Lula: "vamos a limpiar la suciedad"
El presidente brasileño, Luiz Lula da Silva, advirtió ayer que va a "limpiar la suciedad" provocada por el narcotráfico en Río de Janeiro, donde el fin de semana murieron 21 personas en uno de los episodios más violentos de los últimos tiempos, que dejó en el caos a varias favelas. "Vamos a limpiar la suciedad que esta gente le provoca a la imagen de Brasil", manifestó Lula.
En una conferencia de prensa, reproducida por las agencias de noticias ANSA, DPA y Brasil, el mandatario advirtió, no obstante, que "llevará tiempo resolver la violencia que generan estas bandas de narcotraficantes".
Momentos antes, Lula llamó al gobernador del estado de Río de Janeiro, Sérgio Cabral, para anunciarle que ordenó la liberación de unos 58 millones de dólares en seis meses para destinarlos a
medidas de seguridad en la ciudad carioca, capital turística del país y elegida días atrás sede de los Juegos Olímpicos 2016.
La violencia del fin de semana en Río se desató cuando en la madrugada del sábado facciones rivales del narcotráfico que se disputan el negocio en las barriadas paupérrimas de la ciudad se enfrentaron en la favela conocida como Morro dos Macacos.
El enfrentamiento, que duró más de 10 horas y obligó a la intervención de la policía, dejó un saldo de 15 delincuentes, tres trabajadores y tres uniformados muertos, estos últimos como consecuencia de la caída del helicóptero que tripulaban, derribado por los narcos.
Búsqueda.
La policía tenía ayer desplegados 4.000 efectivos para hallar a "los bandidos involucrados directa o indirectamente" con los hechos de violencia del sábado, según indicó el mayor Oderlei Santos, jefe de Relaciones Públicas de la fuerza, quien precisó que "todos los batallones están de guardia y preparados" para desplegar nuevas acciones.
Durante los operativos, realizados en seis favelas, fueron decomisados armas de grueso calibre, municiones, chalecos antibalas y uniformes similares a los del Batallón de Operaciones Especiales de la policía, pero ninguna persona fue arrestada. Para definir la situación en la ciudad, la prensa local tituló ayer que la capital turística de Brasil "está en guerra".
A pedido de las autoridades escolares, colegios cercanos a las zonas de las ofensivas policiales cancelaron las clases, mientras los habitantes de las favelas ocupadas por la policía no tenían teléfono, el tránsito era caótico en varios barrios y muchos comercios cerraron sus puertas. También fueron paralizadas obras de urbanización de las favelas previstas en el Programa de Aceleración de Crecimiento, y los choferes de varias líneas de transporte público fueron orientados para no circular por las zonas en conflicto.
Orden.
La policía investigaba, por otra parte, información de los servicios de inteligencia, según la cual el intento de invasión de Morro dos Macacos se produjo por orden de criminales arrestados en el penal de máxima seguridad de la ciudad meridional de Catanduva, en el lejano estado de Paraná.
El Ministerio brasileño de Justicia, sin embargo, descartó esa hipótesis y aseguró que no existe posibilidad de comunicación para los reclusos de Catanduvas, que permanecen incomunicados en celdas individuales y son vigilados las 24 horas por 200 cámaras de seguridad.
Según la policía carioca, el intento de invasión de Morro dos Macacos que desató la guerra el sábado fue una acción preparada por la organización Comando Vermelho, que libra una larga batalla por el control del comercio de drogas en Río con las facciones Tercer Comando y Amigos de los Amigos (ADA). En cambio, para el gobernador Cabral, la sangrienta batalla del fin de semana reflejó la "desesperación" de los delincuentes ante el aumento de la represión policial al narcotráfico. (Télam)
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