de las Naciones Unidas llegó ayer a Tegucigalpa para evaluar las violaciones a los derechos humanos tras el golpe de Estado en Honduras, donde el gobierno de facto mantiene un estado de sitio para reprimir protestas y acallar a la oposición. La delegación permanecerá en este país hasta el 7 de noviembre para preparar un informe exhaustivo de la situación por orden de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Navi Pillay, en cumplimiento de una resolución aprobada el 1 de octubre por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. La misión se reunirá con instancias que apoyan al gobierno de facto de Roberto Micheletti, como la Fiscalía, la Policía, la Corte Suprema de Justicia, el comisionado de los Derechos Humanos, Ramón Custodio; y con organismos opositores al golpe que derrocó al presidente Manuel Zelaya el 28 de junio.
La misión de tres miembros llegó al mediodía en un vuelo a Tegucigalpa, pero "por razones de seguridad" no se dieron a conocer los nombres de sus integrantes, dijo a la AFP la directora del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos, Reina Ribera. Responsables de la ONU en Tegucigalpa declinaron proporcionar cualquier detalle de esta misión. "No estoy autorizado", explicó uno de ellos a la AFP.
"En Honduras se está estableciendo una dictadura. Los informes de la ONU nos van a servir para sustentar nuestras acusaciones en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y en la Corte Penal Internacional", dijo Andrés Pavón, presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos. Custodio, quien afirma que quienes acusan al régimen de facto de Honduras de violar los derechos humanos tienen "techo de vidrio", aseguró a la AFP que esperará "a ver con qué metodología la ONU medirá la situación".
Zelaya.
El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, espera escéptico una respuesta hoy del gobierno de facto sobre su retorno al poder, en un diálogo al borde del fracaso pese a la presión internacional que no logra poner fin a la crisis política. "El diálogo está en suspenso, después de tanto trabajo. Seguimos en la mesa, pero no le tenemos ninguna confianza a un régimen que se burla del pueblo hondureño y la comunidad internacional. Estamos retrocediendo 100 años en la democracia", dijo Zelaya a la AFP.
A casi cuatro meses del golpe de estado del 28 de junio, las conversaciones ni siquiera abordan si debe o no haber restitución, sino la institución que debe decidir: para el gobierno de facto la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y según el mandatario depuesto el Congreso. Tras postergados varios plazos de Zelaya para cerrar las charlas, sus delegados volverán a la mesa.
(AFP-NA)
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