Lunes 30 de junio 2025

Quiere comprar Groenlandia

Según el periódico New York Post, el plan de Donald Trump para comprar Groenlandia podría resultar en la mayor adquisición territorial en la historia de Estados Unidos. La isla, que desde hace 300 años es controlada por Dinamarca, tiene una superficie de 2,1 millones de kilómetros cuadrados, algo mayor que el estado de Louisiana, adquirido en 1803 y que casi duplicaba el territorio estadounidense de entonces.

 

La posible adquisición de la región también supondría más del doble del tamaño de la República de Texas, anexada en 1845. Groenlandia tiene también una superficie mucho mayor que Alaska, comprada al Imperio ruso en 1867. Según el mandatario electo, “para los objetivos de seguridad nacional y libertad en todo el mundo, Washington considera que la posesión y el control de Groenlandia es una necesidad absoluta”.

 

Sin embargo, las autoridades de la isla rechazaron en forma contundente la posibilidad de pasar a otras manos: “no estamos a la venta y nunca lo estaremos”, advirtieron.

 

Según fuentes del NYP, el presidente electo habla “cien por ciento en serio” sobre sus intenciones y está convencido de que imperios que no crecen empiezan a desmoronarse.

 

Indignaciòn en Dinamarca.

 

“Groenlandia es nuestra. No estamos a la venta y nunca lo estaremos”, advirtió el primer ministro del territorio autónomo danés, Mute Egede. Asimiso, desde la oficina de la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, la sugerencia de Trump es “absurda”.

 

Mientras tanto, un miembro del Parlamento de Dinamarca, Rasmus Jarlov, presidente del Comité de Defensa en el organismo, ratificó que “Groenlandia es danesa” y advirtió que “resulta totalmente inaceptable que un supuesto aliado amenace con tomar el control de nuestro territorio. Esto es incompatible con ser aliados y el control sobre Groenlandia no está sujeto a discusión ni a negociación”, sostuvo.

 

El legislador recordó que Estados Unidos se encuentra presente en la isla solo como parte de su política exterior y todas sus actividades deben ser “aprobadas por el gobierno y el Parlamento danés” y aclaró que “si las actividades de Estados Unidos están orientadas a apropiarse del territorio danés, deben prohibirse y contrarrestarse. No pueden estar allí en absoluto”, concluyó.

 

(RT)

 

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