Escándalo alimentario en Alemania
El escándalo de la dioxina cobraba proporciones alarmantes en Alemania, tras el cierre de más de 4.700 granjas y explotaciones agroalimentarias a raíz de un riesgo de contaminación que el gobierno sospecha de origen "criminal".
El ministerio alemán de Agricultura anunció el jueves por la noche el cierre preventivo de 4.709 granjas y explotaciones agroalimentarias en todo el país, aunque la gran mayoría de ellas se encuentra en Baja Sajonia (norte).
Es en esta región, cerca de Hanóver, donde fue entregado en noviembre y diciembre lo esencial de las grasas contaminadas del grupo Harles und Jentzsch, que originaron el escándalo. Las ventas de las 4.709 empresas involucradas, que son destinadas sobre todo a la cría de cerdos, están suspendidas hasta que se pruebe la ausencia de todo elemento contaminante en sus productos, indicó el ministerio.
Ocho de los 16 Estados regionales de Alemania están afectados por los cierre. Alemania tiene unas 375.000 granjas y explotaciones agroalimentarias.
Hasta 150.000 toneladas de forraje destinado al ganado han sido contaminadas, ha declarado el gobierno alemán.
El ministerio de Agricultura se refirió el viernes a "indicios que sostienen más bien" un origen criminal en el escándalo de contaminación. "Los indicios presentes sostienen más bien hasta el presente una alta dosis de accionar criminal", dijo el portavoz. "Todavía no sabemos cuántos agricultores están involucrados. Es necesario aclarar el contexto y las circunstancias del caso", agregó.
Las dioxinas, residuos de la combustión, industrial o natural, han sido clasificadas como sustancias cancerígenas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su absorción en pequeñas cantidades no constituye un peligro inmediato, pero el cuerpo humano las elimina difícilmente. (AFP-NA)
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