Salah Abdeslam fue extraditado
Salah Abdeslam, considerado el único superviviente del comando yihadista que perpetró los atentados de París del pasado 13 de noviembre (13-N), fue extraditado ayer de Bélgica a Francia, donde inmediatamente fue encarcelado e imputado por la Justicia francesa por asesinatos con "carácter terrorista", entre otros cargos.
Pieza clave en la investigación de esos ataques que provocaron 130 muertos y más de 300 heridos, en los que actuó como presunto responsable logístico, Abdeslam llegó a territorio francés a primera hora de la mañana y a continuación fue conducido ante un juez de instrucción.
La Fiscalía del Tribunal de Gran Instancia de París indicó en un comunicado que Abdeslam fue inculpado por "asesinato" y "tentativa de asesinato en banda organizada, tentativa de asesinato de personas depositarias de la autoridad pública, secuestro y posesión de explosivos y de armas", todo ello con "carácter terrorista".
Nacido en Bélgica hace 26 años pero de nacionalidad francesa, el sospechoso se había convertido en el hombre más buscado de Europa antes de su arresto el pasado 18 de marzo en el distrito bruselense de Molenbeek, considerado como un feudo yihadista por la presencia en el mismo de numerosos islamistas radicales que atentaron en Europa en los últimos años.
Abdeslam había sido inculpado ya en Bélgica de "asesinatos terroristas y participación en las actividades de un grupo terrorista" en relación con los ataques del 13-N, y de "intento de asesinato" en el marco de un tiroteo ocurrido el pasado 15 de marzo en Bruselas, donde varios policías resultaron heridos.
Las autoridades francesas querían tener cuanto antes bajo su jurisdicción al sospechoso para que la investigación avance respecto a las responsabilidades de los atentados. Su traslado a París desde la prisión belga de Beveren se produjo en helicóptero y escoltado por el GIGN, unidad de elite de la Gendarmería de Francia.
Cárcel.
El ministro francés de Justicia, Jean-Jacques Urvoas, garantizó que será encarcelado "con las máximas medidas de seguridad", aislado del resto de reclusos y vigilado por un equipo especial experimentado en la custodia de detenidos peligrosos.
El centro elegido es la cárcel de Fleury-Mérogis, la más grande de Europa y a 30 kilómetros al sur de París, y su celda, según el Ministerio de Justicia, estará equipada con un equipo de videovigilancia.
"El juez instructor determinará con quién podrá comunicarse y qué personas podrán visitarle. La administración controlará todos sus contactos exteriores", afirmó el comunicado del ministerio de Justicia, que destacó que estará aislado del resto de reclusos y su célula será registrada diariamente.
La cárcel de Fleury-Mérogis es frecuentemente denunciada por organismos de derechos humanos por ser considerada la más superpoblada de Europa. (Télam)
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