Se agrava crisis entre Brasil y EE.UU.
La crisis diplomática entre Brasil y Estados Unidos por el espionaje sobre la presidenta Dilma Rousseff se vio ayer agravada por denuncias de robo de datos sensibles sobre la gigantesca reserva de hidrocarburos del pre-sal que maneja Petrobras, y el gobierno analiza suspender la licitación de esa área prevista para octubre.
"La presidenta Dilma está conduciendo personalmente (los pasos dados por su gobierno ante Washington) y siguiendo de cerca" las noticias sobre la interferencia de la agencia de espionaje norteamericana NSA en Petrobras, comentó ayer una columnista del canal Globo News desde el Palacio del Planalto, sede del gobierno.
La misma televisora reveló el domingo que la NSA obtuvo numerosas informaciones de la petrolera estatal y pese a que no precisó su contenido, especuló que habrían sido obtenidas datos sobre el campo de petróleo Libra, en el Atlántico.
Cuando se conocieron los primeros indicios del espionaje de Estados Unidos en Brasil, Rousseff sospechó, y lo dijo a sus colaboradores, que uno de los objetivos de la inteligencia estadounidense era obtener datos sensibles sobre las grandes reservas de hidrocarburos en aguas ultraprofundas.
Objetivos.
Precisamente allí, en la zona geológica conocida como pre-sal, a más de 4.000 metros debajo del nivel del mar, es donde se encuentra el campo Libra, uno de los más grandes descubiertos desde 2007, reportaron las agencias ANSA y DPA.
Esto alimentó las sospechas de que el monitoreo de la NSA -a diferencia de lo que aseguró Washington- sí tiene objetivos económicos y comerciales.
Explicaciones.
El ex presidente de Petrobras Sérgio Gabrielli, del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), calificó ayer como "abominable" la obtención clandestina de datos por parte de Estados Unidos y recomendó que el gobierno adopte una posición "enérgica" ante el presidente estadounidense, Barack Obama.
Las revelaciones hechas públicas el domingo agregan otro ingrediente a la ya conflictiva agenda entre Brasilia y Washington.
El jueves pasado, en San Petersburgo, Rusia, Rousseff solicitó explicaciones a Obama sobre la invasión de sus mensajes vía Internet y otras comunicaciones, y anunció que si la respuesta prometida para pasado mañana miércoles no fuera satisfactoria, evaluaba cancelar la visita a Washington programada para el 23 de octubre.
"Si no hay condiciones políticas, obviamente no iremos", afirmó la mandataria un día después de esa entrevista con Obama, al margen de la cumbre del G-20.
Rechazó la llamada.
Antes de ese encuentro, la presidenta Rousseff, indignada por la situación, rechazó recibir una llamada telefónica de su par estadounidense, para tratar el caso de espionaje y forzó un encuentro personal, publicó ayer Folha de Sao Paulo.
Paralelamente, ayer fue enviado a Estados Unidos el canciller Luiz Alberto Figueireido, quien el miércoles se reunirá con Susan Rice, la asesora de seguridad de la Casa Blanca, para tratar el conflicto desatado por el espionaje. (Télam)
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